
Un cortejo de luz hacia el poniente
Los recuerdos son las cosas
que ya no quieres recordar.
Joan Didion
Salió por fin la vida de su cuerpo,
depuestas ya las armas, los instintos,
digna ante nuestros ojos,
revestida de un brío inexistente.
Salió como si ayer, como si nunca
hubiese estado allí.
Quedaron en la estancia barricadas,
ruegos que de antiguos corroen la razón.
¿Quién limpia de los espejos aquel rostro,
la estela que dejara el gesto último,
la voz saltando aún entre las ramas,
como un ave extraviada, confundida,
recién salida de su jaula?
Una casa vacía
Agua enlutada
anegando la casa que de deja,
con sus viejos desagües
sus espectros vivientes
y la palabra prole
ahogándose
sabiéndose
camino a la molicie.
Tierra Santa
Es la noche en el sueño, yo me hundo
aferrada al cansancio de los otros,
a mi propio cansancio.
Veo a mi madre alejarse,
una isla y su nombre encima de las olas.
La corriente me arrastra tan hondo como puede,
tan lejos como sabe
de la rotura a la que pertenezco.
Un golpe seco, un giro
buscando a ciegas el árbol mutilado,
la tierra en lontananza.
Una isla, una madre que dispara a matar.
Herencia
Sembramos poco en la niñez,
acaso recogimos residuos ancestrales,
esa extrañeza al otro y su necesidad.
Hijos que perpetuaron el temor de los padres
atados al robusto alambrado de una casta
para no traicionar
aquella antigua fidelidad a la tristeza.
¿Qué vino es este que bebemos a solas
y llena nuestra boca de un llanto silencioso?
Destilar gota a gota su amargura,
hallar el frágil huesecillo de la estirpe
y no saber quebrarlo.
Diana cazadora
No hay otro aquí
en este plato vacío sino yo
devorando mis ojos y los tuyos.
Blanca Varela
Ella sabe del hambre y la ciudad,
del cuchillo que brilla en su pecho como un astro,
sabe de junglas y eternas cacerías.
Ella lame a los hijos,
pone en sus bocas la propia inanición
y tensa el arco de las fabulaciones,
volcada ya la cesta,
los peces de la angustia sobre el hielo.
Como le han enseñado, como ya ha visto hacer.
Ella entiende de trampas, de dulces dentelladas,
acecha junto al fuego como un lobo.
Delirio
Escucho grises, densas voces
en el antiguo lugar del corazón.
Alejandra Pizarnick
El que no se sostiene por sí mismo
sino por sus visiones
camina dulcemente entre nosotros,
escondiendo palabras que lo devuelven a la fragilidad.
El que va por la casa despertando las ánimas
y es a su vez aquella que a sí misma persigue
trae consigo las llaves de lo oculto,
lugar donde muertos y vivos confabulan
El que ocupa la silla del padre en nuestra mesa
y sostiene en su mano el cetro y la melancolía
nos devuelve al asombro
con el estruendo de lo recién perdido.
Estos poemas forman parte del libro Como quien nada teme, (Editorial Summa, Perú, 2023)
Arte poética
El corazón como una fruta
prohibida, fermentada.
El corazón en una báscula,
pesado por un ángel
de mano en mano
como una convicción
o una herramienta.
El corazón como una casa
donde entra y sale la penumbra
como una criatura arrinconada,
puesta al sol
para que le florezca la inocencia.
Otra criatura de isla
Parece que huimos del centro de la tierra,
viajamos a la costa,
recorremos sus bordes
hasta encontrar el punto más próximo a la fe.
Mirar como quien busca
o como quien espera.
Pisar lo húmedo, aquello que se hunde
hasta encontrar las manos
de los que levantaron nuestras casas.
Tú decías anclar
y en tus ojos las velas parecían plegarse.
Decías olvidar, sembrar, establecerse,
yo veía a las aves partir hacia el poniente,
los niños en la arena encerando maderas
que ya enceraron antes.
Tu decías echar raíz, desentenderse,
que una estación ya no sucede a otra,
una calle se olvida en otra calle.
Decías frnte al mar: las tormentas ocurren
para ordenar las cosas.
Yo veía a las nubes congregarse en el cielo.
Últimos dos poemas son inéditos.

Lizette Espinosa (La Habana, 1969) Ha publicado los volúmenes de poesía Donde se quiebra la luz (Eriginal Books, Miami, 2015), Por la ruta del agua (El Ángel Editor, Ecuador, 2017), Humo (Bokeh, Nederland, 2019), Lumbre (Plaquette, AlphaBeta, Miami, 2019) y Como quien nada teme (Summa, Perú, 2023); y en coautoría, Pas de Deux (2012) y Rituales (2016). Textos suyos aparecen en antologías de España, América Latina y Estados Unidos. Colabora como editora en diferentes blogs y revistas literarias y a participado en Festivales y lecturas de poesía en Ecuador, Chile, Perú, México, Uruguay, Bolivia, Portugal y España. Desde el año 2003 reside en Miami donde se dedica profesionalmente al diseño de ingeniería y agrimensura.
Foto de Lapitu Columbié
Semblanza proporcionada por Julio César Bustos
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