Ensayo. El Quijote en la obra de Borges: Un aprendizaje

 

El Quijote en la obra de Borges: Un aprendizaje

María Amelia Diaz

 

Siempre pienso que una de las cosas felices que me han ocurrido en la vida

es haber conocido a Don Quijote.

J.L.Borges

 

Borges ha comentado o escrito frecuentemente, ya sea en forma breve o en trabajos más profundos,  sobre El Quijote y Cervantes.  Es él mismo quien en varias entrevistas declaró que cuando tenía 8 o 9 años había escrito su primer relato en castellano, el título era: “La víscera fatal”, inspirado en “El Ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha”

a) Su primera aproximación a la obra la encontramos en un ensayo muy breve titulado “Ejercicio de análisis” (Borges, El tamaño 109) que forma parte del libro “El tamaño de mi esperanza” (1926).

Borges comienza preguntando ¿Qué es poesía? y luego pasa a analizar  palabra por palabra  los dos primeros versos de un soneto que Lotario – personaje de la novela “El curioso impertinente” insertada en el capítulo XXXIII del Quijote - dedica a Cloris que lo desdeña: “En El Silencio De La Noche, Cuando ocupa el dulce sueño a los mortales (Borges, El tamaño 126). El artículo concluye profesando el convencimiento de la prioridad del lenguaje sobre el autor.

En el libro siguiente, “El idioma de los argentinos” (1928) utiliza, como veremos lo hará luego en otras citas, el célebre comienzo del Quijote: “En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor” (Cervantes, 13), y considera el significado de cada palabra. Este análisis semántico y morfológico, en el caso de “Indagación de la palabra” (Borges, Indagación 5) tiene como  finalidad  intentar la explicación acerca de cuál es el mecanismo psicológico que hace que podamos comprender una frase o un texto.

 

b) En “Discusión” (1932) (Borges, OC 175) el tema aparece a través de dos breves artículos: “La supersticiosa ética del lector” (Borges, OC 202) y “La postulación de la realidad” (Borges, OC 217)

En el primer ensayo hace crítica de la incapacidad de ciertos textos para atraer al lector y acusa puntualmente de ese defecto a la literatura argentina del momento “Los que adolecen de esa superstición entienden por estilo no la eficacia o la ineficacia de una página, sino las habilidades aparentes del escritor: sus comparaciones, su acústica, los episodios de su puntuación y de su sintaxis.” (Borges, OC 202). Se concluiría de esa forma que la definición de estilo no es la capacidad del autor para hacer gustar de sus páginas, sino sus habilidades adquiridas como el buen uso de la gramática y la sintaxis. Borges niega esa definición y pone como ejemplo  El Quijote cuya prosa conversada dice, es la única técnica necesaria a la riqueza de contenido y a las exigencias del argumento “Prosa de sobremesa, prosa conversada y no declamada, es la de Cervantes, y otra no le hace falta.” (Borges, OC 203)

Así, para Borges, el argumento es un elemento fundamental que debe manejar todo texto literario, siendo la pasión por el tema tratado quien manda en el escritor, y “las distracciones oculares de la metáfora, auditivas del ritmo, y sorpresivas de la interjección y el hipérbaton” que acompañarían el entusiasmo que une al autor con su obra.

A través de “La supersticiosa ética del lector” nos define así su postura frente a un asunto que siempre fue y será discutido, y que sigue generando polémicas a las que se suman partidarios y detractores de una u otra opinión o los conciliadores que aúnan ambos elementos para calificar la calidad literaria de una obra, sosteniendo que su preciosismo sería la virtuosidad de transmitir el contenido.  Para Borges, la página imperfecta será la que tenga más posibilidades de inmortalidad ya que “los cambios del lenguaje borran los sentidos laterales y los matices” (Borges, OC 204), sobreviviendo aquellas obras en las cuales se transmite el entusiasmo por el tema tratado. Y finaliza volviendo de nuevo sobre la literatura del momento a la que critica el uso reiterado de las generalizaciones como: único, nunca, siempre, perfección, acabado, palabras éstas que empobrecerían el idioma llevando la literatura a un tiempo en que habrá enmudecido.

