Siglo XX italiano: Las revistas culturales florentinas

 

Siglo XX italiano: Las revistas culturales florentinas

 

por Massimo Pedroni

 

 

 

La generación de los operadores culturales italianos nacidos después de 1870, de hecho, se había encontrado en un contexto absolutamente nuevo. Gracias al compromiso y al sacrificio patriótico de las generaciones que los precedieron, se había logrado un gran y anhelado objetivo: la Unificación de Italia. Esto se debió no solo a la valiosa contribución puesta a disposición para el logro del fin, gracias a sus talentos artísticos, sino también a la sangre generosamente derramada por ellos. La generación de intelectuales post-unitaria tenía muy presente que se estaba abriendo una nueva época. Absolutamente nueva. Era necesario prepararse para afrontar mejor las que, desde un punto de vista cultural y con toda razón, eran consideradas verdaderas urgencias para el naciente Estado nacional. Por muchas razones, el arte y la cultura italianos habían perdido su centralidad en Europa y en el mundo. La necesidad de intervenir, tanto en los contenidos como en la renovación de los lenguajes artísticos y culturales, era una cuestión muy presente en ellos, que ya no se podía aplazar. La predominante corriente de pensamiento del positivismo comenzaba a mostrar sus límites. Con la "Toma de Roma" de 1870 por parte de las tropas del Reino de Saboya, se logró la Unificación de Italia y se le puso fin al poder temporal de la Iglesia. En este Estado muy joven, para la formación del cual muchos entre poetas, pintores, escritores y compositores habían contribuido con sus obras, ahora era necesario dar un debido aliento a las elecciones sobre la estética, las ideas y la apertura y confrontación con los estímulos provenientes del extranjero. En pocas palabras, era necesario volverse a poner al paso con los tiempos. La ciudad de Florencia, que, entre otras cosas, había sido capital del recién nacido Reino de Italia durante seis años, hasta junio de 1871, fue testigo del primer fermento cultural significativo. También en esta circunstancia, Florencia, la ciudad de Lorenzo el Magnífico, ocupó un lugar central. Dos jóvenes, de poco más de veinte años, Giovanni Papini, de Florencia, y Giuseppe Prezzolini, de Perugia, pero florentino de adopción, se destacaron por su audacia y capacidad de innovación. Fueron los autores y protagonistas de la feliz temporada de las revistas culturales florentinas. En las dos primeras, "Il Leonardo" y "La Voce", los dos estaban uno al lado del otro. La tercera revista, "Lacerba", nació con Papini acompañado por el escritor y pintor Ardengo Soffici. De hecho, la nueva revista representó una verdadera separación de "La Voce", periódico con el que estaba en competencia directa. Una separación dictada por desacuerdos con el director Prezzolini. El fuerte anhelo de cambio y de novedad y el deseo de explorar los más variados territorios culturales encontraron una justa resonancia en las páginas de esas publicaciones periódicas. Estos fermentos tomaron forma desde el primer número, desde la primera de las revistas fundadas por Papini y Prezzolini en poco más de una década. La primera de ellas fue "Il Leonardo", cuyo primer número fue publicado en enero de 1903. Sus salidas fueron irregulares y se extendieron hasta agosto de 1907. Tengamos en cuenta que "Il Leonardo" vivía de los “autoimpuestos” de los colaboradores. En la primera fase de la revista, el esteticismo de D'Annunzio y el pensamiento de Nietzsche fueron los temas principales. Temas que fueron integrados con cuestiones de gran actualidad en esa época, como "El despertar de la burguesía". Se le dio un amplio espacio a las corrientes del pensamiento filosófico, pero tal vez el dato más elocuente es evidente por cómo se presentaban: "Un grupo de jóvenes deseosos de liberación, deseosos de universalidad y que anhelan una vida intelectual superior, se reunieron en Florencia bajo el simbólico nombre de buen auspicio de Leonardo, para exaltar la propia existencia, elevar el propio pensamiento y exaltar el propio arte". Siguiendo las premisas de "Il Leonardo", los dos "jóvenes" crearon en 1908 el periódico de cultura y política "La Voce". Ciertamente, este periódico incidió profundamente en las dinámicas de modernización de la sociedad italiana. La misma Italia, que solo un año después, con la publicación en "Le Figaro" del "Manifiesto Futurista", se convirtió en líder de la vanguardia artística del siglo XX. "La Voce" contó con colaboradores que eran o llegarían a ser figuras prominentes, como, por ejemplo, el filósofo Benedetto Croce, cuyos consejos Giuseppe Prezzolini tenía en gran consideración. Recordemos a Gaetano Salvemini, con su investigación "La cuestión del sur", o Giovanni Amendola, quien escribió sobre los problemas del analfabetismo. Entre los colaboradores del periódico, durante algún tiempo también estuvo el joven Benito Mussolini. En 1914, Giovanni De Robertis asumió la dirección, posicionando el periódico a favor de la intervención de Italia en la Primera Guerra Mundial. Los escritores Aldo Palazzeschi, Dino Campana y Riccardo Bacchelli encontrarán hospitalidad en las columnas de "La Voce" de De Robertis hasta llegar a uno de los poetas italianos más representativos del siglo XX, Giuseppe Ungaretti. El periódico dejará de publicarse el 31 de diciembre de 1916. Mientras tanto, como se mencionó, se había producido la separación de Giovanni Papini y Ardengo Soffici, determinada por la fundación de "Lacerba". La primera edición de la nueva revista literaria salió el 1° de enero de 1913. Aldo Palazzeschi e Italo Tavolato, entre otros, colaboraban en ella. Después de una posición de espera inicial, también "Lacerba" asumirá una posición marcadamente "intervencionista". Nació la relación con los Futuristas, que llamaron la atención como eficaces revolucionarios de los códigos expresivos, proponiendo enfoques metodológicos a formas artísticas absolutamente innovadoras. Las relaciones entre los "florentinos" de la revista y los Futuristas nació de manera pirotécnica: una pelea histórica, causada por una crítica cáustica escrita por Soffici sobre la 1ª Exposición Futurista. Al final, los dos grupos se calmaron, encontrando puntos de acuerdo y colaboración tras comprender que ambos grupos eran animados por las mismas finalidades de innovación. Sin embargo, poco después, Papini reclamó para ellos el calificativo de Futuristas definiendo a los demás como "Marinettistas", es decir, simples seguidores del fundador del Movimiento Futurista, Filippo Tommaso Marinetti. El 22 de mayo de 1915, a dos días de la entrada de Italia en la guerra, las publicaciones de esta revista también cesaron. El conflicto cambiará muchas de las cartas sobre la mesa, obviamente también a nivel cultural. El mérito de Papini y Prezzolini es haber “jugado” más de una con sus revistas. El arte y la cultura italianos habían comenzado a navegar en el mar abierto del siglo XX.

