Poemas de María Lourdes Pallais

Mi suerte

 

Tengo la suerte del creyente

que arriesgó su vida

por pura fe

la del desesperado

que perdió su rumbo

la del amante

que nunca fue ciego

la del borracho

que bebió una laguna

y vomitó sangre

 

Tengo la suerte de todos ellos

y como ellos

perdí la fe

 

Me persigue la suerte

de las gaviotas tristes

que no tienen viento

la suerte del huérfano sordo

que tuvo diez padres

y no tuvo madre

la del avaro del desnutrido

que acumuló una gran traición

y doscientas torpezas

la del ambulante

la del gitano

la de la esposa

la de los que aman

sin tener a quién

 

Sufro la suerte del moribundo

que se sonríe

por pura fe

la suerte del mundo

la del gigante

y los leprosos

la cargo conmigo

y no sé porqué

 

Yo tengo la enorme suerte

del sol grandioso

 

Tengo la vida

y me gusta el silencio

 

Tengo todas

todas las suertes

las de los sueños

las de los ojos

la del respiro

la del hechizo

y la que me guía

es la gran suerte

de los que creen sin tener fe.

 

Londres, Inglaterra

 

 

Amores

 

Quejosos tibios vacilantes amores

Se me van de las manos

Creyendo encontrarme

Culpables a la mitad

Celosos rabiosos duros amores

Me huyen se alejan me odian

Porque no beso la lupa de sus viejos álbumes

Quiero mirar con mi tacto

Sobrios sabios amores

Visibles lujurias

Dardos de voces distantes

Patadas de orgullo que escupen

Quiero amar

A los que nunca conocí

Ni me conocieron.

 

Ciudad de México

 

 

Mi amiga de los ojos hermosos

 

Sucedió lejos del Norte

sin balas ni contras

en mecedoras urbanas

y pasada la medianoche

mientras Ravel repetía su Bolero

y nosotras platicábamos

protegidas por el concreto

el humo los ceniceros

el canto del gallo vecino.

 

Sucedió que esa noche

borré las consignas

sin gritos ni lemas

sucedió que esa noche

tuvo eco altivo sonoro enorme

mi amiga lloraba

mi hermana, la de los ojos hermosos.

 

Esa noche, fui testigo

un tanto ofuscada por lágrimas

frases agresivas

terca melodía

gestos abruptos sofocados

esa noche, fui testigo

de las profundas heridas

que mi amiga Sofía

compartía con Nicaragua.

 

Sucedió que ella sufría

le dolía la piel el cuerpo el vientre

sucedió que se había tropezado

con glaciares buscando montañas

y se estaba ahogando, decía,

en remolinos mareas abrazos

(que pocos conocen

que muchos rechazan)

y sus hermosos ojos

palpitaban

desafiantes fogosos

 

Sucedió que mi amiga

perpleja

estaba asustada porque había luchado

embriagada cansada

lloraba mientras el gallo cantaba

quería enterrar

lo más amado

pero no podía

 

Le dolía la vida

estaba desbocada:

quería frenar

y no tenía espuelas

pero terca como Sandino

sola con sus ojos hermosos

prometió seguir amando

como si no hubiese sufrido

igual que Nicaragua,

como si ya hubiese triunfado.

 

Managua, Nicaragua

 

 

Revolución

 

Esa distancia que vive tan cerca

espacio disecado por quién sabe cuánta gente

durante quién sabe cuántos años

con tanto celo con tanto esmero

distancia

¿cómo te llamas sino distancia

o eres algo más que espacio?

 

Me has quitado

aquello que es mío

y ya no es lo mismo

me detienes nos detienes

eres responsable

por avestruz

te escondes pero ahí apareces

encima de mi suerte

sin rostro

te elegí como palabra

te planeé como crimen perfecto

y me hiciste trampa

me permites y me quitas tanto:

escucho esos ojos cuando se cierran

fue esa su mirada esa su mano

esa su boca

y está más allá

cerca de ti, distancia

y ya no se puede

 

Ya no es lo mismo:

perdí el impulso la furia

ya no arranco mi carro

hacia Las Nubes

 

¿Qué quieres del tiempo, carnívora?

te comiste mi vida de un bocado

y te quedaste tan cerca

 

Managua, Nicaragua

 

 

Homenaje

 

I.

