4 Minificciones inéditas de Victoria García Jolly

 

 

 

 

El pan nuestro de cada día

 

—Agustín, ¿a qué hora sales al pan? Mira que me encantaría acompañarte y verte comprarlo porque nadie lo elige mejor que tú. Porque tienes un estilo maravilloso de cargar la bolsita llena de conchas, como si llevaras en tus manos el más delicado cabello de ángel; eso me asombra y me enamora. No anhelo más que ir contigo a la panadería y dejarte seleccionar mi cocol, mi chilindrina y mi espejo. Saldríamos tomados del brazo, cada uno con su bolsa, y te acompañaría hasta la puerta de tu casa, intentaría colarme en ella con el pretexto de hacerte el café para sopear, al fin, mis afanes en la leche, hasta que ya no te resistas más y sucumbas a mis suculentas intenciones.

 

 

 

 

Objetivo cumplido

 

 

Eran tan felices que arriesgaron todo por un poco de infelicidad.

 

Vaya si lo consiguieron.

 

 

 

 

 

Marcados por el barrio

 

 

Los recién casados establecieron su residencia en la calle de Amargura número 65, esquina con Infidelidad, a un par de cuadras de la plaza de la Esperanza, desafiando, de este modo, la nomenclatura del barrio al que estaban, por una herencia, destinados a habitar. No mucho tiempo después, comprobaron que su candidez había superado a su voluntad. La situación obligó a la pareja a realizar dos mudanzas: una a la calle del Olvido número 10, y la otra a la calle de la Soledad número 87.

 

 

 

 

Vecinos insoportables

 

 

Con la irritante imprudencia de los gritos que llegaban desde el piso inmediato inferior, me fue imposible dormir: Amanda, mi vecina que era el orden andando, descargó toda su ira contra el insensato, indigno, innoble e infeliz de Ignacio, su marido, que le fue infiel y a quien sorprendió in fraganti en su propia cama. De un jalón y en in crecendo no le quedó más que insultarlo con inquina diciéndole ipso facto: ideático, ido, ignaro, ilegal, imberbe, imperito, implume, impostor, imprudente, impúdico, inadaptado, inameno, incasto, incoherente, inconsciente, incordio, incróspido, indeseable, indino, infame, infractor, ingrato, inmoral, inmundo, insensible, insípido, insignificante, insolente, inútil, idiota, imbécil, menos inocente. Él, impávido, respondió a Amanda: adiós, ¡amargada!, azotando la puerta tras de sí.

 

 

 

 

 

Maldormir

 

 

La niña Aura murió mientras dormía. Dicen que así nació: dormida. Que lloró como cualquier criatura que llega al mundo para marcar el arranque de su vida, pero no abrió los ojos. Sólo dos veces se le vio despierta, la primera cuando secó los pechos de su madre. Entonces berreó mostrando su carácter y descontento, no por hambre sino por sueño. La segunda, cuando se enamoró: una noche insólita en que sus padres la obligaron a beber litros de café para llevarla a una fiesta, ahí conoció a Juan y, antes de quedarse dormida en sus brazos, se juraron amor eterno. Con el tiempo él la dejó alegando que ella era más soporífera que un domingo.

 

Dicen que esa noche la niña Aura se durmió llorando: se murió llorando.

 

 

 


 

Victoria García Jolly nació en la Ciudad de México y es socia y fundadora de Algarabía donde publica periódicamente artículos sobre Arte. De no ficción ha publicado Café, negro como la noche (2010), El libro de las letras, de la a a la z y no es diccionario (2011), ¡Mmm! Chocolate sin culpa (2015) y Para amar al arte (2016). Como narradora, en 2018 publicó su primer libro Cuentos del armario y en 2019 la plaquette Espectrándote. Además ha participado en diversas de antologías de cuento y minificción en México, Perú y Chile.

 

Semblanza y fotografía proporcionados por la autora.

 

 

 

 

 

 


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Comentarios: 2
  • #1

    Ariel Escobar (domingo, 26 abril 2020 12:34)

    “Alguna vez, debemos aprender a decir gracias
    a nuestra compañera de los eternos destinos”
    COMPAÑERA
    Si tan solo piensas… un instante.
    Todo lo que te ha dado tu juventud andariega,
    la elección de la reina de la noche.
    Cuantas noches, cuantas nuevas reinas.
    El perfume, el sabor etil de madrugadas,
    los fines de semanas casi eternas.
    Así pasan los años tallando primaveras
    pero en un girón del tiempo, te das cuenta
    que la vida, efímera, se vuela.
    Ya de nada sirve todo lo que obtienes
    si en tu rompecabezas solo cambias piezas.
    Entonces no dudes un instante,
    no hay más tiempo para andar de reinas,
    inventa una excusa intrascendente, busca retenerla
    que tu orgullo duerma con su arrullo
    antes de que su espera lúgubre roce otras veredas,
    que sus agujas encuentren una esquina
    o dicho de otra forma, que su tiempo de una vuelta entera.
    Toma su mano con firmeza
    recuerda los caminos que compartiste con ella,
    alegrías, tristezas, el respaldo cobijoso
    el perdón, la confianza plena.
    No duermas esta noche, abrázala con fuerza
    y cuando se despierte con sus ojos de almendras
    respira muy profundo, toma el aire que puedas
    y conviértete en hombre,
    entonces sin dudarlo acércate a su oído
    y dile suavemente ¡Gracias compañera!

  • #2

    Ariel Escobar (domingo, 26 abril 2020 12:36)

    Hermosas minificciiones. Ahora son conocidas en Buenos Aires. Saludos