Poesía de Hemant Divate

Mariposas

 

Mientras iba rondando por el jardín de mi colonia de viviendas,

casualmente, le comenté a un amigo:

sabes, en estos días, ya no se ven esas pequeñas mariposas

amarillas, comunes.

Casualmente, me contestó

Esa marca se ha descontinuado.

 

 

Tío Pedru

 

Tío Pedru

Uno a uno tus órganos se vuelven traidores

Tu sillón de madera

El cenicero en el que pones tus bidis

Tu bacinilla para la mierda

El aleteo de tu Biblia desteñida

Y un marco de Cristo es todo que queda

Yo todavía siento tu presencia

Tumbado en el sillón, tosiendo y gimiendo

Fumando bidis inquietamente

Tu vida se está haciendo inaguantable para ti

Pero tú no puedes

Andar por el cuarto inquietamente

Tus labios tiemblan

Pero no pueden pronunciar palabra alguna

Hasta el humo que sale de tu bidi

Parece estar paralizado como tú

 

Frente al Cristo enmarcado

Murmurando una oración en la mente

Todo tu cuerpo murmura

Quizás una última oración para ti y para nosotros

Nos preguntabas a todos

"¿Qué hacen estos días?"

En aquel entonces yo no hacía nada

Más que escribir poemas

Tú decías

"Estás loco"

Pero leías con gran interés

Mis versos

Decías

"Cuando yo estaba en la U

Yo escribía poemas

Pero era por locura

La poesía te debilita, mijo

El día que dejé de escribir

Dejé de preocuparme por los demás

Y me convertí en el más fuerte de los hombres."

 

Pasaste tu vida sin compañera

Toda tu vida fuiste huérfano

Nunca nadie te amó

 

Y ahora bajo la luz de una bombilla de cero-vatios

Las palabras en la Biblia deben verse muy desteñidas

Así también tú

Nos pareces desteñido

 

Desde las barras de tu ventana

Estarás viendo

El día que se hace noche

Estarás adivinando la hora con un cálculo aproximado

No esperarás que alguien llegue

Y si algo esperas

Es que la ventana y todas las temporadas que percibes a través de ella

Se caigan encima de ti como hojas

Y cuando todo solo

Finalmente recordarás

Tu vida

En silencio

Le rezarás a Jesús

Con el alma angustiada

Tío

No eres pariente de nadie

¿A quién recordarás?

Y si recuerdas tu vida

¿Qué exactamente valió la pena recordar?

 

Ahora,

Cuando te recuerdo siento

Que en cualquier momento me puedo derrumbar

Pero

Todavía aguanto

Porque estoy loco, Tío,

Todavía escribo poemas

Estoy loco.

 

 

La vida comienza entrando en este cuarto . . .

 

La vida comienza entrando en este cuarto . . .

 

Desde la distancia, las vallas guiñan

y me miran fijamente.

¿Para cuál de éstas

soy el público meta?

¿O no lo soy del todo?

Y sin embargo, por ellas, nunca me siento solo.

Reavivan

todo tipo de recuerdos,

como si estuviera de vuelta en Shillong

paseando entre los pinos

o cruzando imprudentemente las calles celestiales de Pattaya

donde cada transeúnte me llama con respeto.

 

O saboreando un café en Florencia, cuando la oscuridad 

que rodea a mis compañeros llega a mis ojos.

 

Antes, cada mañana estas palmeras,

centinelas del jardín, se despertaban y se estiraban.

Las flores, vomitadas como uno vomita huevos,

y muy visibles, en la sombra densa de los árboles

grumos brillantes de caca de paloma en una banca del parque.

Algunas manchas viejas y otras nuevas.

 

Mientras tanto, por el costado del trampolín de una piscina

el salvavidas juguetea con sus pulgares,

las hormigas marchan en fila india

por su pantaloneta, y detrás de él,

las palomas cogen sin descanso.

¿Tendrán una pareja fija, las palomas?

O es como en Bangkok o en Pattaya—raat gayi, baat gayi[1].

La vida comienza entrando en este cuarto . . .

 

La capa de polvo que cubre uniformemente la pantalla de mi tele

define la importancia de mi vida.

Con su mirada afilada, el polvo me experimenta.

26/11[2], día y noche.

Por la mesa de comedor hay una cucaracha acostada bocarriba.

Todo este tiempo ha estado peleando por mí

pero apenas termine este cigarrillo, me uniré a ella.

