Poemas de Udayan Vajpeyi

ELLA ESTÁ AQUÍ

 

 

1.

 

La deslumbrante luz del sol en el patio la envuelve, pero ¿adónde ha desaparecido? Al irse, me dijo: "No me esperes.” Y otra vez: "Si me esperas, detente, ya verás, apareceré". Pero, ¿adónde vas? Antes que yo pudiera preguntarle, ya se había ido. Humo por doquier. Olor a muerte, por doquier. La calle está sembrada de flores blancas que brillan en los charcos finos de las huellas. Ella gira su cuerpo desnudo sobre un paño de sol. Su sombra no deja de lloviznar. Dentro de mí.

 

 

2.

 

Los niños duermen en sus camas casi vacías. Uno con la cabeza apoyada en la mano, el otro bajo la sombra de la sábana. Cuando ella empujó la rejilla y se acercó a la puerta, el árbol solitario en el patio se estremeció, como si, de repente, lo envolviera el aire sombrío de la noche. "¿Quién es? –Soy yo.” Abrí la ventana. Ella, con el velo ondeado por la brisa, el cabello desatado, salió a la puerta: “¿Hace cuánto no ves un espejo? Por eso estoy aquí". Ella extendió la mano para tocarme. En esa mano, un amuleto: otra mano.

 

 

3.

 

Para ella soy un sueño. Ella, para mí, es el fin. Está ahí, en una calle de mi infancia, con sari amarillo –casada, al parecer, con otro. Yo paso rápido en bicicleta: tengo que tomar un bus a la ciudad, donde me esperan sus hijos. La veo, me detengo, ella cruza la calle. Entierro mi cabeza entre sus pechos y estallo en llanto. Me susurra al oído: "Sabes, solo podrás comparar tu voz con mi silencio”.

 

 

4.

 

Ella vino, su maleta abierta sobre la cama. Yo estoy sentado, en mi mano un libro. Su cabello castaño cargado de polvo; y gotas de sudor en su rostro encendido –como si tras cruzar el desierto, hubiese llegado, por fin, donde estuvo siempre. Se acerca a mí. Desconozco qué cuelga de sus aretes y se balancea. Aire, quizás. Un ardor transparente, quizás. Le digo: "Tu rostro se ha asoleado tanto que destella como un flamboyant. Ella saca una a una sus prendas de la maleta y las coloca sobre la cama. Una tras otra se vuelven humo. Le digo: "¿Quieres que cierre la ventana?". En el baño, el grifo hila una red muy fina. Poco a poco, ella se desprende de las cosas. Yo me levanto de la silla: ella desaparece. Aroma. Humo otra vez.

 

 

5.

 

Ahora flota la niebla sobre el estanque. Le pregunto: "Cuando llega el invierno, ¿qué rincón de tu cuerpo se estremece primero?". Ella, quieta. Un anciano se levanta de una piedra cerca del agua y se acomoda en otra. El sol brilla en su cabello. Le pregunto: "Cuando llega la lluvia, ¿cuál isla de tu alma es la primera a hundirse en el agua?". Aparece un gato, mira a la izquierda y a la derecha, luego cruza la carretera sin prisa. Ella, el vapor que sube del cuerpo –invisible–,envuelve todas mis palabras.

 

 

6.

 

Ella está sentada en el planeta, y ríe. Duerme en un rincón del espacio. Se abre camino a tientas entre el verde de los árboles: recuérdese, aquel verde ebrio de sol. Camina descalza sobre el río helado de la noche. Ella pasa, como pasa la muerte. Desciende lentamente por mi espalda, donde siento, de repente, un cabello largo y brillante. Ella me traspasa, a mí, el tímido. Se queda ahí, justo delante de mi amor, las manos sobre los ojos. Se propaga –dedos en las migas de arena a la orilla. Entre el ser y su ausencia, ella está unicamente aprendiendo a caminar: una niña de un año, le digo.

 

 

7.

 

Ella se pasea, muda, por lo invisible. En la casa silenciosa, oigo hasta el más leve roce de su ropa. En el corazón de la noche tranquila, un coche cruza lento el puente empañado de azul, dejando un rayo amarillo sobre el pavimento. Otra mujer, ya no tan joven y que ha amado mucho, da vueltas en su habitación: aplaza una vez más su última cita. Abofeteada, desprendida del cielo, una estrella resplandeciente está ahora allí, pero sigue suspendida en el cielo. Asustada, se voltea. Su pelo fluye, rueda como perlas sobre el suelo transparente de la noche. Me mira. Solo un respiro.

 

 

8.

