También nosotros volamos papalotes
***
Nos arrancaron los ojos
los dientes
las uñas y los sueños.
Nos arrancaron de casa
del palmo de jardín
de la montaña.
Nos arrastraron
hasta quedar en trizas
hasta morder el polvo
el lodo que llevamos dentro.
Nos destazaron
sin miramiento alguno
borraron
el rastro de los párpados
las ganas de volar
sin los grilletes.
La historia de los golpes
quedó encerrada
entre las dentelladas de la sangre
en gritos de terror
en los calabozos de exterminio.
Un golpe de aire
descubre las falanges
de la mano izquierda
un incomprensible lenguaje
en movimiento.
Nadie recuerda
si alguien nos presiente
en los torcidos vestigios cervicales
en el podrido nidal del salvajismo.
***
Tinta roja
tinta marrón
hierro cal ceniza
siempre con el dilema
al comenzar el día.
Los barcos
se dibujan en rojo
con líneas blancas al costado
un fondo azul amanecido
y docenas de tritones de aire.
Tal vez
las naves de papel
puedan navegar
en las lágrimas
de todos los desaparecidos
tal vez
las suelas chamuscadas
guarden vestigios
de los oscuros cardos
del instante
en que fueron besados
por la muerte.
***
Se queda el frío
sobre las hojas de afeitar
quedan los chivos
los corderos
los sobrevivientes
que siguen
con la frustración de siempre.
La muerte
es un puñado de costales atezados
un naufragio de brazos
entre cartón podrido.
Los amados
no escucharon el quejido de las corvas
fragmentarse el cráneo
el esternón que duele todavía.
Nada de lo que digan
logrará mitigar
los golpes sufridos en la carne
la deuda inmemorial
del homicida.
***
Estamos a la espera
que las plegarias
nos rediman
que la ceguera
deje de destrozar a los escribas
y desaparezcan
los cientos de
hormigueros.
A ojos vistos
un país con amnesia es desangrado.
***
Para no olvidar a cada uno de los muertos
habrá que cincelar
un poema en cada piedra
una plegaria en las paredes de basalto
en cada gruta
en cada fuego
en que nos hemos extraviado.
Para no olvidar
perforaremos las plazas de cantera
lanzaremos sal
tarsos
manubrios
trampas con animales muertos.
Calidra
harapos
fermento
molares rotos
no hay ojos para llorar
ya todo está podrido.
***
La vida
gira sin tacto y sin oído
entre los trozos de metralla.
¿A quién le hicimos la maldad?
no logro recordarlo.
Todos aquí estamos muertos.
El barro
sabe a sal
al abandono
al galopante destierro de la milpa.
Nadie pretende ir
a ninguna parte
aquí
todos somos malditos
todos
estamos malditos
aunque siempre
anhelamos
regresar a casa.
Entre ritos de piedras
el resto del esternón cohabita en la frontera.
***
Ayer pensé que eran las once la noche
que era viernes de impunidad
y tragos en la esquina
pensé en los muros y en las alambradas
en los tatuajes y en la santa muerte.
¿Cómo podemos hablar
si nos impusieron el silencio?
si una avalancha de impotencia
aplasta el espacio reducido.
Tuve un tambor para las marchas
Santa Cecilia
cantaba con nosotros
el tam tam de los ausentes
himnos
de los que tampoco regresaron.
Parece que hoy
es el día de la Candela
el día de la fiesta de la luz
y nadie viene
a despertar con música.
Hoy
es viernes
sin luto
sin representación
sin nada.
***
La oscuridad tirotea
el territorio mancillado
la lluvia
llega por septiembre
y el invierno
converge en la frontera del relincho.
Se cuela la eternidad
en la porosidad de los silencios
extrañamos
noviembre
los arcos de sol
el cempasúchil
la dama de la muerte
y de los días cortados.
Mamá decía
que la soledad
vuelve más loco
a cualquiera que se atreva
a desafiar la oscuridad del mundo
y nosotras aquí
vencidas
entre la sangre coagulada
buscamos
arcángeles guardianes
catrinas
escalones
para trepar con el copal al viento.
