Ensayo sobre Joaquín García Monge por Marta Eugenia Rojas Porras

El legado del desamparadeño Joaquín García Monge con el Repertorio Americano

 

 

 

Introducción

 

Joaquín García Monge nació el 20 de enero de 1881 en el cantón de Desamparados de San José, Costa Rica, y murió el 31 de octubre de 1958 a sus 77 años.

 

Realizó estudios en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile.

 

Fue maestro de escuela; profesor de castellano; director de la Escuela Normal que se encargaba de formar las maestras y los maestros del país; director, durante dieciséis años de la Biblioteca Nacional; secretario (ministro) de Instrucción Pública, y fundador y editor de la revista Repertorio Americano.

 

Escribió varias obras: El Moto (1900) considerada la primera novela costarricense; Las hijas del campo (1900), Abnegación (1902), La mala sombra y otros sucesos (1917).

 

Su vida se caracteriza por distintas facetas: escritor, político, periodista, educador, editor.

 

Fue un intelectual crítico, con inquietudes sociales, lo que le valió la persecución política en diferentes momentos de su vida: por los hermanos Tinoco, por expresidente León Cortés Castro y por el figuerismo del 48.

 

En 1958 fue declarado, con dos votos en contra, Benemérito de la Patria, una semana antes de su deceso.  Respecto de estas mezquindades, González Zúñiga (2019, p. 22) plantea:

 

Al igual que Carmen Lyra, Yolanda Oreamuno y Carlos Luis Fallas, al final el Estado lo asumió como a un hombre bueno, modelo y orgullo nacional cuando ya no podía incomodar al sistema. Desaparecido el peligro, se construye el mito:  García Monge, apóstol de la educación; Carmen Lyra, la creadora de cuentos para niños y la maestra que promovió a Montessori en el país; Yolanda Oreamuno, la gran novelista de la primera mitad del siglo XX; Carlos Luis Fallas, el novelista que luchó por los trabajadores bananeros.  Una sociedad que no perdona opta por maquillar a sus héroes, los disfraza, los mitifica y, a veces, los transforma en objetos de veneración con placas y estatuas en lugares públicos, o bautizando escuelas y vías públicas años después, cuando el olvido ha borrado la memoria y distorsionado la verdad.

 

 

 

Pues bien, de García Monge, una figura tan prolífera, en este espacio hemos escogido referirnos a su labor editorial del Repertorio Americano, para lo cual se hace una indagación sobre estudios al respecto.

 

De acuerdo con Soto (2013), se establecen tres etapas editoriales históricas de la Revista Repertorio Americano:

 

 

 

Primera etapa

 

Andrés Bello, exiliado en Londres, mientras Bolívar lucha por la independencia, en 1826 crea una revista que llamó Repertorio Americano, cuyo propósito era expresar el pensamiento y aglutinar la conciencia latinoamericana. Esta iniciativa de difusión únicamente logró publicar cuatro números.

 

Segunda etapa

 

 Un siglo después, don Joaquín, autoexiliado en Nueva York, durante la dictadura de los Tinoco, anhela crear una revista que retome ese ideal. Asume tal desafío y con el nombre de Repertorio Americano lanzó un cuadernillo mensual de veinte páginas, el que se convirtió en una revista que recorrió y recorre el mundo. Don Joaquín estuvo al frente de la publicación del Repertorio Americano durante 39 años de su vida. De 1919 a 1958 lo publica ininterrumpidamente.

 

Posteriormente me voy a referir más específicamente a esta etapa y su legado.

 

Tercera etapa

 

Corresponde al tercer momento, cuando a partir de 1974 los derechos de publicación de la revista de Joaquín García Monge fueron cedidos a la Universidad Nacional de Costa Rica, específicamente por el Instituto de Repertorio Americano, al Instituto de Estudios Latinoamericanos (IDELA). Así, el Repertorio Americano se convierte en la primera revista publicada por la UNA.

 

Vale la pena destacar algunos aspectos de esta tramitación, pues constituye un hecho histórico relevante para la revista que nos ocupa:

 

… con la fundación de la Cátedra Joaquín García Monge en el Instituto de Estudios Latinoamericanos, y gracias a la gestión de don Francisco Morales, entonces Ministro de Trabajo y miembro de la Comisión ad-hoc, de Chéster Zelaya, Director del IDELA, del Presbítero Benjamín Núñez, Rector de la UNA, la comisión ad-hoc de organización de la nueva Universidad asumió el reto de publicar Repertorio Americano, como parte del acervo intelectual de la UNA (Morales, 1974, p. 8) (Repertorio Americano, Sobre la revista).

