Hablamos en la sala de la Casa de Salud
como si apoyáramos las palabras de una en una en la misma bandeja
donde nos sirven la cabeza del Bautista.
La incisión de las chicharras es un tatuaje en la noche de la Casa
y durante el día no hacen sombras las palomas
cuando se detienen sobre este silencio.
¿Qué clase de pájaro baja a este vacío?
Pájaros de plumaje anónimo
borrándose al costado del verso.
Es difícil moverse por esa trizadura del silencio
o hacer el poema sobre esta mesa de caballetes
con cafés con leche
con la torta marmolada:
¿hacia dónde mirar cuando la muerte va llegando como un pájaro de tardanza?
¡Qué miedo da tomar un hacha y cortar los pinos de tu corazón!
Del libro Casa de Salud, 2023
(el fundador escéptico
cree entrever los cimientos del salvo
la torre de los homenajes
la quita de la estatua de joaquín suárez
del centro de la plaza)
el fundador virreinal
no va tan agraciado
como los treinta y tres que tu mente adora
no tan gallardo
quizás
pero funda y funde la ciudad del futuro
oronda y fiel
en la otra escena
el catalejo mira cómo se devoran a juan díaz
bandera desplegada a la desgracia
mar no usado
playa no pisada
mar
voces
huellas
el surco de saetas sobre la arena
los aullidos (sin allen) desde el monte tupido
tiembla el fundador de sólo pensarlo
en la borrosa memoria
ve que al descubridor
las flechas le llegan al pecho
atrás en el inmenso mar
quedó el vendaval
de endriagos
de hidras tronantes
y cuerpos
en el lecho del estuario
mientras las quillas golpean las arenas inmaculadas
alguien se persigna
y rezan las familias azoradas en la playa infinita
gritan en el desierto la religión nueva:
siempre nos atrae lo otro
eso
que no está completo ni acabado:
la ciudad sumergida
(bruno mauricio juan dìaz:
¿habréis imaginado
el lecho del río
tapizado de horror?)
Del libro Linaje, 2021
Tríptico Trance
“saca tu cuerpo viejo, viejo mío,
saca tu cuerpo de la muerte”
Jaime Sabines
I
Si ese aroma a pinares llegare de esta infancia si anduviese el recuerdo más cauto de puntillas como si la memoria no caducara como si la huesa silencio sin entrañas como si tendría cenizas y sentidos / salvada así la contradicción
de hallar a mi padre sin su enjutez enferma sin su osario un padre mío atesorado en el tiempo común de nosotros / Rota ya la flagrante infancia y rotos ya sus albores / padre padre en la redundancia mejor de su regreso
Parece ser que sólo el verso regresa versura sólo a él la inmovilidad de lo hecho / una vana constatación / si los pinos y toda su fragancia / claro que sí:
allá mi padre padreando en su arboladura pinar
A este lado del muro el jueguito escandido del poema.
II
“La muerte es el comienzo de una guerra donde jamás otro hombre podrá ver mi esqueleto.”
Héctor Viel Temperley
¿Cuál es la infancia mejor? ¿Do la hallares, palafrenero? ¿Aqueste mar es tu mar de marear / tu aguja? ¿Luce así el tiempo tan campante sin su niño?
Los huesitos paternales: ¿dónde fueron a heder?
¿O es sólo tuyo el pater canto al pie de la muralla, Don Jorge?
¿Debiere volver a tu villa de Paredes de Navas tras tu muro en Castilla tan castellana?
¿Funge mi padre guerrero encastillado / me obligas /?
Un tiempo el suyo sin su adarga sin su albarda sin su fasto / apenas
te concedo el ronroneo de un tango sin quebrar aprisa la madrugada
Los albores no es recordarse al gallo pues su alba labor va puerta al puerto
proa a su triste edificio de su fugaz Montevideo ya ni cruel
¿Y si suda mi padre su sudario?
III
Una pequeña gota de ese mar río marrón que entorna mi conciencia
muy fina a su intangibilidad porque la gota de agua escasa ya es idea
Una traza sin huella casi osada de sí / entrada en los años desde su nacencia quebrada / Una minúscula canción engotada nocturna aún sin componer
si fuere certero una gota gárgola que suministra la muerte
Porque no fueras a creer que cualquier dribiling elude la insistencia de su porfía funesta / es decir sin temor a descubrir su desembocadura sin mayores mohines que sólo pueden empeorar las cosas
Uno puede pasársela mejor agotado en su luz reflejada mejor en términos comparativos / no creas / Que de vivir bajo la pendencia de un cabello
tu gota mi gota la gota / incluso / que vertiera mi padre (y que aún fulge en sus ojos ya no vistos entre nuestros pinos) trocarían en espadas, Damocles.
