Poesía de Olga Votsi

CÍRCULOS DE LA EXISTENCIA

 

 

 

Círculos de la existencia—

 

anhelamos permanecer en uno de ellos, arriba, en el más luminoso,

 

ese que juega constantemente con el sol, con las hojas, con el

 

rocío.

 

Pero las aguas nos arrastran más abajo, 

 

hacia otros círculos más ricos que aquél, más oscuros, 

 

para tocar con las manos temblorosas las primeras raíces de la

 

vida, para alcanzar la corriente donde brotan las lágrimas, las voces más

 

hondas.

 

 

 

 

 

DE LAS FUENTES

 

 

 

Todos quieren beber de las fuentes.

 

Uno empuja al otro al abismo

 

y el ansia secreta brilla como un cuchillo en la noche.

 

 

 

Todos han arrojado

 

a los pozos a alguien vivo

 

y han tapado con las manos el horror.

 

 

 

Deseos intactos que no salen a la luz.

 

Sólo el sueño libera la boca

 

y escuchamos los ladridos del bosque,

 

nos detenemos en sus lindes y temblamos.

 

 

 

 

 

AFUERA BRILLA EL ALIMENTO

 

 

 

Pertenecemos a los pájaros. 

 

Al delicado trino de su voz, 

 

nudo aéreo a cuya señal 

 

marchamos arrobados.

 

 

 

Al vasto mundo pertenecemos, 

 

a la luz, al aire sereno, al cielo.

 

 

 

Fuera de nosotros buscamos volcarnos 

 

cuando adentro todo vacila y desaparece, 

 

como niños y frágiles ciegos 

 

tomados del vestido de una madre.

 

 

 

Afuera brilla el alimento,

 

doloroso y sobrenatural,

 

listo como un astro para brillar

 

en nuestras entrañas,

 

y nuestra indigencia

 

espera como un perro para tomarlo

 

y alimentar los laberintos del alma.

 

 

 

 

 

SOMOS CUERPO

 

 

 

Somos cuerpo.

 

Sus recios nudos nos atan al gemido.

 

Allí están cautivos nuestros miembros.

 

Quieren moverse, huir, pero no pueden.

 

 

 

Nos ha atravesado las manos

 

con el clavo del dolor

 

que todo el amor de nuestras entrañas

 

trata de arrancar.

 

 

 

El amor, el amor,

 

que sólo en el cuerpo quiere habitar,

 

 permanecer como un esclavo allí para siempre 

 

o encontrar dolorosamente los oscuros escalones 

 

que llevan a la secreta puerta del cielo.

 

 

 

 

 

EL ALMA NUEVA

 

 

 

Entonces, se abrirán de repente las flores y las hojas,

 

violentamente el cuchillo entrará en la carne nueva,

 

aletearán atemorizados los párpados.

 

En la profusión de besos,

 

entre tantos sonidos ahogados en la alfombra,

 

madurará en la sangre el alma nueva.

 

 

 

Y así la tierra estará preparada

 

para nuevos conocimientos,

 

para otros círculos sucesivos de dolor.

 

 

 

Pero secretamente en el centro de la existencia, 

 

como en medio de un mar silencioso,

 

temblará la oculta red tendida 

 

para atrapar la imagen de la felicidad.

 

 

 

 

 

NO TIENES NOMBRE

 

 

 

Mientras más cerca de mí palpitas, más me circundas, 

 

tocas mis cabellos, enciendes mis mejillas, tanteas mi ropa, 

 

y no tienes nombre para llamarte, 

 

súbito estremecimiento de la vida,

 

viento que se levanta de las entrañas invisibles de la música, 

 

de la oscura raíz de la tierra. 

 

No tienes nombre para llamarte. 

 

Pero tu felicidad agranda los surcos de mi existencia, 

 

porque contigo respiro en la Verdad,

 

porque tiemblo, como un ardiente deseo, en el ritmo secreto 

 

del mundo.

 

 

 

 

 

 

 

Traducción de Horacio Castillo

 

Estos poemas fueron tomados del libro Poesía Griega Moderna,

 

publicado por la editorial Vinciguerra, 1997, Buenos Aires, Argentina.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Olga Votsi (Grecia 1922-1998), seudónimo literario de Olga Boúki-Plati. Nació en el Pireo. Estudió Filología en la Universidad de Atenas y siguió cursos de Filología alemana e Historia del Arte en la Universidad de Bonn. Trabajó como maestra en escuelas públicas y privadas en Atenas, El Pireo y Lefkosia, Chipre.  Escribió diez libros de poesía y uno de ensayos, colaboró en varias revistas literarias como nueva Hestía, y Responsabilidad y Chipre Espiritual. Hizo traducciones de Kafka, George Tralk, Dickinson, Celan, Keyes, Rilke, Mann y otros. Ha sido traducida al francés, italiano y polaco. En 1971 recibió el Premio Estatal de Poesía y fue miembro de la Asociación Nacional de Escritores Griegos.

 

Imagen tomada de la página Poetas Antología Universal 11,100 Poetas de 180 Países

 

 

Horacio Castillo fue un respetado escritor argentino, nacido en Buenos Aires en el año 1934 y fallecido en La Plata en 2010. Sus primeros poemas vieron la luz al comienzo de la década del 70, con el poemario titulado "Descripción", y más tarde vinieron "Tuerto rey", "Los gatos de la Acrópolis" y "Cendra", entre otros. La producción lírica de Castillo finalizó en el año 2005 con su libro "Mandala", y a partir de ese entonces se publicaron diversas antologías que reúnen todas sus poesías, las cuales han sido traducidas a varios idiomas europeos.

 

Por otro lado, Castillo realizó distintas actividades culturales, y formó parte de la Academia Argentina de letras. Asimismo, mostró un profundo interés por la lengua griega, y tradujo un gran número de poemas, los cuales se agruparon en más de cinco libros. Uno de los autores de dichas obras es Odysseas Elytis, con quien entabló una relación epistolar que duró muchos años.

 

A continuación contamos con una selección de sus poemas, y destacamos "Anquises sobre los hombros" y "El pecho blanco, el pecho negro". Su obra es reconocida en varias partes del mundo y lo hizo merecedor de premios y reconocimientos, tales como el prestigioso Premio Konex.

 

 

 

Semblanza e imagen tomadas de Wikipedia

 

Escribir comentario

Comentarios: 0