Free style. Poemas de Ludwig Saavedra.

 

 

 

 

 

i

 

 

 

Mi amor baila por las madrugadas

 

con sombras y polillas

 

de esfingería

 

-base para improvisar: olas del mar

 

 

 

Se desgastan bellamente

 

En medio de graffitis y señales de humo

 

 

 

Mientras

 

las nubes se están prendiendo de las puntas de tus dedos 

 

como si estuvieras en Pisac

 

 

 

Ojos de mar nocturno en que florece el reflejo

 

De la luna

 

El barrio de la noche con

 

Raras sonrisas  tajeadas

 

-los latidos son bombo y clap.

 

 

 

 

 

ii

 

Si llueve iré al templo de Shiva a rezar con la ropa mojada

 

Le dije a Evelina

 

cantante de luz  blanca  sobre nieve

 

Andina

 

 

 

antiguo amor negro

 

amor antiguo   de la selva

 

un sol que me desdibuja

 

traza silencio

 

 

 

-base para improvisar: olas del mar

 

clavel del aire

 

Me abismo en

 

 

 

Bosques del matiz
Demórate en el morado
crepé de las tardes marinas

Cacao de Chazuta
Almendras de Moyobamba
Ron con toronjil

Manos curvas
Tus senos
Versos libres

Un poema como la abeja de la orquídea
verdoso brillante negro
se asfixia en la flor

luego escapa volando
no sin antes secar sus hialinas alas
Llámenle amor si quieren.

 

 

 

 

 

iii

 

Ikebana

 

                                                                                                   Flores    flores   muchas flores

 

                                                                                                                                   -Héctor Lavoe

 

 

 

Corimbo    

 

racimo   

 

umbela   

 

cima

 

Cerezo que ilumina  nítida flor  Buda de la alegría

 

 

 

infinitos bytes destellando en la mente   

 

caída en picada de notas de sinfonía silente

 

pétalos de materia oscura entre galaxias  

 

otras flores

 

 

 

escarcha de las alturas del Ausangate

 

arena blanca donde cangrejitos rojos escriben haikus

 

Flores colores limón en los pareos de las deidades idas del verano

 

jazmín perfume de los burdeles donde nació el jazz

 

Queridas y sencillas flores de los acantilados de la Costa Verde

 

 

 

Carcajada cruel de volcanes 

 

flores

 

con raíz en el centro de la tierra 

 

 

 

Yemayá bailando reggae en la flor playa lunar

 

ola   adiós

 

Duna

 

Nervio de la noche fructífera flor

 

Aguja de tocadiscos sobre un vinilo mortal equilibrio flor

 

Orquídea fulgurante acuarela de links al último Vacío

 

Crisantemo ruido blanco   pecios de naufragios esperados

 

Abismo donde el mar se nombra a sí mismo

 

Floripondio musical

 

Huachumera

 

Rompeola   cortafuego    pararrayos

 

Laúd de alud

 

Cielo digital de madrugada con nube concreta

 

bienvenida      vibrante flor vino

 

aleteo de Abadón

 

Asfódelo sobre cítara rota en la isla de Naxos

 

Cólquico en la memoria lila de Guillaume

 

Quinua azul ayacuchana

 

Retama en sombreros de danzantes

 

Mirada última íntima nostálgica sencilla flor del desierto

 

 

 

Añorado incendio del Sistema

 

Partitura que se escribe sola  intuición certera

 

Estrella cualquiera

 

Vista por el soldado que regresa de su sueño añoranza de chocolate caliente

 

lenguas bífidas de obsidiana o

 

Lenguas retráctiles de terciopelo

 

garra recorriendo la noche como flor viaje sin retorno

 

Flores pezones

 

En el valle del presente dócil rebaño

 

 

 

Latido de baterista

 

Furor de toda la banda 

 

flor Nirvana  

 

Esa estación hecha de estampitas a la Virgen de las Nieves

 

en las saliente de la montaña yo y mi buen amigo éramos una flor entre la niebla 

 

El Silencio es una flor

 

 

 

Orquesta de la cuesta de endorfina

 

bandada de cristal

 

botes de pesca artesanal  dispersos

 

Destellos

 

Sobre el mar  

 

 

 

Música para los reales fuegos artificiales y danza fija

 

Coro incrustado en el cerebro de Dios    ramo

 

Flor acelerador de adrones

 

Flores

 

Niños juegan en el patio de un colegio de la Selva del Perú

 

Flores

 

Cuencas hidrográficas como tatuajes borrándose en la piel de la Pacha

 

Flores

 

Archipiélago

 

Flo   eres  

 

Cordillera de Cusco a Vrindavam

 

 

 

De la tristeza

 

Aprendí el sublime arte del ikebana

 

Y también aprendí

 

Que si unes con una cinta celeste tu corazón al Río

 

Podrías navegar libre

 

Todo el tiempo que tu voluntad sea canción

 

 

 

El árbol sonríe y silba tonadas que los pájaros han de dispersar

 

Por tu ciudad hambrienta

 

Si tan solo supiéramos escuchar con más atención

 

A las flores

 

¡Pero andamos tan ocupados!