Y 26/11 convirtiéndose en mis días de vigilia y noches sin dormir

¿Qué hacer, finalmente?

 

Mañana, si la criada sigue viva

abrirá la puerta con su juego de llaves.

No puede soportar mi presencia,

con las innumerables cucarachas

que viven una vida de 26/11.

El dulce lanzamiento

solamente puede acontecer en este cuarto.

En la otra, forcejeo en vano

como cucaracha bocarriba

sin que nadie ni siquiera me vea.

 

La vida comienza entrando en este cuarto . . .

 

A veces, desde esta habitación, el océano

se ve como una cucaracha desdichada,

las manos imperiales del firmamento

siguen haciéndole cosquillas, una barca

con la forma de mi mente

navega sobre su panza

y en un febril intento de salvarse y salvarme,

casi se derrumba, medio muerta.

 

La vida comienza entrando en este cuarto . . .

 

Una sociedad divorciada del idioma

arroja sombras largas y profundas.

Yo tiro puñados de abeer-gulal[3] sobre todos ellos,

mientras encima del nuevo paso elevado de la lengua

vacas, búfalos, cabras, gatos, perros, gente y niños

corren, como para salvar su vida.

El idioma se queda como es con un palo

a la orilla de la cuneta

midiéndola de vez en cuando.

El cadáver de la lengua, así como se habla,

se ve atrapado en el basurero de Dharavi.

Hago lo posible para desenmarañarlo, pero

el tipo detrás de mí me empuja en la otra cuneta

como para liberarme de esta vida

mientras yo peleo por vivir

conservando puesta mi cara textual.

 

La vida comienza entrando en este cuarto . . .

 

Los muchos soles, estrellas, lunas, cometas y similares

no mejoran de verdad este cuarto.

Me da la impresión que no están interesados en este cielo interior.

En la esquina a la derecha, Sattarbhai de la tienda de carne de cordero

corta, según las reglas, los corderos restantes

mientras en la esquina de la izquierda, el olor a carne pútrida

como brinjal[4] marinada, embebida en aceite, se propaga por el cuarto,

como cuando se hierve una sola papa con tres o cuatro huevos,

burbujeando. Los olores

llenan este cuarto de su intensidad.

 

Zakir Husain toca teentaal— tinak, tinak dha dha[5]!

lleva su cuello y sus manos a tales extremos

que el ritmo se aloja en mi mente.

Aquí está el sonido del reloj cuando calla

a las 10:10 en punto cuando mis mutaciones paran

y me convierto en el mudo de mi control remoto.

A pesar de esto, los muebles se mueven solos en el cuarto.

Sillas, mesas, libros, libretas, papeles y lapiceros también,

mientras las cucarachas juegan

apiladas en pares, apareándose.

En cuanto a mí, me quedo tieso, mientras todas las gradas aquí

y afuera resbalan hacia arriba y abajo, abajo y arriba;

mi ego borracho también se resbala: arriba y abajo, abajo y arriba.

Sattarbhai va a cortar los corderos restantes como brinjals

mientras los huevos con una sola papa hierven y hierven—

el 26/11 se convertirá en el 7/11,

y el 7/11 en el 26/11.

Si este control remoto se queda, yo sigo mudo.

 

La vida comienza entrando en este cuarto . . .

 

Enciendo un enorme horno eléctrico,

espero que el arco hierva a fuego lento.

Pongo las religiones en fila, una por una

encima de una cinta trasportadora

y la enciendo.

Como cerotes, las religiones caen en el horno,

las miro convertirse en ceniza, una por una,

luego, subrepticiamente, unto un poco a alguien

con una taza llena de ceniza,

el resto lo tiro en el desagüe,

tomo una ducha relajante

y me siento libre.

 

Una vez más, llamo a reunirse

todas las masas intranquilas,

explico el camino libertador.

Todos asienten de buena gana

sentados en silencio en la cinta transportadora

y cierran sus ojos.

Yo la enciendo para darles su liberación,

me baño

y alcanzo la iluminación del Buda.

Fue bastante fácil, al fin y al cabo

todas esas religiones sufrían de Alzheimer

y dislexia, estaban sordas, mudas y ciegas,

debilitadas vomitando mucha sangre

y esperando a la muerte.

Pero a sus acólitos

(los que derribaron a varios Darwin)

se les hizo difícil soltarlas.

 

Junto a todos los proveedores de religiones,

para darles un sermón sobre la unión.

