La voz poética de Christos R. Tsiallis es andariega y filosófica. Su fuerte inclinación hacia la ciencia ficción, muy marcada en sus cuentos, también la encontramos en su poesía.
El autor se cuestiona e indaga sobre la sociedad; su psicología y estilos de vida. Se expresa en contra de la opresión, el miedo y la ignorancia que, a menudo, él mismo padece.
María Del Castillo Sucerquia
(Poeta, correctora, narradora y traductora)
lacabramontes@outlook.com
I. Hambre al interior de la casa
Es una casa en el
centro de la ciudad
su puerta se abre el sábado
sale un hombre con sombrero
el redentor lo espera
en el camino empedrado
— ¿puedo llegar ahora?
—todavía no
el caballero visita el
mercado público
cerrado los demás días
solo, en la última
fila
se quita el
sombrero
ante los
quioscos
— ¡libros viejos!, ¡libros valiosos!
los mueve con
delicadeza, cambia las pilas
nunca toma uno que ya tenga
amonesta a la vendedora
por su mala educación
ella nunca le habla
da el gros y se marcha
fuera de la
casa
el redentor
sostiene los artilugios
— ¿estoy listo?
— esperarás todavía
le cierra la puerta
durante una semana más
el hombre del
sombrero
se sienta en la
butaca
lee treinta páginas
cada vez que abre un
libro
lee treinta
páginas
camina hacia la
cocina
lo pone en el último
armario vacío
se
arrepiente
abre otra vez el libro que acaba de comprar
Cien años de
soledad resuena en su mente
lee las siguientes treinta páginas
el título resuena con cada línea que cambia
devuelve el libro a su
lugar
cierra el
casillero
el
caballero lee treinta páginas en el baño
1984
todos los
armarios se abren
miles de libros caen al suelo
corre por las habitaciones
derriba las bibliotecas, los armarios
hay montones por todas partes
una
mezcla de olor a pegamento, moho y harina
el
sonido de los libros cayendo
el sonido de las cubiertas arrugándose
el sonido de paredes agrietándose
sin apoyo
el redentor se
levanta
llama a la
puerta
mira al interior a
través de las grietas
grita desde todos los
rincones
en pánico, se siente
responsable
—¡estás listo!
déjame entrar, háblame
no hay
respuesta
el maestro ha comenzado
a construir con los libros
es una casa dentro de
una casa
¿entrar?
el maestro reposa en la
sala de estar
lee las últimas treinta
páginas de
El ángel del
hambre de
Herta Müller
cuando algún día sábado
quiere un nuevo libro
en el mercado estará la vendedora de segunda mano
esperando el gros
ya no tendrá que responder
a espinosas preguntas.
II. La última lágrima de Khalil Gibran
Diáfano,
transparente
un cuerpo duro,
helado
escueto y a la vez
hermético
no perciben mis
sonidos
en los caminos que
ando
de mí no esconden sus secretos
la dama a menudo me
lustra
limpia mis
manchas
el bebé descansa sobre
sus mejillas
palpa su
existencia
su hija observa a
través de mí
a los transeúntes, al
crepúsculo
la
veo sonreírles con ternura
como si gimiera
ante quienes
toman asiento
huelen el cardamomo del
amargo café
siempre elegí la
luz
luz que condujera por
las fragancias
las aureolas, las
melodías
¿cómo sucedió algo tan
malo?
qué destino tan
inconcebible
tan
incomprensible
me arruinó un desayuno
ordinario
y se convirtió en mi
cuerpo resentido
arma letal
esfera transparente
cuchillo ajado por la fuerza
espada en manos de un loco
que se
volvió
-ejercito táctico-
a mis amores
sus
mejillas desgarradas
extremidades amputadas
ojos perforados
¿cómo de repente me
convertí
en la explosión
letal
que ocasionó
un
operador
desconocido?
¿cómo fui golpeado en la
espalda que puse en la ciudad para
defenderte a ti?
¿cómo fui
abofeteado
por el anciano que
pagó
el malvado
dirigente?
en ese
momento difícil
no pude aislar
el olor de la fatalidad
el gran chillido de la apertura
de la puerta del infierno
el sabor de lo infame
en ese terrible
momento
yo me
convertí
en una pieza
pequeña
de un enorme,
compacto
recolector
transparente
que
pasó de prisa
atrapando el
objetivo
aquel entregado
a la oportunidad de sentarse a
comer un postre
sonriendo libre o, en secreto
al voltear la tímida chica
el privilegio de una
mejilla
para refrescar el duro
verano
aquel
verano
al que no deseo
volver
no quiero que me
recojan
que me jalen con
pinzas
de la
carne
no quiero ser
enterrado
porque desde el momento
en que me atravesó
me convertí en cada ser
y
merezco un castigo
no, ya no quiero estar
aquí
porque tienen un
plan
para
reciclarme
y configurar un
artilugio
que de origen a una
generación indiferente
desde un apartamento
en el bulevar principal
no, no quiero que me
vuelvan a ver
ojos
inocentes
como los que
lastimé
mientras me veían con
dulzura
justo antes de que yo,
Khalil Gibran
derramara mi última lágrima.