 

 

 

El escritor costarricense Isaac Felipe Azofeifa y la profesora María Rosa de Bonilla fueron también partícipes de la gestión de este proyecto que “permitió posicionar la primera revista de la UNA, entendida como una publicación universitaria que respondía a los retos de "Nuestramérica de hoy".

 

Para concretar el proyecto se realizaron negociaciones de orden legal específicamente con el Dr. Eugenio García Carillo (hijo de don Joaquín). Así se cedieron, legalmente, los derechos de publicación y uso del nombre Repertorio Americano a la Universidad Nacional, y se realizaron las gestiones para que la colección de 1919 a 1958 de la edición fuera donada al acervo de la UNA. De esta manera, “la Universidad Nacional y el IDELA, como instituto especializado, se convirtieron en depositarios de los derechos de propiedad intelectual, por un lado, y en custodios de dicho acervo, por otro (Zelaya, 1974, p. 8)” (Repertorio Americano, Sobre la revista).

 

Para los inicios de la Universidad Nacional, la decisión de publicar nuevamente Repertorio Americano reviste de importancia cultural y política, pues vincula a Heredia, cuna de la nueva universidad, con el espacio académico donde se había desarrollado la Escuela Normal, formadora de pensamiento crítico, que había sido dirigida, en un tiempo, por García Monge. De acuerdo con Soto (2013, p. 165), “la Revista regresaba, en cierta forma, a su origen”.

 

El Repertorio Americano de esta tercera etapa es una publicación académica, anual; una revista universitaria formalmente constituida como proyecto de extensión.

 

El mundo de la publicación académica ha cambiado mucho y de manera acelerada, de forma que la Revista ha ido adaptándose a las exigencias de los tiempos en cuanto a formato, presentación, estándares de calidad y actualización informática.  De ahí que se haya inaugurado una "segunda nueva época", la cual contempla las características de una revista que es producto editorial universitario con el sello EUNA, disponible en la página web de Repertorio Americano, del Instituto de Estudios Latinoamericanos.

 

La revista alcanza la etapa electrónica al vincularse con la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional. Se anexa, entonces, a la gestión por medio de los procesos técnicos bibliotecológicos y de las tecnologías web conocida como Biblioteca Electrónica Scriptorium (Montero Bustabad, 2016).

 

La forma digital tiene una mayor difusión y acceso. También puede ser consultada y por medio del catálogo electrónico del Sistema de Bibliotecas de la Universidad Nacional (SIDUNA): www.opac.una.ac.cr (Montero Bustabad, 2016).

 

Rodríguez (2019, p. 17) sostiene que el “Repertorio    Americano    Segunda Nueva Época mantiene la impronta garcíamongeana de acercamiento y conocimiento de los pueblos por la cultura”.

 

 

 

El Repertorio Americano de la etapa de don Joaquín García Monge

 

 

 

Ahora, después de los datos anteriores que nos ubican, pasemos a la etapa del Repertorio Americano de don Joaquín García Monge. Devolvámonos a su tiempo y a ver qué estaba pasando en él para ubicarnos en ese contexto.

 

 

 

Contexto histórico

 

Según Carvajal Mena (2016), este medio de comunicación surgió cuando el Estado liberal costarricense experimentaba una situación crítica: la caída del gobierno de Alfredo González Flores (1914-1917), dos años del gobierno de Federico Tinoco Granadas (1917-1919), las consecuencias de la Primera Guerra Mundial y la crisis de mil novecientos veintinueve del modelo agro exportador. Todo ello provocó una reducción en los ingresos generados por los productos primarios de exportación. Además, el costo de obras de infraestructura y el funcionamiento de la administración pública dependió cada vez más del crédito interno y externo, el endeudamiento creció.

