(fragmentos del diario de Charles Baudelaire)
Lo que está creado por el espíritu es más vivo que la materia.
Las voluptuosidades del amante tienen, algo, a la vez, del ángel y del propietario. Claridad y ferocidad. Y hasta son independientes del sexo, de la belleza y del género animal.
Los pueblos adoran la utilidad. Los sacerdotes son los servidores, pero también los sectarios de la imaginación. El trono y el altar: máxima revolucionaria.
Me parece haber escrito ya en mis notas que el amor se parece a una tortura o a una operación quirúrgica. Pero esta idea puede ser desarrollada del modo más amargo. Aunque ambos amantes estén muy enamorados el uno del otro, uno de ellos, aunque sus deseos sean recíprocos, siempre estará más sereno o menos proceso burgués pidiese que le sirviesen una tajada de poeta asado, la gente le encontraría muy natural.
Lo que hay de embriagador en el mal gusto, es el placer aristocrático de degradar.
Un poco de trabajo, repetido trecientas sesenta y cinco veces, da trecientas sesenta y cinco veces un poco de dinero, es decir: una suma enorme. Y al mismo tiempo, la gloria queda hecha.
Hay cierta cobardía, mejor dicho, cierta blandenguería, en las personas honradas.
¿Cómo podría yo triunfar, si empiezo por no intentarlo siquiera?
Lo más molesto del amor es que consiste en un crimen en el que uno no puede prescindir de su cómplice.
¿Qué es el amor? La necesidad de salirse de sí mismo.
Del odio de la juventud contra los escritores que llenan de citas sus obras. El citador es un enemigo para los jovenes.
Un bello cuadro por hacer: la canalla literaria.
El pelotón de los pequeños literatos, que suele verse en los entierros, distribuyendo apretones de manos y encomendándose a la memoria del periodista encargado de los Ecos de sociedad, en el entierro de los hombres célebres.
Todo periódico, desde la primera línea hasta la última, no es más que un tejido de horrores. Guerras, crímenes, robos, impudicias, torturas, crímenes de los príncipes, crímenes de las naciones, crímenes de los particulares: una embriaguez de atrocidad universal.
Notas preciosas
Haz cada día lo que quieren el deber y la prudencia. Si trabajases todos los días, la vida se te volvería más soportable. Trabaja seis días sin descansar. Sé siempre poeta, hasta en prosa. Gran estilo (nada más bello que el lugar común). Primero, empieza; y sírvete después de la lógica y del análisis. Toda hipótesis exige su conclusión. Hallar el frenesí periodístico.
Del trabajo cotidiano y de la inspiración
La orgía no es ya hermana de la inspiración; hemos cortado ya este parentesco adúltero. La enervación rápida y la debilidad de algunas bellas naturalezas dan testimonio suficiente contra este odioso juicio.
Una alimentación sustanciosa, pero regular, es la única cosa que necesitan los escritores fecundos. La inspiración es decididamente, la hermana del trabajo cotidiano. Esos dos comentarios no se excluyen más que todos los contrarios que constituyen la Naturaleza. La inspiración obedece, como el hambre, como la digestión, como el sueño. Hay, sin duda, en el espíritu, una especie de mecánica celeste de la cual no debemos avergonzarnos, sino sacar de ella el provecho más glorioso, como los médicos, de la mecánica del cuerpo. Si se quiere vivir en una contemplación obstinada de la obra de mañana, el trabajo diario servirá a la inspiración-, como una escritura legible sirve para iluminar y como el pensamiento tranquilo sirve para escribir legiblemente; porque el tiempo de las malas escrituras ha pasado ya.
De la poesía
La danza gramatical. -La voz del adjetivo me penetró hasta el tuétano de mis huesos.
Ni remordimientos ni pesares. ¿Qué importa sufrir mucho, cuando se ha gozado mucho? Es una ley, un equilibrio. Encontrar el álgebra moral de ese refrán.
Entre los derechos de que tanto se habló en estos últimos tiempos, hay uno que ha sido olvidado y en cuya demostración todo el mundo esta interesado: el derecho a contradecirse.
¿Quién de nosotros, en sus momentos de ambición, no ha soñado en el prodigio de una prosa poética, musical, sin ritmo y sin rima, tan flexible y tan maleable que pueda adaptarse a todas las actitudes líricas del alma, a las sinuosidades del ensueño y a las inquietudes de la conciencia?
Traducción de Agustín Esclasans
Estos fragmentos fueron tomados de la Revista Biblioteca México, número 97, 98, Marzo-Abril, 2007
Charles Baudelaire (París, 9 de abril de 1821 - 31 de agosto de 1867) fue poeta, traductor y crítico. Considerado el precursor del movimiento simbolista y de la poesía moderna, su vida estuvo marcada por una infancia difícil y por los excesos, lo que lo convirtió en un «poeta maldito». En 1857, tras la publicación de Las flores del mal, fue acusado por atentar contra la moral pública, por lo que seis de sus poemas no vieron la luz hasta 1949. Baudelaire es un genio de la literatura francesa, único en el dominio del ritmo y la forma, enfrentado y atraído durante toda su vida por lo divino y lo diabólico, por lo que sus poemas describen al ser humano más glorioso y más mísero a la vez. Algunas de sus obras son: Los salones (1845-1846); Los paraísos artificiales (1860); su única novela, La Fanfarlo (1847); sus diarios íntimos, Cohetes, y sus numerosas traducciones de la obra de Edgar Allan Poe.
Semblanza tomada de la página Planeta Libros.
Fotografía tomada de la pagina Rock Tehe Best Music.
Agustí Esclasans (1895-1967) Poeta español
Datos tomados de la página DATOS-BNE.ES
Fotografía tomada de Wikipedia.
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