 

 

 

 

 


 

Massimo Pedroni (Roma, Italia, 1957) es poeta, escritor, periodista, actor, y director de teatro. Ha publicado cuatro novelas: Ferdinand, La sfacciataggine dei sogni, Alla salute, y Dichiarazione di morte presunta; y tres libros de poesía: Viola (non è una donna ma i colori della copertina del mio moleskine), Per scomessa, y Vuoto scorsoio.

 

 

 

Semblanza y fotografía proporcionadas por el autor.

 

 

Zingonia Zingone (1971) es una poeta, narradora, licenciada en Economía, y traductora italiana que escribe en español, italiano, francés e inglés. Vive entre Italia y Costa Rica. Cuenta con poemarios editados en España, México, Costa Rica, Italia, India, Francia, Nicaragua y Colombia. Sus títulos más recientes son Los naufragios del desierto (Vaso Roto, 2013), Petit Cahier du Grand Mirage (Éditions de la Margeride, 2016) y las tentaciones de la Luz (Anamá Ediciones, 2018). Entre sus trabajos de traducción destacan los más recientes poemarios de la nicaragüense Claribel Alegría: Voci (Samuele Editore, 2015), que se adjudicó el premio internacional Camaiore 2016, y Amore senza fine (Edizioni Fili d’Aquilone, 2018). Dirige la columna de poesía internacional en la revista italiana MINERVA.

 

 Poemarios editados en español:

 

Máscara del delirio, Ediciones Perro azul, Costa Rica, 2006.

 

CosmoAgonía, Ediciones Perro azul, Costa Rica, 2007.

 

Tana Katana, Ediciones Perro azul, Costa Rica, 2009.

 

Equilibrista del olvido, Editorial Germinal, Costa Rica 2012.

 

Los naufragios del desierto, Vaso Roto Ediciones, España, 2013.

 

Las tentaciones de la Luz, Panamá, Nicaragua, 2018.

 

El canto de la Sulamita – Poesía Reunida, Uniediciones, Colombia, 2019.

 

 

 

Semblanza y fotografía proporcionadas por la autora.

 

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