Apresuradas
-las de negrose han quedado solas
en el carcomido portal
de media luna.
***
Se extienden el tepetate
hasta morder el viento
desgarra estaciones
pierde altitud
longitud
arcilla.
También nosotros fuimos niños
volamos papalotes
piedras desde la punta del zapato.
Atrapamos
dientes de león
cocuyos
lloramos
de soledad
de miedo.
Había fuego en el fogón
un poco de pan y camas duras
a veces
la oscuridad reinaba por la casa
y en aquellos temidos callejones.
Todo era verde
en las cornisas jadeaba el sol al medio día
la sombra
al mínimo conjuro
se aferraba a la profundidad de las arrugas.
Cantaba la cigarra
sabía que la muerte
en poco tiempo nos llegaba del fondo.
Gatos y cicatrices olfatearon las heridas
ahondaron
los arteros filos de serrote.
***
Arañando las fosas y las piedras
No claudicaremos.
Eructaremos huesos
uñas y cabello
vomitaremos falanges
lanzaremos carpos
costillas
hasta que el viento se apiade de nosotros
y podamos recordar nuestras visiones.
No
no claudicaremos
mil tormentas de arena
habrán de conformarse
para que pueda
descansar
mi nombre.
Esta selección de poemas pertenece al libro También nosotros volamos papalotes.
Roberto Reséndiz Carmona nació en Zitácuaro, Michoacán, México, em 1954. Es director del Encuentro Internacional de poetas y escritores que se organiza en Zamora, Michoacán, desde 1997. Promotor cultural independiente y creador del Festival del Chongo Zamorano.
Ha participado en diversos Festivales y Encuentro de Poetas en Michoacán, Guanajuato, Veracruz, Estado de México, Quintana Roo, Jalisco, San Luis Potosí, Querétaro y Monterrey. Ha dado lecturas en Queens, Nueva York (USA), en Buenos Aires, La Plata y Adrogué (Argentina), en La Habana, en la Universidad de Cienfuegos y en la Casa de la Cultura de Cumanayagua, (Cuba) en la ciudad de Bento Gonçalves, de Río Grande do Sul (Brasil), en Pontevedra, Santiago de Compostela y La Coruña (España), en Venecia, Italia, en el VI Festival internacional de poetas de Chimbote, Perú y en la ciudad de Lima.
Participó en 2007 en la Feria Mundial del Libro en Bogotá, Colombia. También dio lecturas en la Universidad del Meta en Villavicencio, en el Instituto Municipal de Cultura de Bucaramanga, en la Casa de la Cultura de Floridablanca y en la Sociedad de Escritores Chilenos, en Santiago de Chile. Participó en el VI Encuentro Internacional de Poetas, en Manabí, Ecuador, invitado por la Universidad Laica Eloy Alfaro y en el XII Encuentro Internacional de Poetas en Chañaral, Chile.
Ha sido publicado en diversas partes del mundo y algunos de sus textos han sido traducidos al italiano, al francés y al sueco.
Obra poética: Poemas de Espejo (1982), La Noche Rueda del Tintero (1985), Diez Años Después (1994), Recuerdos de Pasión (1996), De Peces y de Colores (1999), Vino Blanco Para Dos (2002), De Amargo Color Salado (2003), Agua de Mar (2005), Elegías a la Muerte de mi Padre (2005), Desnudo en el Espejo (2006), Mujeres de Luz… (2007).
Semblanza y fotografía proporcionadas por Roberto Reséndiz Carmona
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Antonio Leal (domingo, 05 mayo 2024 08:28)
tal vez
las suelas chamuscadas
guarde vestigios
de los oscuros cardos
del instante
en que fueron besados
por la muerte.
.es curioso pensar que una palabra en plural pueda cambiar el sentido de todo un párrafo. Metido ya en camisa de once varas, bueno, por lo de las suelas guarde-guarden , y lo demás. Espero equivocarme. Saludos para recordar la distancia.