 

En 1918, en contra de Tinoco, se formó un movimiento político que se unió a las huelgas realizadas por los diversos gremios: panaderos, pureras, cigarreras y otros sectores del movimiento obrero que luchaban por una jornada laboral de ocho horas y contra el aumento del costo de la vida. Los maestros y maestras exigían el mantenimiento del número de plazas y mejores salarios. A lo anterior, deben sumarse los continuos llamados contra la dictadura de Federico Tinoco que había interrumpido la vida republicana costarricense y diezmado las libertades.

 

Se puso en marcha el Movimiento Cívico Estudiantil de 1919, encabezado por estudiantes y docentes de la talla de María Isabel Carvajal y Lilliam González. El movimiento se había extendido a todo el país y se habían sumado todos los sectores: obrero, campesino, profesional y artistas. El pueblo se levantaba contra el régimen caracterizado por la represión, la violencia, el terrorismo de Estado, la tortura y el asesinato.  Dos grandes figuras perdieron la vida durante estos acontecimientos:  el maestro salvadoreño Marcelino García Flamenco y el poeta Rogelio Fernández Güell.

 

Las luchas en distintos lugares del país culminaron con un significativo levantamiento popular y la quema del periódico oficialista "La Información" como protesta ante la represión que experimentaba la libertad de prensa.

 

Carlos Luis Fallas recoge el hecho en su libro Marcos Ramírez. Ahí participaba nuestra Carmen Lyra. Con fines ilustrativos, se comparten fragmentos de un artículo de opinión de Ducca (2019):

 

1/ Durante la mañana, hubo una concentración de mujeres, sobre todo educadoras y alumnas, en el Parque Morazán.  Carmen Lyra inició los discursos… Le siguieron otras compañeras con el mismo tono de exaltación de los ideales. Cuando le tocó el turno a doña Andrea Venegas de Daly, se instaló un piquete de la policía montada… reforzado después con más policía montada y de a pie.  Es decir, estaban acordonando la manifestación.

 

2/ Carmen Lyra se encaminaba con un grupo hacia el Parque Central y fue interceptada por otro grupo de policías... Carmen Lira recibió un planazo que la derribó a tierra, y allí hubiera sido ultimada si algunos jóvenes no se interponen con peligro de su vida, y si dos caballeros extranjeros no la conducen en coche a la casa del Cónsul Americano.

 

4/ Una visita … le hicieron más de mil manifestantes a la señora Carmen Güell de Fernández, madre de Rogelio Fernández Güell, quien había sido ultimado, junto con sus compañeros de lucha, en Buenos Aires, por la tiranía de los Tinoco. 

 

 

 

Entre setiembre de 1919 y mayo de 1920, el país quedó en manos de un gobierno provisional, el cual tuvo que enfrentar grandes protestas populares. Gracias a estos movimientos, se aumentaron los salarios y se estableció la jornada de ocho horas para el trabajo urbano.

 

En el acontecer mundial, la Primera Guerra Mundial provocó cambios: se fundó La Sociedad de las Naciones, con sede en Ginebra que, aunque no tuvo poder ejecutivo para hacer valer sus decisiones, albergó en su seno a los Estados no europeos, se creó la Organización Internacional del Trabajo (OIT), encargada de custodiar la situación socioeconómica del sector obrero y sus derechos a nivel mundial. Por su parte, la revolución Rusa instauró la dictadura del proletariado, en la India se luchaba contra el Imperio Británico y en China también contra el imperialismo.

 

En el caso de los países de la región, Nicaragua había sido ocupada   por   Estados Unidos desde   1912, Panamá desde 1903, y Cuba y Puerto Rico desde 1898.  Por otra parte, la United Fruit Company representaba la presencia económica gringa en el istmo.  

 

En este marco de movimientos revolucionarios y luchas antiimperialistas, se sufre la muerte de Zapata en la Revolución Mexicana, y la guerrilla de Augusto César Sandino lucha por expulsar a las tropas norteamericanas que habían invadido Nicaragua. Mientras tanto, a nivel internacional, Estados Unidos se consolidaba como potencia regional, su presencia cada vez cobraba más fuerza, asentando su dominio político, económico y militar. 

 

 

 

El Repertorio: Una amplia gama de cultura universal

 

En ese complejo contexto histórico apareció el primer ejemplar el lunes 01 de septiembre de 1919. El Repertorio Americano se editó en San José, mediante un trabajo artesanal, donde García Monge organizaba la publicación y su distribución. Era quincenal.