Se inclinan por no escuchar.

Entonces los obligo a ver

programas sin sentido en un canal de tele superficial

y lentamente, imperceptiblemente, se vuelven maleables.

Poco a poco se hunden como bolsas de frijoles,

poco a poco se convierten en observadores sin quejas,

poco a poco se olvidan de sus diferencias,

poco a poco se llenan de hongos,

poco a poco se convierten en cebollas, papas y brinjals,

poco a poco guardan sus diferencias,

y se vuelven consumidores.

Entonces los puedo llevar a desfilar montados en burros.

Como no hay suficientes burros,

convoco a los gerentes de marca—

ellos saben mejor que Dios como piensan los humanos,

ellos proveen ideas, y entonces

yo hago desfilar a humanos montados en humanos.

 

La vida comienza entrando en este cuarto . . .

 

Cuando entras en el cuarto te acosa

el miasma de una Mona Lisa quejosa.

Oh compasión, ¿cuándo dejaste atrás a la Mona Lisa?

Un sonido azul oscuro está untado encima de esta pared.

No eres tú, pero la luz blanca de tus lamentaciones

se ha propagado con fuerza.

La pared va rotando y rotando con la tierra

y en esta luz se ven todas las religiones, pálidas, anémicas.

¡Mira! Observa estas cosas insensibles.

Quién sabe de cuánta fe han sido llenadas.

Muchas tonalidades— azafrán, verde, amarillo, morado,

verde-perico, negro, blanco, canela, celeste

tratan de salir de estos objetos

embadurnando el cuarto.

 

Tathagata, cuándo llevarás

el mensaje de Buda

a estas cosas materiales,

el llamado que viene de lejos

como prolongando las sombras.

 

La vida comienza entrando en este cuarto . . .

 

Cada vez que te sientes mal entrando en este cuarto

date cuenta de la compasión que se ha formado;

todos adentro salmodian su nombre.

Solo aquí adentro pueden respirar aire libre.

El tiempo que se emplea llegar aquí es el mismo

que se emplea para destruir el idioma—

hay que surcar la poesía, los cuentos, las novelas y el pensamiento,

hay que cruzar la gran selva de la gramática

para encontrar el camino brillante

y hacer mucho, mucho más.

Imagina esto, tienes que aterrizar

a todo un universo de lenguaje.

 

Me enojo, me enojo por mi incapacidad de ser cruel,

el ritmo teen-taal del sufrimiento de Buda

no me deja vivir.

Nunca me imaginé que fueras tan obsesivo con las cosas

tanto que ni siquiera al amor perdonas.

Sin que lo sepas, entro en este cuarto

y trato de recuperar a Buda

de los lamentos de las cosas.

Buda mismo me enseña el ritmo secreto

que fluye en mis huesos.

Francamente, estoy sumamente aburrido de esto.

Más allá de las cosas, este cuarto tiene un ritmo propio

que solamente Buda te permite escuchar,

el ritmo incrustado en este poema.

 

La vida comienza entrando en este cuarto . . .

 

Afuera de este cuarto hay un multiplex.

Cucarachas apiladas en pares, escondidas en las sombras

miran intensamente una película salaz,

mientras el villano del cine las mira de vuelta.

Las sillas dispersas

se extienden como lánguidas divas.

La única escena que no está en la película

es la que está pasando a la sombra de estas sillas.

Buscando el placer, se quiere detener el mundo.

Hay una larga fila de hormigas que caminan en fila india,

su propósito es no dejar que este placer sea gratis.

 

Cuando termine esta escena, las cucarachas también 

se apagarán lentamente en la oscuridad, como la película

y en medio del hedor pútrido de la comida sobrante,

seguirán floreciendo sobre esta discordancia.

 

Antes que el mobiliario femenino tambaleante

me alcance, me habré caído fuera de esta vida.

¿Te llegará el sonido de un hombre que muere

desde lo ancho de 70mm de selva lluviosa de las Galápagos del más allá?

 

La vida comienza entrando en este cuarto . . .