 

En “La postulación de la realidad” Borges desarrolla una defensa apasionada y concreta de los métodos de la prosa clásica sobre la cual asevera “Dicho con mejor precisión: no escribe los primeros contactos de la realidad, sino su elaboración final en concepto. Es el método clásico, el observado siempre por Voltaire, por Swift, por Cervantes” (Borges, OC 218). Y cita el siguiente párrafo del Quijote I, donde reconoce que Cervantes sólo ha notificado en forma general los hechos más importantes:

Finalmente a Lotario le pareció que era menester en el espacio y lugar que daba la ausencia de Anselmo, apretar el cerco a aquella fortaleza, y así acometió a su presunción con las alabanzas de su hermosura, porque no hay cosa que más presto rinda, y allane las encastilladas torres de la vanidad de las hermosas que la misma vanidad puesta en las lenguas de la adulación. En efecto, él con toda diligencia minó la roca de su entereza con tales pertrechos, que aunque Camila fuera toda de bronce, viniera al suelo. Lloró, rogó, ofreció, aduló, porfió y fingió Lotario con tantos sentimientos, con muestras de tantas veras, que dio al través con el recato de Camila, y vino a triunfar de lo que menos se pensaba y más deseaba.” (Cervantes 429). Declararando más adelante al respecto “Yo aconsejaría esta hipótesis: la imprecisión es tolerable o verosímil en la literatura, porque a ella propendemos siempre en la realidad”. (Borges, OC 218)

 

Veamos ahora la enumeración extractada del artículo donde nuestro autor anota los méritos que él considera de la postulación clásica de la realidad:

1: La notificación general de los hechos que importan, poniendo como ejemplo el texto de Cervantes citado.

2: El desarrollo de una imaginación más compleja que la declarada al lector refiriendo sus derivaciones y efectos.

3: La insinuación de largas proyecciones a través de la escritura de pormenores lacónicos. Este será según Borges, el método más difícil de lograr.

Es interesante notar que también a través de este ensayo se sostienen -todavía en forma tangencial-  otros postulados a los que el autor volverá muchas veces: el hecho de que nuestra vida es una educación para el olvido, citando como admirable el comienzo de la “Utopía” de Tomás Moro cuya imprecisión veremos replicada en el comienzo del Quijote: “En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme...” (Cervantes 13) y que el mismo Borges empleará en alguno de sus cuentos. Y otra de las características del clasicismo también repetida a través de toda su obra “...la creencia de que una vez fraguada una imagen, ésta constituye un bien público. Para el concepto clásico la pluralidad de los hombres y de los tiempos es accesoria” (Borges, OC 219)

 

c) En “Ficciones” (1944) (Borges, OC 427) nos encontramos con el cuento “Pierre Menard autor del Quijote” (Borges, OC 444), única pieza literaria de ficción con que el autor encara la obra escrita en circunstancias numerosamente mencionadas.

El personaje central, Pierre Menard, refiere a un oscuro escritor francés supuestamente fallecido, cuyo mayor logro fue escribir en el siglo XX, “los capítulos noveno y trigésimo octavo de la primera parte del Quijote, y un fragmento del capítulo veintidós.” (Borges, OC 446). Curiosamente estos capítulos son iguales en cada palabra y cada puntuación a los escritos originalmente por Cervantes.