 

Ya no es amar, amar, amar

como en el tango y sin fronteras

nuestras vidas ya son otra cosa

no queremos estar detrás del nombre

incluidos entre los sospechosos

de las tumbas

perdimos el anhelo de las extrañas

y silenciosas conquistas

algo nos pasó en el camino

magistral fue esa jugada

de la victoria

repitiendo aquí estamos, ya llegamos

nos hemos quedado sin voz

el tiempo

nos quitó la arcilla

nos secó el sudor y borró la rabia

los de alma gitana, aventurera

perdimos la inocencia del coraje

vendimos los bailes

olvidamos aquella música

de callejones oscuros

y los que ya no están

esa chusma valerosa

dejaron una epopeya del Ayer

y del Puede Ser Todavía

los cristianos perdieron la ambición

de ser caricias pensativas

del amor universal

les queda la Pregunta

del Mañana en Otra Vida

 

Ya no es amar, amar, amar

como en el tango y sin fronteras

nuestras vidas ya son otra cosa

es el cargo tuyo

el ego mío

el cansancio de todos

nos hemos quedado solos

dando vueltas en discursos

repetimos anécdotas

recitamos poemas

hablamos mucho

recordamos el pasado

la historia nos está dejando atrás

ya nadie cae preso

por hablar a calzón quitado

como dios manda

ya no somos putas si vivimos solas

(aunque seguimos siendo raras)

y la lucha, ese energúmeno

esa terca orgía de golpe tras golpe

¿qué pasó con la lucha?

¿y con el obstinado amor de los Sarmientos?

 

II

 

Yo pido que nos zumben las balas en las conciencias

y al laberinto múltiple de las huellas

le pido mas sombras de lanzas

a Brueghel, le pido un lienzo

a Ulises, que regrese

a Profeo, un poco de agua

y pido una espada para las manos de Dido.

 

III

 

Ya no es amor, amor, amor

como en el tango y sin fronteras

algo nos pasó en el camino

se volvió tedio la paciencia

y no nos damos cuenta

que ahora somos como hablamos

como vivimos

y no como soñamos.

 

IV

 

Quiero escribirle a mi última piel

la más transparente de todas las pieles

y la más fiel

la única que recorrió todas las costas

conmigo

y nunca buscó más sol

ni más agua

 

Quiero escribirle a mi última piel

la más fuerte de todas mis pieles

y la más fría

que no adquirió cicatrices

en el estira y encoje

de tantos ponientes

de tanos insomnios

de mis dos mundos

-el del unicornio y el de la araña-

donde viajaba

escondida

suspendida

ese hilo conductor de mi pellejo

que rozaba incólume

imágenes y contradicciones

 

                    los caminantes descalzos

                    los parados

                    en una esquina polvorosa gritándome amorcito lindo

                    chiquita linda qué rica estás

                    o los que llegaban en limosinas largas muy largas

                    de lujo como buenos sandinistas en el poder

                    en nítidos trajes de tres piezas

                    y me recibían orgullosos

                    por mi rostro de dólar y cabello de hembra

 

Quiero escribirle a mi última piel

que nunca se arrugó con explicaciones

ni sufrió un arañazo

la más añeja

la única que sigue conmigo

esa piel que no habla en ningún idioma

le quiero rendir

este pequeño homenaje

como en el tango y sin fronteras

 

Managua, Nicaragua

 

 

Mis muertos

 

No se van nunca

apenas duermen

un sueño solitario

nos dejaron la cruel

y amantísima tortura

del tiempo eterno

esculpido en savia estremecida

en la enlutada casa

nos persiguen

como vientos de anhelo perdido

en una loma lejana

nos acechan

con golpes de esquilón

 

No se van nunca

como gramos de dolor majestuoso

nos penetran en silencio

son martillos de yunque

en la lumbre

y con su perfil proscrito

siempre en vela

no nos olvidan

 

Cierto, un halo nos separa

fatal e inexorable

inmensa lejanía

donde duermen para siempre

y la luz de la sombra

los acoge.

 

Ciudad de México

 

María Lourdes Pallais. Estudió en la Universidad de Columbia, en Nueva York. Escribió su tesis en Literatura Comparada sobre el símbolo del océano según "Los cantos de Maldoror" de Isidore Ducasse (El Conde de Lautréamont) y “Las Olas” de Virginia Woolf, por lo cual recibió honores.

 

Nació en Lima pero tiene tres nacionalidades: peruana por nacimiento, nicaragüense por su padre y mexicana por naturalización. Vivió dos décadas en Nueva York y se trasladó a México en 1992, donde reside hasta hoy.

 

El periodismo es su oficio. La literatura y la poesía, su afición. Entre sus obras: La carta (novela, 1996) y Prisionera (novela 1999, segunda edición en Amazon). En el 2006, obtuvo el Premio Único del Concurso Centroamericano Rafaela Contreras en Novela escrita por mujeres convocada por ANIDE, por Prisionera. Ha publicado relatos y poemas en suplementos en México y Nicaragua.

 

 

 

Semblanza y fotografía proporcionadas por María Lourdes Pallais

 

 

Escribir comentario

Comentarios: 1
  • #1

    Tatiana Montoya (miércoles, 12 abril 2023 00:57)

    Maravillosa poesia que salta del tiempo de una mujer que desvela su larga travesía enriquecida por la vida , como el silencio de los que tanto tienen que decir ...
    Gracias !