Poesía de Rosina Conde

 

Momento

 

La luna entera

 

a través de la persiana

 

iluminando cara, tórax

 

y tu pierna levantada.

 

Yo, sentada,

 

distrayendo tu Miembro,

 

recordamos la tarde,

 

la lluvia

 

y la montaña.

 

 

 

Del libro poemas de seducción (1981)

 

Editorial La Máquina de Escribir

 

 

 

 

 

Creación

 

 

 

En el principio fue el Verbo,

 

y Verbo dijo: “Hágase el erotismo”.

 

Y el erotismo se hizo

 

y Verbo vio que era bueno,

 

y, desde entonces,

 

aquel reina entre nosotros.

 

 

 

Eros

 

 

 

Lozana y regordeta, Eros nació de un capullo de amapola,

 

no por ser esta una flor tersa y roja,

 

sino por sus propiedades para conversar con el sueño y la vigilia.

 

 

 

Del libro Textículos de amor gozoso (1991)

 

 

 

 

 

Parafraseando a Omar Khayam

 

 

 

El Ruhayyat

 

la resonancia del mar

 

La vie en rose

 

café con hielo bajo una sombrilla

 

de La Joya

 

y tú, en mi soledad

 

cantando…

 

¡sería el paraíso!

 

 

 

Del libro De Soslayo (1993)

 

Publicado por el Fondo Editorial Tierra Adentro

 

 

 

 

 

Bolero l

 

 

 

Bolereando el llanto me asemejo a vos

 

voz que estás siempre al filo de mi nombre

 

voz que estás en el umbral que me asesina

 

(sonámbulo, el paso que me asecha

 

Pletórica de encuentros la noche).

 

Entre tu soledad y la mía, solo hay un son,

 

arrastradito, y el cachondeo de tu cuerpo

 

moderando el paso,

 

apretándome el pulso,

 

jalando el peso de mi abrazo.

 

Entre mi soledad y la tuya,

 

solo queda el recuerdo de la noche.

 

 

 

Bolero ll

 

 

 

De espejos y de sombras se arruinan mis reflejos;

 

la danza de mi cuerpo simula caracolas intentando tomar la plaza.

 

Un recuerdo sublime, dices, se apodera de tu alma

 

cuando revives los momentos de aquel mediodía

 

en que nos incendiamos con el canto guerrero:

 

asaltamos las calles de la Ciudad

 

e impusimos tu bandera y la mía.

 

 

 

Nunca más volvieron a molestarnos, París,

 

nunca más volvieron a decirme “Helena”.

 

 

 

 

 

Del libro Bolereando el llanto (19939

 

Publicado por el Fondo editorial Tierra Adentro

 

 

 

 

 

Postdata

 

 

 

Hay cosas, amor, que no pueden decirse en un poema

 

aunque falten los lugares comunes;

 

porque las palabras, amor, por más que se disfracen

 

no pueden suspenderse en el espacio, así nomás atragantadas;

 

porque las frases, por más bien elaboradas,

 

si no tienen trasfondo no enuncian nada,

 

y tú no dices nada, amor, cuando te levantas a cada mañana,

 

cuando al regresar, lees noticias

 

y el fin de semana te escapas de casa para aprender conceptos inasibles.

 

Hay cosas, amor, que no deberán decirse en un poema

 

porque los lugares comunes no miden las distancias

 

y tú y yo, amor, estamos midiéndolas a cada instante

 

negándonos a aceptar, amor, que cualquier bobería compartida

 

es más importante que los grandes eventos

 

y no podemos premiar las nobles intenciones.

 

Hay cosas, amor, que no debería decirte en este poema,

 

porque los años han pasado y los lugares comunes se perdieron en el tiempo

 

y tú no dices nada, amor, que reivindique los grandes encuentros con conquistadores de otras                     tierras;

 

que humanice tu mirada cuando toca mi cuerpo:

 

que sensibilice tu tacto cuando mis manos:

 

que rebaje tu rostro para soltar una larga carcajada

 

cuando te digo, amor, que los lugares comunes y una sábana manchada

 

son más importantes que las buenas intenciones.

 

 

 

Este poema forma parte de la antología realizada por Gabriel Trujillo Muñoz, Un camino de hallazgos.

 

 Tomo ll.  Poetas bajacalifornianas del siglo XX (1992) Universidad Autónoma de Baja California.

 

 

 

 

Nació en Mexicali, Baja California, el 10 de febrero de 1954. Dramaturga, narradora y poeta. Estudió Lengua y Literaturas Hispánicas en la FFYL de la UNAM. Maestra en Literatura Española por la UNAM Ha sido editora en la SEP, UAM-a El Colegio de la Frontera Norte, CECUT, Instituto de la Judicatura Federal, Instituto Nacional de Educación de los Adultos, Delegación Baja California, UNIFEM-ONU, Seminario Diocesano de Tijuana y El Colegio de México. Fundadora de las editoriales independientes Panfleto y Pantomima y Desliz Ediciones (Tijuana, Baja California); profesora de literatura en la Escuela de Humanidades de la UABC; cofundadora y profesora en la Academia de Creación Literaria de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México; directora de Tercera Llamada y El Vaivén; editora de El Correo Fronterizo. Miembro del grupo literario “Los comensales del crimen”. Colaboradora de Blanco Móvil, Caravelle, Cultura Norte, El Cuento, El Último Vuelo, La Jornada Semanal, La Línea Quebrada/The Broken Line, Los Universitarios, Tercera Llamada, Tierra Adentro, y Zurda. Premio Obelisco de Literatura, 1990, para obra publicada, otorgado por la Asociación Cultural Río Rita, por El agente secreto. Premio Gilberto Owen de cuento, 1993, por Arrieras somos... Premio Cultura IMAC para obra publicada, 1998, por La Genara. Premio Nacional de Literatura Carlos Monsiváis, 2010. Fue nombrada Creadora Emérita de Baja California, 2010, por sus actividades artísticas y literarias.

 

(fuente de biografía: http://www.literatura.bellasartes.gob.mx/baja-california/3456-conde-rosina.html)

Vértice Violeta, Año 1 - Núm. 1

Literatura hecha por mujeres

Grito de Mujer

 


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Comentarios: 2
  • #1

    Silvia Noemí Palomares Serna (viernes, 09 agosto 2019 16:39)

    Divino leer a la grande Rosina Conde, la admiro, su poesía un reflejo de la realidad del día a día.

  • #2

    Guadalupe (viernes, 09 agosto 2019 20:14)

    Extraordinarios poemas ! hacían falta