Pierre Menard “No quería componer otro Quijote -lo cual es fácil- sino el Quijote.” (Borges, OC 446), sin embargo su texto no es una copia, o sea que Pierre Menard se propone llegar al Quijote a través de las experiencias de Pierre Menard, o sea las propias, pero sin alterar la obra de Cervantes. Se pone de esta forma en el lugar del lector que primero intenta asimilarse al texto a través de la lectura y, luego, descubre que la mejor manera de conseguir ese propósito será a través de sus propias vivencias, o sea que en cada uno el texto vuelve a reescribirse. Cada lector lee con todo el bagaje de vida que fue acumulando, pero también lee de forma diferente según la época o el lugar en que haya nacido, lugar y tiempo que lo han signado y que hacen que una obra sea interpretada desde diferentes ópticas. ”Menard -acaso sin quererlo- ha enriquecido mediante una técnica nueva el arte detenido y rudimentario de la lectura: la técnica del anacronismo deliberado y de las atribuciones erróneas” (Borges, OC 450). Dictamina así que distintas lecturas de un mismo libro modifican el mensaje del texto.

La combinación de lo real con lo ficticio: elementos autobiográficos reconocibles, partes de una carta, enumeración de un archivo, citas de atribuciones erróneas sirven a Menard, quien declara emplearlas para su Quijote.

Vemos en este cuento a un Borges que construye en otra de las técnicas que serán de uso frecuente en su obra, la enumeración apócrifa de citas bibliográficas, textos y personajes que avalan sus afirmaciones, citadas junto a otras fuentes de existencia real, fiel a su idea -tomada también de los clásicos- de la nulidad de la importancia de los nombres e identidades frente al paso del tiempo.

¿Adónde aprendió estas técnicas?

La conversación narrada entre Cervantes y su amigo innombrado en el Prólogo del Quijote ya aportan una importante clave. En ella plantea su preocupación acerca de cómo seleccionar para su libro, los sonetos y epigramas que aparecen, a modo de elogio, al principio de las novelas de caballería. Su amigo le aconseja que no pierda su tiempo y sin más, invente algunos, así como a sus autores. Cervantes toma el consejo.

¿Cuáles son las intertextualidades incorporadas al Quijote?

1-   Citas literarias: libros de caballería. Referencias a poetas y filósofos (Homero, Virgilio, Aristóteles). Textos de autores contemporáneos (Quevedo, Lope de Vega) Que señalan asimismo las lecturas preferidas de Cervantes.

2-   Citas y referencias de carácter ficticio que aparecen a lo largo de la obra, como los versos ficticios académicos de Argamasilla redactan como epitafio a los personajes del libro al final de la Primera parte. (Cervantes 236)

3-   Referencias a pasajes de obras literarias, en especial de caballería (El “manuscrito encontrado” donde se inventa un historiador moro al que atribuye la autoría de la obra (Cervantes, I38)

Cabe resaltar además que en la Segunda parte, tanto el Quijote como Sancho, al ser protagonistas de la Primera parte, se convierten en referencias para varios de los nuevos personajes (Sansón Carrasco, los Duques, etc.) ya que estos han leído de sus aventuras. Mediante este juego de espejos se refuerza la verosimilitud del texto.

4-   Deformaciones de refranes y locuciones del saber popular presentes en el habla de Sancho: “Érase que se era” (Cervantes, 242), así como también las frases y sentencias inventadas por Don Quijote, imitando el estilo popular: “hacer el bien a villanos es echar agua en el mar”. (Cervantes, 90)

 

Borges, que declarara haber leído en su infancia al Quijote en versión inglesa, y haberle parecido al leerlo posteriormente en castellano, una mala traducción, crea en Pierre Menard, con técnicas aprendidas en aquél, un texto Quijote símbolo que como el original, trasciende las malas traducciones gracias a su contenido y no a su forma.

Sabemos que el tema de la traducción es otro de los tópicos tocados en la obra borgeana, para quien el traductor es a la vez lector y escritor, un recreador que concentra con su trabajo dos textos en uno reafirmando de esta forma que en el lenguaje no hay propiedad privada, ya que el escritor se vale de un elemento colectivo: el lenguaje. Es raro que los libros estén firmados. No existe el concepto de plagio; se ha establecido que todas las obras son obra de un solo autor que es intemporal y es anónimo” (Borges, OC 439). Con este concepto juega a lo largo de ensayos, cuentos y poemas, en los que el lector neófito de su obra cree encontrar burlas eruditas, cuando en realidad Borges autor atribuye  acciones a autores irreales, como es el caso de Pierre Menard, o juega mezclando personajes reales con imaginarios, y lo hace con el único fin de sustentar su convencimiento de que el tiempo borra nombres, unifica personajes que han existido en vida o sólo en la imaginación de los hombres y convierte las obras en patrimonio de la humanidad. Todas estas técnicas y conceptos las veremos replicadas una y otra vez en los textos que continúan el tratamiento del tema y en general, durante toda su obra.