Del libro Cieno, 2011
Inéditos
Arte poética
I
Yo senté a la poesía en mi rodillas.
Esas palabras putas y bellas chillando chillando:
sepan pues sostener los brincos del lenguaje,
amen aunque sólo se trate de la frescura del vituperio,
calmen a los desahuciados y chillen.
La poesía se babea en mi falda;
habla mal de mi de ti y de los que no han escrito aún.
Una cosa fláccida y arrugada se escurre entre mis piernas
no hay ningún clamor al cielo ninguna explicación posible.
La poesía me mira desde el piso con los ojos agrandados
del pánico: es una pobre niña desenfrenada.
No me arrepiento de nada, le digo.
II
Ya no es posible repetir que haré un verso
de absolutamente nada, y menos aún, un verso compuesto
sobre un caballo dormido -quien duerme
es el poeta o su sombra-
Un verso que ni trate de amor ni de juventud
ni de tiempo (busquemos en la soledad).
Un poema más de
la inflación de los días,
sin tema, casi que sin esfuerzo: oficio de trovador
culebra de palabras que avanza por el blanco
apenas contaminado de la página que repta
en la luz desapacible del monitor bajo la mirada
atenta de la noche ojerosa y virgen. La noche
repleta de desperdicios y piedras.
El poema en ciernes
si apenas surcado
por el verso vacío.
Gerardo Ciancio nació en Montevideo, en 1962. Es profesor de Literatura (Instituto de Profesores Artigas) y magíster en Dirección Educativa (Universidad Complutense)
Ha publicado los libros de ensayo La crítica literaria integral (1998); La ciudad inventada (1998); Entretextos (1999); La cultura en el periodismo y el periodismo en la cultura. De Mario Benedetti a Maldoror: miradas sobre la prensa cultural (2007, junto a Jorge Olivera); Soñar la palabra. La canción de Mario: Benedetti musicalizado (2012); las antologías Nada es igual después de la poesía: cincuenta poetas uruguayos del medio siglo (1955-2005) (2005); El amplio jardín. Poesía joven de Uruguay y Colombia (2006); y Los hijos del fuego: novísima poesía uruguaya (2010, junto a Ariel Silva); los libros de poesía Arquitrabe (2010); Cieno (2011); Haikus de Kiushu (2017); Los ojos críos (2021) y Linaje (2021).
Su libro CASA de Salud está proceso de edición para ser publicado este año.
Ha obtenido en tres oportunidades el Premio de Ensayo de la Academia Nacional de Letras (1989, 1994 y 1996), el Premio César Vallejo de la Biblioteca Nacional de Uruguay y la Embajada de Perú en Uruguay, el Premio Ramón Gómez de la Serna de la Embajada de España y el Instituto de Cooperación Iberoamericana, el Premio Anual de Ensayo Literario del Ministerio de Educación y Cultura (1998), el Premio “Netzahualcoyotl” (México) por su ensayo Espacio y paisaje en la poesía latinoamericana y el Premio Internacional de Ensayo de la Fundación Mario Benedetti (2012). En 2010 obtuvo el Primer Premio de Poesía del MEC, categoría Inéditos, y en 2020 y 2022 el Primer Premio de Poesía Onetti de la Intendencia de Montevideo.
Participó como poeta invitado en los Festivales de Poesía de Montreal, Lima, Montevideo, Bogotá, Guadalajara y San Cristóbal, Venezuela. Fue invitado a dar conferencias en las universidades de Valladolid, Complutense, Alicante y Cáceres de España, Uppsala de Suecia, y Santa María (Brasil).
Realizó estudios de Gestión Educativa como becario de la Agencia Internacional de Cooperación Española, en Madrid, de la Agencia de Cooperación Internacional de Japón, en Kitakiushu, y de la Universidad de Beijing, en esa ciudad.
Semblanza y fotografía proporcionadas por Gerardo Ciancio
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