* Khalil Gibran es un poeta y pensador
III. Erototropía
Solíamos entregarlo
todo para mantener vivo el amor. Ahora el amor no pasa de los dedos, pues al tocar empieza y acaba en ellos.
Bocas ahora bien
cerradas en que los dientes roen con obstinación por la agonía de la espera, pero la lengua no los busca y cual serpiente no se envuelven para engañar, ni cual flauta para obnubilar al delta del
placer olvidado. Sólo se apoyan en el paladar, ignoran y ostentan que pronostican la poligénesis.
En un rincón, al
amante, indefenso y reacio a gritar, a hablar –susurrar-, una luz misteriosa determina su forma; artificial, inapropiada para la noche que la penumbra lujuriosa reclama.
Diez reyes en cada
estado carnal-digital (y ahora hay miles de millones) protegen la apariencia en la pantalla de las conversaciones, mas no su sonido y resonancia. Nuestro cuerpo inmaculado ya no define los
diálogos. Ni siquiera un pequeño cerebro personal.
El galanteo con el bozal henchido de celosía y anteojeras y la actitud del adivino de verde, momentos antes del ataque, es la única teoría que se adjudica, es el único acto que se puede registrar.
IV.
Alguien se olvidó de
gritar: ¡Mi reino por un caballo!
Todos poseen un
reino
corona, cetro, manto y
espada
trono de tardíos ornamentos
afuera, en el frío estudio
los ciudadanos leales pintan los
grabados
con diferentes
colores y mallas
antes de ser instalados en el centro
los portadores de mantas van y vienen
en la alfombra roja
que se hace más larga
con el estiramiento de las suelas abigarradas
y de la adulación
otros reciben honorarios por el mensaje que trajeron
otros son decapitados
y otros títulos esperan por ser usurpados
todos tienen un reino
un mendigo, un bufón y un visir
la aduana y el banco
están entronizados en nuestras
pequeñas habitaciones
con el sello de
cera
arado en los sobres
de la máquina
estatal
con nuestras cabezas bien afinadas
en las casas pobres, las alquiladas
en las villas
en las artesanías
en los restaurantes populares
en los graneros
y en los pocos aeropuertos
todos tienen un reino
un búho en el
dormitorio
un escriba
una manzana
un barco con velas negras
sirvientes que soplan
aire a petición
y por prudencia
detienen el
telar sobre las piernas
mas este silencio, esta utopía
de los reyes de la miríada de ciudades cae
todos esos reinos con
mazmorras, sótanos,
cadenas,
madrigueras de hormigón
el rey está listo para huir
el cortesano está listo para la revolución
el granjero duda
ante la idea de traicionar al molinero
el lechero duda
por el riesgo de sacrificar a la vaca
Tolomeo tiene
miedo
por el presagio
de las coronas
en las redes de los pescadores
el corazón agudo de los sin hijos es tímido
a la vista del trono que se acerca en el fondo
de repente la princesa queda embarazada
y Hans comienza a inventar la lógica.
Traducción de María del Castillo Sucerquia
Christos R. Tsiailis nació en Nicosia,
Chipre (sureste de Grecia), en 1974. Es profesor de inglés, actualmente candidato para una maestría en teoría del teatro. Es autor de Throwing Dice On A Chessboard
(2010), The Green Divorce (2012), la novela de ciencia ficción Klotho Surfaces (2016) y la colección de cuentos ΨΩΜΙ (bread, 2017).
Ha
recibido numerosas distinciones en concursos literarios panhelénicos de poemas, cuentos y obras de teatro, siendo el más reciente el primer premio en el concurso de poesía de la UNESCO sobre el
regreso de los mármoles del Partenón a Grecia. Su colección de poesía Ekei Sto Than recibió un premio de la Academia Internacional de Arte.
Ha sido publicado en numerosas antologías y revistas. Muchos de sus poemas han sido traducidos al portugués, español, inglés y árabe. Ha traducido colecciones de poesía al griego. También se desempeña en el teatro como asistente de dirección y dramaturgo.
Semblanza y fotografía proporcionada por la traductora.
María Del Castillo Sucerquia, nacida en Barranquilla, Colombia (1997), es una poeta bilingüe, escritora, tutora, médica oriental (Neijing, España) y traductora (francés, Inglés, italiano, portugués, español y alemán). Con experiencia en radio y actuación (teatro y cine).
Ha participado en numerosos festivales de poesía, recitales, foros, conferencias y encuentros culturales.
Sus poemas han sido traducidos en diversas antologías, revistas, periódicos y sitios web nacionales e internacionales (Filogicus, Libresta, María Mulata, Bharatha Vision, Azahar, Atunis Poetry, El Heraldo, Muelle Caribe, Crisol, Uttor Kota, Sol y Luna, entre otros).
Y traducidos al canarés, árabe, urdu, bengalí e inglés.
También colabora con las revistas Vive Afro (Medellín), Altazor (Chile), Cronopio (Missouri), Cardenal (México).
Semblanza y fotografía proporcionadas por la traductora.
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