 

 

 

 

 

 

 

iv

 

 

 

Como el azogue gota a gota
escribo
bramo como las olas
contra los edificios podridos
y las calles enfermas

 

Como el azote que brota
de tu más sencilla alegría
escribo
del hambre y del silencio
pasillos sin fin
patios secos sin gracia

Por qué no te sientas en esta blanca avenida
y mendigas conmigo
una mirada
como un verso escondido?

No podemos olvidarnos de nuestra triste gloria
Irrepetible
Es nuestra y a veces nos mantiene vivos
cuando la policía nos muele a palos
Y duele algo que se siente y no está en el cuerpo
Y aún así bailamos
susurrando canciones como ésta
“Mientras la gente indiferente
se da cuenta”.

 

v

 

 

 

 

 

Y de pronto esta ansiedad de amarte

 

De hacer parkour en el cementerio juntos

 

Al ritmo de raps que son como estrellas en la negrura:

 

Below the bam
Below the boo
Below the bamboo

 

Asumir esta tristeza y tratar de escribir entonces  Estaciones:

Invierno

Billie Holiday
y Billie Elish
Toman un pisco
Solo queda sonreír
Lo bien que se siente
la tibieza de esta tristeza
Luz de hielo.

Otoño

Los monos chillan en la ciudad
en cuarentena
los versos dictados por el sueño son tarjados por el insomnio

La luna promete un plato de lentejas
a jóvenes poetastros congregados en una azotea
Con alcohol en torno al Hielo

El insomnio diseña pieles de jaguar
El tráfico de besos cruza el aire
bandada de murciélagos

La selva de cemento comprende
que la hierba no desespera
y sabe reinar sobre la faz de la muerte.


Primavera

Tenue arroyo de sangre danza en la brisa
afilas tus garritas
en el terciopelo de las hojas de geranio

Pequeño tigre azul
corazón de bambú
que acechas entre tiestos murmurantes.


Verano

Sol y nenúfar libre
sobre las ondas de una laguna
Dulce Chopin

Huachuma
que florece en la noche desértica
con tu cinta roja atada alrededor
Místico Beethoven.

 

 

 

 

 

vi

 

 

 

(Afterparty)

 

 

 

Dulce canto

 

no es más que orilla

 

mi impecable soledad no

 

sabe acostumbrarse al sol ni

 

siquiera a la luz de los ojos  de otros humanos

 

Estoy desolado por una pasión de mar

 

Como un pálido huracán

 

Solitario

 

He hallado

 

Este poema:

 

Calidad  de los tajos puros

 

Trémula estrella al final de tu lata de spray se refugia como fiera

 

Que sobrecoge la textura ríspida de esta noche

 

Harto de los amigos que fingen su muerte cada finde y resucitan el Día de los muertos

 

Harto de la chica que finge no me ama pero me ama secreta y filosamente

 

Harto de los festivales de poesía enumerando calaveras

 

Harto de las mañana nubladas y luego el día que se rasga por un sol semivivo

 

Harto de mí

 

Sobre todo de mí

 

De un mí

 

Ese yo que no quieres y odias y esquivas

 

animal de claroscuros

 

De sed

 

Seda

 

Estas hecha.

 

 

LUDWIG SAAVEDRA. Lima, 1985.

 

Literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ha publicado las plaquetts de poesía: Florece, 2009. El mar de vinilo, 2015; ambos con el sello Paracaídas editores; los poemarios Los arrecifes, edición cartonera a cargo de Amaru Cartonera, Hartado de sonidos y Al pie de la explosión, 2017 y 2018. Ha participado en diferentes festivales de poesía, ferias de libro, en Perú, Ecuador, Chile, Bolivia y el norte argentino. Es declamador de poesía itinerante, docente de Literatura en colegios, librero, editor del sello Huachumera editorial y la Revista Latinoamericana de Poesía Obayareti. Prepara dos nuevos libros.

 

 

 

 

 

Semblanza y fotografía proporcionadas por Ludwig Saavedra.

 

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