 

d) Otro argumento aparece de nuevo en “Otras Inquisiciones” (1952) (Borges, OC 631), bajo el título de “Magias parciales del Quijote”. (Borges, OC 667)

En este ensayo se trata al El Quijote de obra realista, pero diferenciándolo claramente de la corriente homónima del SXIX. Su planteo parte de la afirmación de que este realismo contiene también lo sobrenatural, en el sentido de que excluir lo fantástico sería negar que lo cotidiano sea maravilloso, separando en el argumento quijotesco lo que es fantástico de lo poético.

También Cervantes se complacerá en confundir lo objetivo -el mundo del lector- y lo subjetivo -el mundo del libro. Por ejemplo: en el Quijote aparecen alusiones a otros libros de Cervantes y los personajes de ficción juzgan al propio autor.

“Este juego de extrañas ambigüedades culmina en la Segunda parte: los protagonistas han leído la Primera , los protagonistas del Quijote son asimismo lectores del Quijote” (Borges, OC 668), concluyendo “¿Por qué nos inquieta que don Quijote sea lector del Quijote? Creo haber dado con la causa: tales invenciones sugieren que si los caracteres de una ficción pueden ser lectores, nosotros sus lectores podemos ser ficción” (Borges, OC 669). Aprovechemos para recordar que esta premisa será la base central de su cuento de “Las ruinas circulares” (Borges, OC 451).

 

e) En “El hacedor” (1960) (Borges, OC 778), vuelve sobre el tema con “Un problema” (Borges, OC 794) y “La parábola de Cervantes y el Quijote” (Borges, OC 799)

En el primer texto se nos invita a imaginar que se descubre un papel de puño y letra de Cide Hamete Benengelli -a quien Cervantes cita en su novela como autor del original del Quijote- y en ese texto se contara que el Quijote ha dado muerte a un hombre, lo que Borges asume llevaría al planteamiento cuatro conjeturas:
1-No ocurre nada porque en el mundo demencial del protagonista es un hecho mágico. (Opción negativa).

2- El Quijote comprende que las ensoñaciones de Alonso Quijano lo llevaron a la locura y vuelve a la normalidad. (Opción patética).

3- Quijote no puede admitir la muerte como un acto de su delirio y presupone otra realidad, manteniéndose en su locura. (Opción verosímil).

4- Don Quijote -ahora el rey de los ciclos del Indostán- supone que matar es un acto divino o mágico, sabe que el muerto es ilusorio como él mismo. (Opción ajena al mundo occidental)

 

f) “La parábola de Cervantes y el Quijote”

Así como Cervantes declara apócrifamente a Cide Hamete de Benengeli, como autor de la historia del Quijote, así también en el texto cervantino, el soñador (Cervantes) y el soñado (Alonso Quijano) se confuden en una mezcla entre el mundo cotidiano representado por ese autor y viejo soldado español y el viejo caballero idealizado e idealista.

Pero hay en la novela otros planos implícitos, el supuesto traductor que proporciona al narrador la versión en castellano, el propio narrador que desempeña el papel de transcriptor, los personajes dentro de la misma novela que funcionan a veces con autonomía y a veces interactuando con la propia historia del Quijote y la inclusión de los collages, intertextos o pequeñas novelas incorporadas.

