El aprendiz de mago

 

 

 

Ahora que el viejo maestro se ha ido,

 

el viejo maestro sabio en sortilegios,

 

yo de los espíritus me haré obedecer,

 

que no tengo nada de torpe ni lerdo.

 

De coro aprendí, con todo cuidado,

 

sus palabras nimias y solemnes gestos,

 

y así, haciendo gala de innata alegría,

 

los mismos prodigios que él hace, hacer puedo.

 

 

 

Acotemos

 

amplio espacio,

 

donde el agua

 

correr pueda

 

y formando una riada

 

hacia el baño el rumbo tuerza.

 

¡Vieja escoba, ven conmigo!

 

¡Harto tiempo fuiste esclava!

 

¡Ponte estos trapos, disponte

 

A hacer lo que se te manda!

 

En dos pies andar te ordeno;

 

muy bien la cabeza ahora;

 

coge el jarro y ve por agua,

 

que eres tal que una persona.

 

 

 

Acotemos

 

amplio espacio,

 

donde el agua

 

libre corra,

 

y formando una riada

 

en el baño se recoja.

 

Miradla qué solicita obedece;

 

ya llego junto al río

 

y ya viene de vuelta

 

colmando el cantarillo.

 

¡Bueno; pues vuelve y torna!

 

¡Cómo rebosa! ¡Vivo!

 

¡Que no queda en la casa

 

ni un cacharro vacío!

 

 

 

Ya está bien. ¡Para ya!

 

¡Basta, no sigas,

 

que ya colmada

 

es la medida!

 

¡Oh…, ahora lo advierto…, fatalidad,

 

la frase mágica llegué a olvidar!

 

 

 

La frase mágica que obra el milagro

 

de que las cosas a su ser tornen.

 

Miren la escoba; sigue trayendo

 

agua y más agua… ¡qué hacer, demonche!

 

¡Cántaro y cántaro

 

sigue atrayendo…;

 

es el diluvio…,

 

y más no puedo!

 

Debo pararla…

 

¡Ahora la necia se me subleva!

 

¡Vaya una cara! ¡Vaya unos gestos!

 

¡Aborto del infierno! ¿Es que pretendes

 

anegarme la casa? Ya mil ríos

 

por bajo de las puertas se desbordan,

 

creciendo sin cesar este estropicio.

 

¡Escoba maldita!

 

¿No quieres oír?

 

¡Vuelve a lo que eras!

 

¡Un garrote vil!

 

Pero ¿es que no quieres

 

hacer ningún caso?

 

Pues bien: de otros medios

 

habrá que echar mano,

 

y pues te resistes, cogeré la hachuela

 

y de un solo golpe te haré pedazos.

 

 

 

¡Miren, ya de nuevo viene con más agua!

 

¡Pues como te coja, infernal engendro,

 

ya verás…, ahí va…, buen filo

 

tiene…, ¡toma!..., para tu escarmiento!

 

¡Así! ¡Brava estocada…! Lo quisiste…

 

Pues ya te partí en dos… Ahora veremos…

 

Si te das por vencida, y libremente

 

yo ya respirar puedo.

 

Mas ¿qué pasa?

 

¡Dos escobas,

 

en vez de una,

 

son ahora

 

las que cargan la jarra!

 

¡Dios me valga!

 

¡Cómo corren a porfía!

 

Ya inundada está la casa.

 

¡No se puede dar un paso,

 

yo ya estoy hasta las trancas!

 

¡Oh, socorro!... ¡Mas qué veo!

 

¡Ahí por fin el maestro viene…! ¡Cielos, gracias!

 

¡Ayudadme, maestro mío!

 

¡Y libradme de esos genios,

 

que no acatan mi albedrío!

 

 

 

-¡Pronto! ¡Escobas, al rincón!

 

¡Volver a ser lo erais

 

sin ninguna dilación!

 

¡No haya escusa, que el maestro

 

sólo en hombres os convierte

 

para servir su intención!

 

 

 

 

 

Junio de 1797

 

 

Traducción de Rafael Cansinos Assens

 

Johann Wolfgang Goethe (Frankfurt, 1749 - Weimar, id., 1832) Escritor alemán. Nacido en el seno de una familia patricia burguesa, su padre se encargó personalmente de su educación. En 1765 inició los estudios de derecho en Leipzig, aunque una enfermedad le obligó a regresar a Frankfurt. Una vez recuperada la salud, se trasladó a Estrasburgo para proseguir sus estudios.

 

Fue éste un período decisivo, ya que en él se produjo un cambio radical en su orientación poética. Frecuentó los círculos literarios y artísticos del Sturm und Drang, germen del primer Romanticismo y conoció al escritor y filósofo Johann Gottfried Herder, quien lo invitó a descubrir a Homero, Shakespeare, Ossian y la poesía popular.

 

Fruto de estas influencias, Goethe abandonó definitivamente el estilo rococó de sus comienzos y escribió varias obras que iniciaban una nueva poética, entre ellas Canciones de Sesenheim, poesías líricas de tono sencillo y espontáneo, y Sobre la arquitectura alemana (1773), himno en prosa dedicado al arquitecto de la catedral de Estrasburgo, y que inaugura el culto al genio.

 

En 1772 se trasladó a Wetzlar, sede del Tribunal Imperial, donde conoció a Charlotte Buff, prometida de su amigo Kestner, de la cual se prendó. Esta pasión frustrada inspiró su primera novela, Los sufrimientos del joven Werther, obra que causó furor en toda Europa y que constituyó la novela paradigmática del nuevo movimiento que estaba naciendo en Alemania, el Romanticismo.