 

Con el Repertorio Americano, García Monge abre, en Costa Rica, según Carvajal Mena (2007, p.148):

 

… un espacio para externar ideas, inquietudes, denuncias y esperanzas. Por su medio García Monge logró establecer una dinámica de interacción y construcción de una comunidad ideal, supranacional, política con una base hispanoamericana que escribía y a la cual se dirigía la revista. Por eso, la revista ofrecía una amplia gama de cultura universal.

 

 

 

En el primer número aparecieron connotadas figuras latinoamericanas de la época y de diferentes formas de pensamiento:  Leopoldo Lugones, Juana de Ibarburu, José Umaña Bernal, Manuel González Zeledón, Omar Dengo y Octavio Jiménez.  Este repertorio de voces muestra variedad geográfica, cultural, ideológica, situación sostenida a lo largo de la existencia de la Revista, porque don Joaquín era un intelectual con manifiesta apertura y amplitud de mente.

 

Su circulación se fue extendiendo por Centroamérica, España y América del Sur, especialmente en Chile, Argentina y Venezuela; también, en Estados Unidos de Norteamérica, España y otros países europeos. Además de encontrar público lector en los países de habla hispana, publicó algunos artículos en inglés, francés e italiano.

 

Se nutría de diferentes materiales de la época y publicaba así la visión y el pensamiento de grandes intelectuales: Miguel de Unamuno, Gabriela Mistral, Alfonso Reyes, Baldomero Sanín Cano, José Vasconcelos, Enrique Varona, Pablo Neruda, José Carlos Mariátegui. De esta lista destaco tres textos originales del intelectual español Miguel de Unamuno y más de 27 originales de Gabriela Mistral, escritora chilena y Premio Nobel de Literatura.

 

Esta pluralidad de figuras autorizadas funcionaba como marcador de calidad y de prestigio de la Revista.

 

En algunos números, se publicaron textos de Vladimir Lenin, Tolstoi, Gandhi, Augusto César Sandino, o de poetas de Latinoamérica de tendencias vanguardistas, cuyas obras no encontraban cabida en otros espacios.

 

Además, gracias al Repertorio Americano se dieron a conocer voces nuevas costarricenses, entre quienes figuran: Max Jiménez, Carmen Lyra y Joaquín Gutiérrez.

 

También, con frecuencia, se publicaron artículos como uno de Simón Bolívar sobre Sucre, y otro titulado "Estatura continental de don Miguel de Hidalgo. Apuntes sobre el prócer, en el 141 aniversario de su ejecución", de Vicente Sáenz. Esto evidencia que la generación de “la espada y de la pluma, no pensaba parroquialmente”, sino en sentido continental (Repertorio Americano, 1953, p. 1).

 

La Revista se mantuvo en una línea de carácter humanista, universal, latinoamericanista y antiimperialista, aunque no vaciló en dar cabida a voces y visiones con las que no compartía ideológicamente su editor (Oliva Medina, 2008). Era una revista cosmopolita.

 

Vale la pena anotar, que el Repertorio Americano, en sus inicios, hizo eco del discurso oficial que destaca la homogeneidad étnica, la blanquitud costarricense, la laboriosidad y el pacifismo. Sin embargo, la revista también brindó información sobre acontecimientos políticos como la dictadura Tinoco.

 

Por ejemplo, ante una publicación, en 2019, de John M. Keith, norteamericano, representante de la United Fruit Company, que decía que Costa Rica era "...un pueblo homogéneo descendiente de los conquistadores hispanos, quienes trajeron a América la civilización occidental", las voces de protesta no se hicieron esperar. María Isabel Carvajal (Carmen Lyra) fue una de ellas:

 

... en Costa Rica vivimos muy a gusto, metidos como sardinas en aceite, dentro de una pobre comodidad que nos hemos creado, y este hábito oleaginoso nos hace mirar con absoluta indiferencia la suerte de los otros pueblos de América ...  (Repertorio Americano; 1928, 16, 4, 63).

 

 

 

Medio informativo y educativo

 

Por su parte, el director del Repertorio, además de ilustrar a través de la revista, tenía una clara conciencia de su responsabilidad histórica educativa. La revista, por tanto, se constituyó en un espacio para educar y crear conciencia sobre la realidad de Costa Rica y del resto de América. Su función informativa, formativa y su finalidad consiste en reforzar, por medio de los contenidos, las actitudes de la ciudadanía, propiciar el debate y reorientar la sociedad.