En este artículo Borges desarrolla la teoría del soñador y su soñado, teoría que ya hemos indicado aplicaría exitosamente a su ya famoso cuento “Las ruinas circulares”

La explicación de “La parábola de Cervantes y el Quijote” ya se anticipa en el prefacio de “El hacedor” donde Borges imagina una entrevista con Lugones y escribe:

Estas reflexiones me dejan en la puerta de su despacho. Entro; cambiamos unas cuantas convencionales y cordiales palabras y le doy este libro. Si no me engaño, usted no me malquería, Lugones, y le hubiera gustado que le gustara algún trabajo mío. Ello no ocurrió nunca, pero esta vez usted vuelve las páginas y lee con aprobación algún verso, acaso porque en él ha reconocido su propia voz, acaso porque la práctica deficiente le importa menos que la sana teoría.

En este punto se deshace mi sueño, como el agua en el agua. La vasta biblioteca que me rodea está en la calle México, no era la calle Rodríguez Peña, y usted, Lugones, se mató a principios del treinta y ocho. Mi vanidad y mi nostalgia han armado una escena imposible. Así será (me digo) pero mañana yo también habré muerto y se confundirán nuestros tiempos y la cronología se perderá en un orbe de símbolos y de algún modo será justo afirmar que yo le he traído este libro y que usted lo ha aceptado.” (Borges, OC 779)

La conclusión de estos tópicos lo lleva a reflexionar sobre los inseguros límites de lo real y lo imaginario que el tiempo, otra de las obsesiones borgeanas, lima hasta desaparecer.  Y es en la Literatura donde ambos sueños se cumplen.

 

g) No solamente en su obra narrativa trabaja sobre el Quijote, el asombro y pasión que despliega sobre esa obra le hace llevarla a la poesía condensada en cinco poemas célebres:

 

1- En “El otro, el mismo “(1964) (Borges, OC 853) encontramos el poema “Lectores” (Borges, OC 892) donde el autor se identifica con esa “crónica de sueños” de un Alonso Quijano que “no salió nunca de su biblioteca”.

El otro poema, publicado en el mismo libro es “Un soldado de Urbina” (Borges, OC 892) Aquí el tema alude a Cervantes como un pobre y errante soldado que no sospecha de su inmortalidad. (Recordemos que Urbina fue el oficial que comandaba la batalla de Lepanto, donde aquél perdió su brazo).

 

2- Insertados en su libro “El oro de los tigres” (1972) (Borges, OC 1079) aparecen dos poemas donde se regresa al tema del sueño: “Miguel de Cervantes” (Borges, OC 1092) está compuesto por dos versos de arte mayor y 2 de arte menor. En él Cervantes toma la voz poética para hablar de la situación en que imaginó el Quijote.

El otro poema, “Sueña Alonso Quijano”, profundiza aún más el tema el tema del sueño dentro del sueño:

........................................................

El hidalgo fue un sueño de Cervantes

y don Quijote un sueño del hidalgo.

El doble sueño los confunde y algo

está pasando que pasó mucho antes.

 

Quijano duerme y sueña. Una batalla:

los mares de Lepanto y la metralla.

(Borges, OC 1096).

 

Por último en “Historia de la noche” (1997) aparece publicado “Ni siquiera soy polvo” (Borges, Hist 49) donde la voz poética corresponde a Alonso Quijano que se reconoce como un sueño de Cervantes quien a su vez soñará al paladín que recorra los caminos de España llevando justicia.

 

 

.......................................................

Ni siquiera soy polvo. Soy un sueño

que entreteje en el sueño y la vigilia

mi hermano y padre, el capitán Cervantes,

que militó en los mares de Lepanto

y supo unos latines y algo de árabe...

Para que yo pueda soñar al otro

cuya verde memoria será parte

de los días del hombre, te suplico:

mi Dios, mi soñador, sigue soñándome.

 

El tema no se agota en los libros, en una conferencia dada en la Universidad de Texas en 1968, publicada en la revista norteamericana “Inti” y posteriormente traducida al castellano en un número monográfico por la revista española “Letra Internacional” bajo el título de “Mi entrañable señor Cervantes” , declara que se puede considerar al Quijote como un amigo y aclara que no es entendible el destino exitoso del libro y la atención que dedicaron a la obra gramáticos y académicos, cuando a Cervantes no le interesaba lo que denomina “escritura refinada”.