 

 

Hoy es el primero de Julio y son casi las diez

 

Hoy es el primero de Julio

voy a tener un bebé el primero de Julio

el cura le ha aconsejado

a mi esposa

tres momentos propicios

pero el doctor prefirió la frescura de la mañana

y a todos les pareció conveniente

 

No hay tráfico enmarañado

en la calle de la estación a las diez

A las diez en cada hospital

nace el bebé de alguien

 

Antes que el reloj marque diez

millones de preguntas nacen y mueren

en mi mente

Pensamientos como amebas

se reproducen como amebas y mueren como amebas

El sistema de drenaje de mis pensamientos

está sofocado

 

El cordón umbilical

aprieta el cuello del feto

así se ve en el ultrasonido

aprieta con más fuerza mi cuello

estoy asfixiado

La cuchilla para cesárea me corta en tajadas

Un chorro de sangre

salta en mi cabeza

El filo se mueve a la desbandada

en mi cabeza

 

Un puñal rompe y cruza mi garganta

Hay música chirriando y retorciéndose

la cabeza ronca de una vieja grabadora

arrastra mi mente hacia abajo

y gotea

a través de miles de pequeños agujeros

 

El bebé está por nacer

vivo o tal vez muerto

tras matar mi mente

o a lo mejor después

de salir impune del asesinato de mi mente

 

Bombas explotan en serie

en mi cabeza

El pelotón me aplasta despiadadamente

corro como loco

por las calles repletas de toque de queda

Pandillas asesinas me persiguen

Revientan motines

Empezando conmigo,

es conmigo que empezará la horca

es conmigo que empezará la guerra

 

Estas ambulancias, coches de bomberos

esta gente de blanco cargando camillas

rígidas enfermeras en librea blanca

Sirenas espantosas suenan a todo volumen

El sonido de balazos y estallidos de bomba

llegan de todos lados

Caen trozos de cuerpo de carcasas

Estos son mis cadáveres

Millones de mujeres gritan y lloran

golpeándose el pecho

se dan bofetadas hasta reventar sus propias caras

Se parecen todas a mi esposa

 

Un espejo gigantesco

quebrado yace en el patio

en cada esquirla

se retuerce un ojo mío color rubí

En el mundo entero mis ojos huérfanos

están esperando que el reloj marque las diez

 

¿Quién seré yo a las diez?

¿El padre de un niño o

el padre de una mente muerta?

 

Son las diez en mi mente

y el mundo se ha reunido a mi alrededor

 

El mundo mira mi cara a través de la cámara:

retrasmisión en directo de cómo ser padre

retrasmisión en directo del enloquecimiento

 

Van a ser las diez

¿Son las diez?

¿Por qué son las diez?

Son las diez, las diez son, son las diez

 

¿Dónde son las diez?

¿O me estoy imaginando que son las diez?

Me estoy figurando

que son las diez en todos los relojes, en cada celular

en cada computadora, en cada FM, en cada tele

en cada estación, en cada bus, en cada oficina, en cada cementerio

en cada coche, en cada bar, en cada calle y callejón, en cada rincón

en toda Mumbai

son las diez

 

Celebremos a las diez

Convirtámonos en esquizofrénicos a las diez

A las diez hagámonos diez de uno

o uno de diez

 

¿En que idioma se marca diez, y cómo?

Que sea el mismo diez en punto en varios idiomas

Que sea el mismo diez en punto en varios colores

De alguna manera tiene que ser, finalmente, las diez

por lo menos hoy

Cómo nuestra relación se ha convertido en una de padre, madre e hijo

 

1.

A la hora designada, apenas ayer

por cortesía visité a mis padres

salvé las fotos de ayer en el archivo Padres

hice por seguridad un backup en línea

terminé todas mis tareas

pero el nostálgico colibrí bhajan en mi mente

no se rinde

 

2.

Cuando ellos estaban por acá

la casa entera derramaba nostalgia

los cuentos de fantasmas de mi padre—

el tatuaje de la enfermedad en su cuello

se hacía completamente evidente

su proeza atlética en el campo de la fe

persistía espasmódicamente en la sala

 

El olor acre del aceite de sus masajes

aferrado a la alfombra

me molestaba infinitamente

su pecho que subía y bajaba

mientras él se arrastraba con su bastón

disparando hacia arriba mi presión arterial

a mis cuarenta y pocos

un virus hereditario que me llegó a través de él

está arrasando mis adentros

mis amigos corporativos consideraban multiuso

la convivencia en mi vida

mis amigos poetas admiraban mi compromiso con lo indígena

al verlo andar con dificultad

mi entusiasmo Duracell se descargaba

a través de él yo también llegué a sentir una falsa grandeza

la tensión de la rutina cotidiana

cambiaba su curso

cuando me encontraba con Ma

el pasado tendido a cuatro patas

en sus pies agrietados

y el presente asolado por el dolor

en sus manos callosas

derrapaba sobre el granito de mi mente

 

3.