 

Es en su sombra donde ella está. En su sombra. La gente va y viene a su alrededor, nadie la mira. El agua de un manantial brota en el aire. En el cielo, una luna brumosa. "¿Por qué viniste por mí tan tarde?" Eso escuché. Tumbado en la cama, cuento las caras del techo. "Ya voy, no te muevas, espérame en la puerta". Me pregunto si ella me escucha. La noche avanza, y el polvo blanco cae de la estrella. Poco a poco, la cubre toda. Entonces, yo huyo desesperado. Pero ella sigue allí, a mi lado. Tomo su mano con la mía. Ella mira el estanque en frente, fascinada –como miraría un cadáver.

 

 

9.

 

La noche domina el patio del hospital. Luce triste en su ropa rosada. Ella podría verme correr a través de los barrotes de la ventana, pero está acostada en su cama, justo entre la ventana y la pared, ahí, en mi mente –pájaro solitario oscilante, va y viene sobre el vacío. Debajo de su tocado, también rosado, sus ojos ansiosos miran los míos. A la deriva. Humedad y miedo. Intento tenerla entre mis brazos, para evitar que se vaya otra vez. Doblo su ropa. Su voz temblorosa se filtra lenta en todo el universo de todas las palabras. Nunca me moveré de aquí.

 

 

10.

 

En la puerta de lo escondido, ella me espera. Un sol amarillo cae sobre la silla. La luna nocturna, a la mitad, cuelga en el cielo. Sentado frente a la casa, susurro: "Un olor a almizcle ronda sin respiro en busca de su cuerpo". Entonces ella cambia de lugar. Apenas. En la oscuridad, una mujer le quita la ropa. Echo un vistazo furtivo por la ventana entreabierta. Ella va dejando atrás su soledad, que aparece y desaparece en la superficie de su rostro de niña, desvaneciéndose poco a poco. Luego se dispersa para siempre. Como las estrellas del cielo.

 

 

Traducción de Zingonia Zingone

 

Udayan Vajpeyi es autor de cinco poemarios, cuatro libros de relatos, tres de ensayo, y uno sobre pintura tribal y cuentos populares. Ha escrito tres obras de treatro para el ilustre director K.N. Panikkar y un libro sobre sus obras, titulado Theatre of Rasa. Tambuién es autor de un libro sobre el director de teatro Ratan Thiyam. Ha publicado conversaciones en forma de libro con el cineasta Mani Kaul, el historiador Dharampal, el filósofo Navjyoty Singh, el poeta hindi Kamlesh, el historiador del arte B.N. Goswamy, el cineasta Kumar Shahani, etc. Recientemente ha publicado una novela, titulada Qayaas. Sus poemas, relatos y ensayos están traducidos a una quincena de idiomas, entre ellos francés, polaco, inglés, sueco, odiya y malayalam. Ha sido escritor residente en Lavigny (Suiza) y París en 2003, y becario del Instituto de Estudios Avanzados de Nantes (Francia) en 2011. Ha participado en diversos festivales de poesía en la India y en el extranjero, entre ellos la “Bienal Internacional de Poetas de Val-de-Maurne” (Francia) en 1997, el “Kavita Shati” (Siglo de la poesía hindi) en Bharat Bhavan, Bhopal, en 1999, el “Marché de la poesie”, París (2008), y el “Vak” (Festival de poesía india en Nueva Delhi) en 2017. Ha dado conferencias sobre arte, literatura y ética democrática en Benarés, Bhubaneswar, Bombay, Bhopal, Nagpur, Nueva Delhi, París (Francia), Heidelberg (Alemania), Katmandú (Nepal), Moscú (Rusia), etc. Ha escrito textos para muchos documentales de directores como Kumar Shahani, Nandan Kudiyadi, y Ashmaki Acharya. Ha escrito diálogos para Char Adhyaya (película basada en la novela homónima de Tagore), dirigida por Kumar Shahani. Actualmente dirige una revista sobre arte, literatura y civilización, Samaas. Vive y trabaja en Bhopal.

 

 

 

Semblanza y fotografía proporcionadas por de Udayan Vajpeyi

 

Zingonia Zingone (1971) es una poeta, narradora, licenciada en Economía, y traductora italiana que escribe en español, italiano, francés e inglés. Vive entre Italia y Costa Rica. Cuenta con poemarios editados en España, México, Costa Rica, Italia, India, Francia, Nicaragua y Colombia. Sus títulos más recientes son Los naufragios del desierto (Vaso Roto, 2013), Petit Cahier du Grand Mirage (Éditions de la Margeride, 2016) y las tentaciones de la Luz (Anamá Ediciones, 2018). Entre sus trabajos de traducción destacan los más recientes poemarios de la nicaragüense Claribel Alegría: Voci (Samuele Editore, 2015), que se adjudicó el premio internacional Camaiore 2016, y Amore senza fine (Edizioni Fili d’Aquilone, 2018). Dirige la columna de poesía internacional en la revista italiana MINERVA.

Semblanza y fotografías proporcionadas por Zingonia Zingone.

 

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