Refiriéndose aquí al conflicto entre sueños y realidad que ya estaría implícito en el título de la obra (en la versión inglesa aparece como ingenious country gentleman” (Borges, MI parr.1)  profundizada en la Primera parte, Borges  dictamina que afirmar que El Quijote es un conflicto entre los sueños y la realidad es erróneo, dado que tal oposición no existiría desde que Cervantes creó una realidad que por ir más lejos que la realidad común incluye ambos términos.

“Así, hay un personaje que es un sueño de Cervantes y que, a su vez sueña con Cervantes y lo convierte en un sueño. Después, en la segunda parte del libro, descubrimos, para nuestro asombro, que los personajes han leído la primera parte y que también han leído la imitación del libro que ha escrito un rival. Y no escatiman juicios literarios y se ponen del lado de Cervantes. Así es como si Cervantes estuviera todo el tiempo entrando y saliendo fugazmente de su propio libro y, por supuesto, debe haber disfrutado mucho de su juego” (Borges, Mi par. 1) e indica que muchos escritores han usado esta técnica a posteriori.

Respecto al personaje de Quijote señala que Cervantes no pormenorizó sobre su psicología, Cervantes sólo dice que se volvió loco, y los lectores le creen porque creen en la realidad de Quijote, y agrega que para aceptar un libro hay que creer en su personaje central. Prueba de ello es el final -que Borges destaca como la mejor escena- la muerte de Alonso Quijano en la cual Cervantes descarta toda ornamentación verbal para transmitirnos su pesar por la muerte del personaje.

 

Y vamos a un último reportaje. De los muchos publicados hemos elegido una entrevista que le hiciera Roberto Alifano en 1981, publicada en la revista “7 días” bajo el título de “Conversando con Borges”. Allí nuestro autor vuelve sobre sus temas favoritos y durante dos páginas habla del Quijote.

La primera pregunta se desliza a raíz del prólogo que Borges acaba de escribir para una nueva versión italiana de la obra donde apunta a un paralelo entre don Quijote, visto como el último y el mejor de los libros de caballerías, al mismo tiempo que la primera novela de caracteres de la literatura europea. Declara entonces su preferencia por la Segunda parte, donde lo que ocurre es menos violento y más patético.

Alude también al comienzo del Quijote: “Esa frase larga del principio me parece muy acertada, porque cuando uno la lee ya se va olvidando de muchas cosas que lo rodean” (Borges, Conversando 21)

Y respecto al final:

 “En aquel momento-dice- uno espera una frase literaria, una frase ambiciosa, como por ejemplo las palabras de Shaquespeare al morir Hamlet, pero no, se ve que Cervantes está tan emocionado al despedirse de su amigo que vaciila y concluye finalmen con aquellas palabras “dio su espíritu” y luego explica “quiero decir que murió” desechando así toda posibilidad retórica. Cervantes está profundamente, sinceramente emocionado al quedarse solo” (Borges, Conversando 20)

Vuelve nuevamente a recalcar la eficacia del tono narrativo amable y natural que cuenta aún los hechos más triviales con cariño, deteniéndose en pequeñas circunstancias desarrolladas con atención e interés.

Y concluye:

“Don Quijote es un personaje eterno en la memoria de los hombres. Podemos imaginar que en el curso de los siglos desaparecen todos los ejemplares del Quijote, desaparece el libro, pero estoy seguro que la imagen del Hidalgo y de su escudero no se borrarán, porque esos personajes ya son parte de la memoria de los hombres” (Borges, Conversando 21)

 

Bibliografía

 

Borges, Jorge Luis. “Análisis del último capítulo del Quijote” Revista de la Universidad de Buenos Aires, Quinta Época, Año 1, N.º 1, enero-marzo de 1956. 28-36. Impreso.