 

El discurso nacionalista desarrollado durante la segunda mitad del siglo XIX y la amistad con personas como Omar Dengo, Roberto Brenes Mesén, Carlos Luis Sáenz y María Isabel Carvajal (Carmen Lyra), entre otras personalidades, fue esencial para la consolidación de algunos proyectos culturales y educativos de García Monge (Carvajal, 2016).

 

Recuerda Arnoldo Mora (2017) en su libro El ideario de Joaquín García Monge, que la labor cultural de don Joaquín, principalmente en el Repertorio Americano, hizo las veces de la universidad de la cual el país carecía durante la primera mitad del siglo XX.

 

El Repertorio cumplió la función de ser la universidad que Costa Rica no tenía y que no cumplía la Escuela Normal. Porque universidad no es solamente un lugar donde se dan clases y se gradúan profesionales, no es una fábrica de títulos.  Una universidad es fundamentalmente un volcán o un centro de efervescencia de ideas que tiene que expresarse en publicaciones.  Esa labor la cumple el Repertorio Americano y lo hace de manera maravillosa (Mora Rodríguez, 2013, p. 16). 

 

 

 

Como es evidente, el Repertorio Americano se convirtió en un medio de difusión cultural del más alto nivel que llenó el vacío existente en Costa Rica ante la ausencia de una universidad y en un contexto regional en el que reinaban dictaduras militares.

 

         

 

          Inmensa labor editorial

 

En palabras del intelectual Luis Ferrero, don Joaquín, "tenía brújula" y sabía a dónde iba”.

 

García Monge hacía de editor, de distribuidor y es probable que incluso gestionara la publicidad que aparecía en la publicación (Soto, 2013). Su labor de editor fue entrañable, sobre todo si se toman en cuentan las dificultades para conseguir información en los años veinte y treinta. La fortaleza apuntada, sin duda, le permitió su sostenida publicación en cuanto a periodicidad y calidad.

 

Gestionar esa gran red de personal editor, colaborador o productor de contenidos, distribuidor y de un público lector demandaba la condición de saber hacia dónde iba, como se apuntó anteriormente. En uno de sus escritos, el editor evidencia la soledad que significaba hacer una revista como la suya, en la que en cada número luchaba contra viento y marea por sobrevivir y llevar lo mejor de la cultura hispanoamericana a sus lectores (Leído en una foto de Katya Alvarado).

 

A lo largo de los años, don Joaquín fue acumulando enormes cantidades de materiales recibidos de muy diversas partes del mundo, por lo que la Revista llegó a consolidarse como una publicación internacional, y con periodicidad regular o frecuencia en su salida de cada dos semanas en promedio, lo que se considera inusual para la época.  Esta condición la hacía muy atrayente tanto para quienes la leían como para quienes publicaban en ella e hizo que la revista se convirtiera en ventana de la gran intelectualidad hispanoamericana durante la primera mitad del siglo XX.

 

Un aspecto crucial de estas conexiones lo establece un hecho de carácter político: la Guerra Civil Española. Durante el conflicto (1936-1939), la publicación se constituye en uno de los medios de comunicación escrita más destacados en América Latina en apoyo de la república española. Difunde, de un lado, las letras españolas y americanas republicanas; de otro, la revista fue el eje o círculo concéntrico desde donde se diseminó un movimiento social y cultural iberoamericano solidario que incluyó campañas de ayuda, redes de intelectuales y sectores progresistas que se conmovieron con los agitados y traumáticos acontecimientos españoles. (Oliva, 2008, p. 34)

 

         

 

Al finalizar la década de 1920, García Monge, en varios números de la revista, proporcionaba los nombres y direcciones de sus contactos colaboradores, cuya sección llamada “señas de escritores”. Destaca Oliva (2008, p. 35) que esto es indicador de:

 

1.    El altísimo interés por obtener los datos del mayor número de intelectuales de América, “esto le valió varios adjetivos como, aquel que le gustaba tanto, ‘coordinador de América’ acuñado por uno de los intelectuales más distinguidos, Alfonso Reyes”.