 

De vuelta en Frankfurt, escribió algunos dramas teatrales menores e inició la composición de su obra más ambiciosa, Fausto, en la que trabajaría hasta su muerte; en ella, la recreación del mito literario del pacto del sabio con el diablo sirve a una amplia alegoría de la humanidad, en la cual se refleja la transición del autor desde el Romanticismo hasta el personal clasicismo de su última etapa.

 

En 1774, aún en Frankfurt, anunció su compromiso matrimonial con Lili Schönemann, aunque rompió el noviazgo dos años más tarde; tras aceptar el puesto de consejero del duque Carlos Augusto, se trasladó a Weimar, donde estableció definitivamente su residencia. Empezó entonces una brillante carrera política (llegó a ser ministro de Finanzas en 1782), al tiempo que se interesaba también por la investigación científica.

 

La actividad política y su amistad con una dama de la corte, Charlotte von Stein, influyeron en una nueva evolución literaria que le llevó a escribir obras más clásicas y serenas, abandonando los postulados individualistas y románticos del Sturm und Drang. En esa época empezó a escribir Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister (1795), novela de formación que influiría notablemente en la literatura alemana posterior.

 

En 1786 abandonó Weimar y la corte para realizar su sueño de juventud, viajar a Italia, el país donde mejor podía explorar su fascinación por el mundo clásico. De nuevo en Weimar, tras pasar dos años en Roma, siguió al duque en las batallas prusianas contra Francia, experiencia que recogió en Campaña de Francia (1822). Poco después, en 1794, entabló una fecunda amistad con Schiller, con años de rica colaboración entre ambos. Sus obligaciones con el duque cesaron (tan sólo quedó a cargo de la dirección del teatro de Weimar), y se dedicó casi por entero a la literatura y a la redacción de obras científicas.

 

La muerte de Schiller, en 1805, y una grave enfermedad, hicieron de Goethe un personaje cada vez más encerrado en sí mismo y atento únicamente a su obra. En 1806 se casó con Christiane Vulpius, con la que ya había tenido cinco hijos. En 1808 se publicó Fausto y un año más tarde apareció Las afinidades electivas, novela psicológica sobre la vida conyugal y que se dice inspirada por su amor a Minna Herzlieb. Movido por sus recuerdos, inició su obra más autobiográfica, Poesía y verdad (1811-1831), a la que dedicó los últimos años de su vida, junto con la segunda parte de Fausto.

 

 

 

Semblanza tomada del portal, de La Enciclopedia Biográfica en Línea

 

 

 

 

Rafael Cansinos Assens (Sevilla, 1883 - Madrid, 1964) Poeta, novelista, crítico literario y ensayista español, uno de los principales animadores del efímero movimiento ultraísta. Es autor, entre otras obras, de poesías y prosas poéticas, como El candelabro de los siete brazos (1914), de las novelas El pobre Baby (1915) y El movimiento V.P. (1921) y de trabajos de crítica literaria, como La nueva literatura (1927). Tras su fallecimiento se publicaron dos volúmenes de sus memorias: La novela de un literato (1982 y 1985).

 

Trasladado a Madrid cuando contaba quince años de edad, desde muy joven comenzó a colaborar en las revistas de la época (Helios, Renacimiento, Revista Ibérica, Revista Latina), así como en tertulias literarias, con lo que obtuvo una posición privilegiada para la elaboración de una crónica de la literatura de su tiempo, que muchos años después plasmaría en los cuatro tomos de La nueva literatura (1927).

 

Rafael Cansinos Assens colaboró en Prometeo desde su fundación a finales de 1908. En la década de 1910 compaginó la redacción de libros de creación (El candelabro de los siete brazos, 1914) y de narraciones en colecciones populares (El pobre Baby, 1915; El manto de la Virgen, 1916; y La encantadora, 1916), con la preparación de prólogos y traducciones (Journey to England de Ralph Waldo Emerson y Mor Ganatisch de Max Nordau) y la publicación de artículos de crítica en La Correspondencia de España (de la que fue redactor entre 1919 y 1921), El País, El Liberal y Los Lunes del Imparcial.

 

Cansinos Assens representa quizá el mejor ejemplo del tránsito del modernismo a las formas de vanguardia, materializado en la revista Cervantes (1918-1922), fundada por Francisco Villaespesa. Desde 1918 se convirtió en el principal representante de un efímero movimiento vanguardista, el ultraísmo, divulgado en publicaciones como Grecia, Ultra y Perseo. La publicación de la novela El movimiento V.P. en 1921 supuso su alejamiento de esta escuela vanguardista.

 

Desde principios de ese decenio escribió sobre las innovaciones literarias y sobre los nuevos movimientos característicos de la época. Los mejores ejemplos de esta actividad son sus obras Poetas y prosistas del Novecientos (1919), Los temas literarios y su interpretación (1924) y Literaturas del Norte (1924), así como la ya mencionada La nueva literatura (1927). Su tertulia en el Café Universal fue frecuentada por los autores encuadrados en el denominado “nuevo romanticismo”: Díaz Fernández, Muñoz Arconada y Ramón J. Sender. Durante la misma época (desde 1925) publicó sus críticas literarias en el periódico republicano La Libertad.

 

Cansinos permaneció en España tras la Guerra Civil (1936-1939), dedicándose a ultimar sus memorias y a su tarea de traductor de las obras de Dostoievski, Schiller, Goethe y Balzac, así como de El Corán y del Libro de las mil y una noches, dentro de los intereses característicos del modernismo. De origen judío, su interés por la tradición hebraica quedó reflejado en antologías y ensayos como España y los judíos españoles (1917), El secreto de la sabiduría (1918), Las bellezas del Talmud (1920), Cuentos judíos (1921) y Los valores eróticos en las religiones (1925).

 

 

 

 

 

 

 

Fotografía tomada de Wikipedia

 

 

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