 

Borges, Jorge Luis: “Conversando con Borges”. Entrev. Roberto Alifano. Roberto Gonzélez il. Cuadernos de siete días. 21-22.1981. Impreso.

 

Borges, Jorge Luis. El tamaño de mi esperanza. Buenos Aires: Alianza, 1998. Impreso.

 

Borges, Jorge Luis. El idioma de los argentinos Buenos Aires: Alianza, 1998. Impreso.

 

Borges, Jorge Luis. Historia de la noche. Buenos Aires: Emecé, 1977. Impreso.

 

Borges, Jorge Luis. “Mi entrañable señor Cervantes”. unam.mx. Texto discursivo recobrado por Julio Ortega. Web. 5 enero 2023. https://www.ingenieria.unam.mx/dcsyhfi/material_didactico/Literatura_Hispanoamericana_

 

Borges, Jorge Luis. “Nota sobre el Quijote”. Realidad.Revista de ideas. Homenaje a Cervantes. set-oct 1947: 234-236. Impreso.

         

Borges, Jorge Luis. Obras completas 1923-1972. Buenos Aires: Emecé, 1974 Impreso.

 

Borges Jorge Luis. Textos recobrados 1956-1986. Buenos Aires: Emecé Editores, 2003. Impreso.

 

Cervantes Saavedra, Miguel de. El ingenioso hidalgo don Quijote de La ManchaI. Buenos

Aires: Sopena, 1943. Impreso.

 

Cervantes Saavedra, Miguel de. Novelas ejemplares. Buenos Aires: Crítica, 2001. Impreso.

 

Gasió, Guillermo. Borges en Japón. Buenos Aires: EUDEBA, 1988. Impreso.

 

 

María Amelia Diaz. Docente Bibliotecóloga. Miembro de SEA. Socia Honoraria de SADE. Poeta, narradora y ensayista. Dicta Talleres literarios en Secretaría de Cultura de Morón y particulares. Publicó nueve libros de poesía y uno de cuentos. Participa en Tomo I, Poesía Argentina Contemporánea (Fund. Arg. para la Poesía), Tomo IV Entrevistas a Escritores Argentinos (Calameo) y Tomo el VI de Documentales, entrevistas a escritores argentinos, de Rolando Revagliatti. Traducida al italiano, inglés, francés catalán, hindi, árabe y mandarín, integra antologías nacionales e internac. (Algunas de ellas: Antología sin Fronteras. Ed. Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. México, Alba de América. Ed. Instituto Cultural Hispanoam. California, Poetas argentinos amigos de Marruecos: Antología poética Ed. Embajada de Marruecos en Argentina, Antología poética comp. por Li Kuai. Shien (China) Grito de mujer, Mujeres Poetas Internacional, Rep. Dominicana).   Editó la revista cultural “Sofós” y las antologías “Poetas sobre poetas” I, II, III y IV. Fue presidenta de SADE Oeste. Coordinadora de Cafés Literarios. Miembro de la Comisión Organizadora Encuentro de Escritores de Morón.  Distinguida por su trayectoria por la Secretaría Culturales de los Municipios de Morón (1995) e Ituzaingó (2014) y la Asociación Latinoamericana de Poesía (2011). Premio Talleres Sociedad Argentina de Escritores 1996. Mención Honorífica Poesía Ciudad de Buenos Aires Bienio 2008/2009. Premio Ensayo Gente de Letras 2012 y 2017.  Ciudadana Distinguida Santa Rosa de Ituzaingó 2013. Mención de Honor Cuento Faja Sociedad Argentina de Escritores 2015. Distinción APOA por Labor literaria 2017. Mujer Destacada en Cultura Municipio de Morón 2017. Premio Fundación Argentina para la Poesía 2018, Diploma de Honor Mujer destacada en la Cultura Foro Femenino Latinoamericano 2019.

 

 

 

 

 

 

Semblanza y fotografía proporcionadas por María Amelia Diaz

 

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