La idea de ir a visitarlos

hacía colapsar todo

¿cómo enfrentarlos ahora?

¿sofocando mi corazón con una roca?

¿o debería verlos como los veía todos los días

cuando regresaba a la casa—

a través de los ojos simplemente?

¿o intercambiando un par de palabras que como de costumbre

encienden una conversación sofocante?

¿comieron?

¿cómo va la salud?

¿recibieron alguna llamada hoy?

¿cómo va el cuello?

¿y la espalda?

¿se sienten sin aliento?

¿les arreglo la cama?

¿cómo está tío Pandhari?

¿cómo está fulano? ¿y sotano?

a mí ni siquiera me preguntaron nada

pero me di cuenta de la felicidad

que florecía en vuestras caras

tan sólo por estar yo ahí

y yo también sentía el calor de vuestra débil compañía

 

4.

Estamos tan acostumbrados a hablar por teléfono hoy en día

que la difícil oscuridad

de qué decirnos cuando nos encontramos cara a cara

ya no existe entre nosotros

ni siquiera la necesidad artificial

de romper el hielo de la formalidad

simplemente

emitimos el saludo superficial de estar conectados

preguntamos por todos

y exhalamos un suspiro de alivio de que todo está bien

 

Mientras en el teléfono

nuestra relación se ha convertido en una de

padre, madre e hijo

cuando nos vemos en persona

nos encontramos evitándonos como extraños

 

Yo sé lo felices que son

cuando se enteran

que voy a pasar a visitarlos

limpian el templo de la mente

para adorar y rezar

leen las escrituras

el apetito desaparece y también las ganas de tomar té

como si vuestro dios encarnado llegara a visitarlos en persona

 

Y antes

y después

de nuestro encuentro,

como una flor marchita

en el templo de vuestras mentes compasivas,

me libero

incluso antes

o sin

alejarme fluyendo

 

 

Un panorama deprimentemente monótono

 

a Hiranya

 

1

¿Cómo pudo el panorama en mi mente

filtrarse en la mente de mi hija?

 

Justo delante de mí, hay una extensión de

edificios, centros comerciales, autopistas, fábricas y tráfico,

y si le pido que dibuje un paisaje

ella esboza atardeceres,

un río que corre, árboles, praderas, altares,

perfila pájaros que parecen números garabateados

en mis pequeños cielos nublados

 

Nunca se ha visto

desde la selva incesante de esta ciudad

un atardecer más allá de la casa en mi cabeza,

el río, los árboles, los senderos, los altares, los pájaros y las aceras.

¿Cómo, entonces, pudieron estos

filtrarse en su mente?

 

2

Cuando algún día ella comprenderá

esta imagen de mi infancia

que se ha ido,

y la respuesta

de ¿por qué dibuja exactamente así?

¿ya se habrán derretido todas las pinturas

de toda la gente del mundo? ¿O seguirán ahí,

atrapadas en su propio silencio?

 

3

Como yo, ella tiene pesadillas

de gente acéfala transportando

cadáveres de pueblos huérfanos

hacia los cementerios de las ciudades

o arrastrando horrorosos paisajes ciudadanos

para sobreponerlos a pueblos borrados,

el mismísimo, idéntico panorama

encierra en sí mismo

a toda la gente acéfala,

todas, todas las ciudades tienen el mismo nombre

las mismas calles, los mismos edificios, los mismos centros comerciales,

todo trasladado al mismo lugar predefinido

como un regimiento listo para desfilar

 

Ella avanza por los senderos

mismo nombre, mismos colores

mismo olor, mismas formas

mismas caras como clones de sí mismas

y en las mismas encrucijadas engañosas

ella llega a la misma estatua

 

No importa adónde huye

la misma estatua la enfrenta una y otra vez

y ella llega a los mismos paisajes

de las mismas ciudades

sin señales ni marcas para guiarla

 

En los mismos lugares

ve a la misma gente

que habla el mismo idioma

con formas y gestos iguales

haciendo fila en filas del mismo largo

de la mismísima manera

yendo hacia las mismas estaciones

manejando los mismos vehículos

a la misma velocidad

en la misma dirección

al mismo tiempo

pasando por los mismos árboles

del mismo tamaño

del mismo tipo

separados de la misma manera

por los mismos separadores

en la misma calle

 

