Abraham y Lot

 

 

El rabí de Berditschev llegó a Lemberg y pidió hospitalidad a un judío acaudalado, sin revelarle su nombre.

 

     - ¡No doy alojamiento a viajeros! - fue la respuesta - ¡Esto no es un albergue!

 

     -Carezco de recursos – insistió el rabí -. Déjeme estar en un rincón. Le prometo no molestarle.

 

     - ¡Fuera de aquí! Vete a casa del maestro, que vive a la vuelta. El suele hospedar a gente de su calaña.

 

     Rabí Leví Izjak hizo lo que se le aconsejaba. El maestro le dio hospitalidad sin inquirir quién era. Pero en el camino alguien lo reconoció. De inmediato, esparciese por la ciudad la voz de que el santo rabí de Berditschev estaba en casa del maestro. Una multitud de devotos congregose junto a la puerta y se inició un largo desfile de personas que querían impetrar la bendición del rabí. Entre ellos estaba el hombre acaudalado.

 

     -Ruego a nuestro señor y maestro – dijo – que me perdone y se digne albergarse en mi casa. Todos los justos que ha visitado a Lemberg se han hospedado en ella.

 

     Rabí Leví Izjak se volvió a los presentes:

 

     - ¿Saben ustedes – preguntó – cuál era la diferencia entre nuestro padre Abraham, la paz sea con él, y Lot, ¿por qué se cuenta con tanto lujo de detalles que Abraham agasajó a los ángeles con manteca, leche y un becerro tierno y bueno? También Lot les dio albergue. La diferencia está en que se dice respecto a Lot: “Los ángeles vinieron a Sodoma”, pero respecto a Abraham está escrito: “Y alzó sus ojos, y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él”. Lot vio ángeles. Abraham peregrinos cubiertos de polvo, necesitados de descanso y solaz.   

 

 

 

Traducción de Aarón Spivak

 

 

 

El presente relato está entresacado de Levi Izjak de Berditsschev, quien fuera discípulo y continuador del Rabí Dov Ver de Ver de Mesritsch, predicador jasídico.

 

El relato, Abraham y Lot, fue tomado del libro, El Rabí de la buena fama (relatos jasídicos) de Martin Buber, publicado por editorial Raíces 1988, Buenos Aires, Argentina.

 

 

Martin Buber (Viena, 1878 - Jerusalén, 1965) Escritor y filósofo israelí. A raíz del divorcio de sus padres, se crió en la localidad austriaca de Lemberg, donde residía su abuelo paterno, Salomón Buber, un famoso erudito rabínico. Allí conoció la Biblia, la lengua hebrea clásica y el pensamiento judío ortodoxo y compartió la vida de oración y estudio de los piadosos seguidores de la corriente jasídica. A los catorce años regresó a la casa paterna y en 1896 inició estudios de filosofía e historia del arte en la Universidad de Viena, que más tarde continuó en Leipzig, aunque finalmente se doctoró en Berlín en 1904. Se afilió al sionismo y participó en el primer congreso de este movimiento celebrado en Basilea el año 1897, y en 1901 comenzó a trabajar como redactor en el periódico Die Welt.

 

Martin Buber colaboró también en 1904 con el futuro primer presidente del Estado de Israel, Jaim Weizmann, en la publicación Der Jude, que no llegó a aparecer, pero a la cual se debe el manifiesto sionista que presidiría el ideario de Buber. Ese mismo año leyó un texto del rabino Israel ben Eliézer, fundador del jasidismo, con el cual sintió una profunda identificación que lo llevó a retirarse de otras actividades y a sumergirse en el estudio y la lectura de los escritos de esta corriente. Finalmente, consiguió fundar Der Jude, uno de los primeros periódicos dedicados en Alemania al pensamiento sionista, que Buber dirigió desde 1916 hasta 1924.