 

2.    La necesidad de esta red de contacto en diversos países para conseguir artículos que pudieran incluirse en cada una de las ediciones, para conocer el desenvolvimiento cultural, literario y político.

 

3.    Su uso para encontrar polémicas o denuncias que le enviaban estos contactos que a la postre se convertían en colaboradores o colaboradoras.

 

4.    La publicación de dichas señas podía actuar como circuitos comunicantes entre los diversos grupos de escritores o escritoras de América y España.

 

Esta actitud de compartir contactos evidencia no solo una actitud conveniente para la Revista, sino también su don personal de divulgador interesado en la difusión del conocimiento puesto al servicio de las mayorías.  

 

En palabras de Gabriela Mistral (1929):

 

... todos los escritores de América Latina, le debemos algo a García Monge ... Gracias a él nos conocemos muchos que vivimos separados por millares de leguas".

 

 

 

La miopía censuradora

 

Como ya se dijo, García Monge fue un intelectual crítico, con inquietudes sociales, lo que le valió la persecución política en diferentes momentos de su vida. De igual manera, el Repertorio Americano pasa a ser identificado, por algunos gobiernos de América Latina y Centroamérica, como “un medio que difunde ideas peligrosas y desestabilizadoras” (Oliva, 2008, p. 37).

 

Por ejemplo, fue censurado en El Salvador y Guatemala, países en donde no podía ser distribuido. Estos gobiernos emplearon diferentes recursos para impedir su distribución; sin embargo, no pudieron impedir que por la clandestinidad llegara a quienes la leían.

 

 

 

Conclusiones

 

El Repertorio Americano, en sí, constituye un legado de García Monge, para el país y para el mundo. Por esta labor cultural, se le considera constructor de la nacionalidad costarricense y se le denominó "laboriosa abeja de la cultura hispánica" (Repertorio Americano, 1925, Tomo 10(1), p. 3).

 

De acuerdo con Carvajal (2007, p. 53), el Repertorio Americano “refleja el ideario político de García Monge: antiimperialista, patriótico, defensor de los trabajadores, de la soberanía de los pueblos y maestro por excelencia que no sólo se conformó con impartir el conocimiento desde el aula, sino también a través de su revista, porque según su criterio, las artes, las ciencias y las letras deben estar al servicio de la sociedad”.

 

Como es posible observar, el Repertorio llegó a consolidarse como un medio tanto para la difusión del conocimiento, así como también para que su público lector pudiera mantenerse actualizado en lo referente a una amplia gama de temas.

 

Gracias a la Universidad Nacional, este legado se conserva y se difunde. Además de que se prolonga en el Repertorio Americano, Segunda Nueva Época, revitalizado y actualizado, y con la tecnología y criterios de alta calidad del momento.

 

Para quienes se dedican a la labor de edición de revistas, la figura y el ejemplo de García Monge debe ser un referente obligado.

 

Para escritoras y escritores, no se trata solo de publicar. Él se constituyó en un gestor cultural que llevaba la producción al pueblo y que apoyaba a sus colegas.

 

Termino mi participación con las palabras del Dr. Arnoldo Mora, académico y exministro de Cultura:

 

Inigualable condición de editor de la Revista Repertorio Americano con que no solo se dio a conocer personalmente a nivel continental y más allá, sino y principalmente a Costa Rica, su tierra natal.  … En ella difundió el pensamiento político, científico y literario, por lo que es calificada como “la revista cultural más prestigiosa de habla española durante la década de los años 20. (Mora Rodríguez, 2008, párr. 3)

 

          Como desamparadeña de cepa, me siento muy orgullosa de este maestro, escritor, editor e intelectual con el que comparto mi origen pueblerino, mis anhelos por una comunidad literaria amigable y solidaria, y la utopía de un mejor mundo.

 

 

 

Referencias

 

Carvajal Mena, Ligia. (2016). El Repertorio Americano: puente de comunicación y cultura. Revista Estudios, (20), 138–150. https://doi.org/10.15517/re.v0i20.24059

 

 Ducca D., Isabel. (27 mayo, 2019)   El 13 de junio de 1919: La quema de La Información o la legendaria boa. ELPaís,cr (Opinión).

 

González Zúñiga, Julián. (2016). Un acercamiento al Repertorio Americano (1919-2019). Repertorio Americano segunda nueva época, 26.