La misma gente

hecha trizas

de la misma manera

por las mismas bombas

desparramada de la misma manera

petrificada de la misma manera

quebrada de la misma manera

 

De la misma manera monótona

en cualquier canal de cualquier televisión

salen las mismas imágenes multiplicando miseria

monótona

mono-tonal

mono-tonal

totalmente monótona

deprimentemente monótona

totalmente deprimente

dep-dep-deprimente

Ella baja, baja y colapsa

ve mi rostro de siempre aterrado, deprimido

 

a última hora, cuando suelta

mi mano que ciñe entre la multitud

y exactamente como yo

ella también fluye en

la gigantesca inundación auto-destructiva

de gente acéfala

 

Yo sueño el mismo sueño que ella está soñando

en el mismo momento

yo también veo su rostro petrificado, deprimido

veo el terror

y me estremezco

me olvido de llevar el pueblo a la ciudad y la ciudad al pueblo

y llegar aquí

¿llegar adonde?

 

 

Traducción del maratí al inglés: Mustansir Dalvi

 

Traducción del inglés al español: Zingonia Zingone



[1] Literalmente: “cuando la noche termina, la historia también termina”. Se refiere a un encuentro de una sola noche.

[2] Se refiere a los ataques de terrorismo que acontecieron en Mumbai el 26 de noviembre de 2008.

[3] Colores arrojados en una procesión.

[4] Berenjena.

[5] Ritmo que se toca en un instrumento tradicional llamado tabla.

 

Hemant Divate es un editor, un traductor y un poeta maratí. Cuenta con seis poemarios publicados en maratí. Sus poemas han sido traducidos en francés, italiano, eslovaco, japonés, farsi, maltés, serbo, esloveno, griego, hindi y varios otros idiomas de la India. En traducción, tiene un libro publicado en cada uno de estos idiomas: español, irlandés, árabe, alemán y estonio; y cuatro en inglés. Sus poemas han sido publicados en numerosas antologías en maratí y en inglés.

 

Es fundador y editor de la pequeña revista maratí Abhidha Nantar, que se ha publicado ininterrumpidamente por 18 años. En el ámbito cultural, AbhidhaNantar es considerada una plataforma sólida para los poetas emergentes y se le atribuye el mérito de haber enriquecido el escenario literario maratí de los años post-noventa. Divate también es responsable, a través de su editorial Poetrywala, por la transformación del escenario poético en inglés que ha acontecido en la India en la última década.

 

Hemant Divate ha participado a numerosos encuentros internacionales de poesía y festivales literarios en el mundo. Su editorial, Paperwall Publishing, ha publicado más de 150 compendios de poesía bajo el sello Poetrywala.

 

Semblanza y fotografías proporcionadas por Zingonia Zingone.

Zingonia Zingone (1971) es una poeta, narradora, licenciada en Economía, y traductora italiana que escribe en español, italiano, francés e inglés. Vive entre Italia y Costa Rica. Cuenta con poemarios editados en España, México, Costa Rica, Italia, India, Francia, Nicaragua y Colombia. Sus títulos más recientes son Los naufragios del desierto (Vaso Roto, 2013), Petit Cahier du Grand Mirage (Éditions de la Margeride, 2016) y las tentaciones de la Luz (Anamá Ediciones, 2018). Entre sus trabajos de traducción destacan los más recientes poemarios de la nicaragüense Claribel Alegría: Voci (Samuele Editore, 2015), que se adjudicó el premio internacional Camaiore 2016, y Amore senza fine (Edizioni Fili d’Aquilone, 2018). Dirige la columna de poesía internacional en la revista italiana MINERVA.

 

 Poemarios editados en español:

 

Máscara del delirio, Ediciones Perro azul, Costa Rica, 2006.

 CosmoAgonía, Ediciones Perro azul, Costa Rica, 2007.

 Tana Katana, Ediciones Perro azul, Costa Rica, 2009.

 Equilibrista del olvido, Editorial Germinal, Costa Rica 2012.

 Los naufragios del desierto, Vaso Roto Ediciones, España, 2013.

 Las tentaciones de la Luz, Panamá, Nicaragua, 2018.

 El canto de la Sulamita – Poesía Reunida, Uniediciones, Colombia, 2019.

 

Semblanza y fotografías proporcionadas por Zingonia Zingone.

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