 

Desde 1923 hasta diez años más tarde enseñó teología judía e historia de las religiones en la Universidad de Frankfurt, e inició el planteamiento teórico que originaría más tarde su obra Yo y Tú. Con el católico Joseph Wittig y el protestante Carl Friedrich von Weizsäcker codirigió Die Kreatur desde 1926 hasta 1930. Antes, en 1920, había creado con Franz Rosenzweig la Freies Jüdisches Lehrhaus (Academia Judía Libre), que fue el más importante centro de educación de judíos adultos anterior a la Segunda Guerra Mundial.

 

Después de largos años de escritura y revisión, en 1923 se publicó el título antes mencionado, Yo y Tú, una de las obras fundamentales del autor. En 1933 sus estudios teológicos se vieron bruscamente interrumpidos; cuando Hitler tomó el poder, fue expulsado de la universidad y decidió emigrar a Palestina. En 1938 fue nombrado profesor de filosofía social en la Universidad hebrea de Jerusalén, donde enseñó hasta su jubilación en 1951. Durante más de cuarenta años se dedicó a estudiar las leyendas jasídicas.

 

Sus versiones de ellas dieron como resultado títulos como Cuentos de Rabbí Nahman (1906) y La leyenda del Baal Shem (1907); con un enfoque diferente sobre el mismo tema publicó luego El Gran Maguid y su sucesión (1921) y La luz oculta (1924). A partir de 1946, la mayor parte de estos trabajos se recogieron en cuatro volúmenes que, con el título genérico de Cuentos jasídicos, constituyen lo más conocido del autor.

 

 

 

En el pensamiento de Martin Buber influyeron con gran fuerza la obra de Kierkegaard, padre del existencialismo, y el estudio del misticismo judío que floreció en Polonia a mediados del siglo XVIII, conocido con el nombre de jasidismo. Toda su vida de estudioso y su extensa producción de filosofía e historia de la religión tuvieron como objetivo la construcción de un renovado puente cultural entre el judaísmo y el cristianismo. Éste es el motivo de la gran popularidad y el consenso que le acompañaron.

 

La profundización de la particular forma de misticismo que se desarrolló en las comunidades jasídicas, en las que por su fervor se distinguían los "zaddikim" (justos) y cuyas experiencias eran contadas por los "jassidim" (fieles a la alianza), permitió a Martin Buber poner en evidencia la experiencia de la relación directa entre Dios y el hombre, en la que se basa, en realidad, toda su teoría filosófica. Derivada del existencialismo y de la ontología, esta teoría se funda en la relación del ser respecto a sí mismo como absoluta presencia del Ser que da al ser dado, es decir, absoluta presencia de Dios en todo lo que existe.

 

La relación ontológica originaria (desarrollada de manera especial en su obra Yo y Tú), que corresponde al enlace absoluto entre Yo y Tú, no se refiere sólo al hombre, sino a toda la naturaleza, según una diferenciación de esferas relativa a los diferentes grados de conciencia de la propia relación. El primer grado es el de la naturaleza mineral y vegetal, que viven la propia presencia contemporánea en el horizonte general del Ser, pero sin tener de Él ningún conocimiento y sin aportar ninguna respuesta.

 

La conciencia penetra en el segundo nivel, el humano, en el que el Yo se percibe como radical apertura y trascendencia hacia el otro desde sí, y por eso es consciente del estatuto existencial general que es la presencia absoluta del Tú: a este nivel se sitúa el obrar teniendo como base la libertad, la responsabilidad, el valor ético y el destino. El último grado lo constituye la dimensión espiritual, en la que la relación con Dios ya no se puede expresar con el lenguaje ni es traducible en términos espacio-temporales, sino que se coloca a un nivel de trascendencia que Buber llama "vida con las entidades espirituales".

 

 

 

Semblanza tomada del portal, La Enciclopedia Biográfica en Línea

 

 

 

Fotografía extraída de Wikipedia

 

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