 

González Zúñiga, Julián. (2019, enero-diciembre). Editorial. Repertorio Americano. Segunda nueva época, 29.

 

Lyra, Carmen. (1928). En Repertorio Americano, Tomo XVI, 4, 63.

 

Mistral Gabriela. (1929) En Repertorio Americano, Tomo XI, 15, 234.

 

Montero Bustabad, Pedro. (2016, enero-diciembre). Repertorio Americano: Un aporte temprano a la gestión del conocimiento. Repertorio Americano. Segunda nueva época, 26.

 

Mora Rodríguez, Arnoldo. (24 junio, 2008). El legado del arielismo en García Monge. (Entrevistadora Blanco Picado, Patricia) Semanario Universidad.

 

Mora Rodríguez, Arnoldo. (2013). Joaquín García Monge y el Repertorio Americano. Revista Comunicación12(1 y 2), 162–166. https://doi.org/10.18845/rc.v12i1 y 2.1193

 

Mora Rodríguez, Arnoldo. (2008). El legado de don Joaquín García Monge a 50 años de su muerte. Revista Comunicación,17(29, Edición Especial).

 

Mora Rodríguez, Arnoldo. (2017). El ideario de García Monge. Euned.

 

Oliva Medina, Mario. (2008). Historia de Repertorio Americano (1919-1958). http://revistas.tec.ac.cr/index.php/comunicacion/article/viewFile/987/894

 

 Rodríguez Vargas, Nuria. (2019). Repertorio Americano ayer y hoy (1919-2019). Repertorio Americano Segunda Nueva Época, 29, 15-17. https://www.revistas.una.ac.cr/index.php/repertorio/article/view/13520/18802

 

Soto Ramírez, Maribel. (2013). El Repertorio Americano (1974-1983): Primera Revista Académica Fundada en la Universidad Nacional de Costa Rica.  Revista Historia de la Educación Latinoamericana, 15(20), 151-174.    https://doaj.org/article/fe649d7643c44918bdbf2d2007270297

 

Repertorio Americano. (1953). Repertorio Americano, 48(5).

 

Repertorio Americano. (2017). Historia del Repertorio Americano. Sobre la revista. Repertorio Americano. Autor. 

 

Universidad Nacional. Instituto de Estudios Latinoamericanos (2016). Repertorio

 

Americano. http://www.revistas.una.ac.cr/index.php/repertorio/index                                                                                                                                       

 

Joaquín García Monge nació el 20 de enero de 1881 en el cantón de Desamparados de San José, Costa Rica, y murió el 31 de octubre de 1958 a sus 77 años.

        

 

Fuente Fotgráfica: El Jornal de Costa Rica   


Marta Eugenia Rojas Porras

 

Filóloga. Docente e investigadora catedrática jubilada de la Universidad de Costa Rica. Actualmente presidenta de la Asociación Costarricense de Escritoras (ACE).

 

Su poesía es recorrida por dos hilos semánticos: la voluntad constante e inclaudicable de búsqueda y una visión esperanzadora que se articula desde lo íntimo, marcada por la indagación que escudriña el pasado y sus relaciones. Su escritura se inserta en un debate ético que problematiza el doloroso y necesario proceso de reflexión de la mujer y sobre la mujer, y las circunstancias de un mundo cargado de injusticias.

 

Publicaciones literarias

 

Poemarios: La sonrisa de Penélope y su costumbre del adiós; Aposentos del dese; Habitar la casa del tesoro; Destejiendo la intemperie; Zárate desencadenada, texto lírico-dramático;  El fuego nombrado,  Andar insurrecto.

 

 Ensayo: Registro de una conquista: La asociación Costarricense de Escritoras, en coautoría.

 

Relato: Las herederas del miedo: Mi cuilten.

 

En su aparición en antologías, entre otras, se señalan: Indómitas voces (Antologadoras Sonia Marta Mora y Flora Ovares). Las poetas de Costa Rica, Los gritos de Medea: Violencia de género en la poesía feminista costarricense (Antologadores Yordan Agüero y Lobo) y Ni miel ni hojuelas. Escribir desde la feminidad (Antologadora Yadira Calvo).

 

 

Semblanza y biografía proporcionadas por Blanca Eugenia Rojas Porras

 

Escribir comentario

Comentarios: 0