Templado
Condé Nast promete contarme
sobre el Mejor chocolate del mundo
pero yo ya sé dónde encontrarlo.
Las ruedas de granito de la mezcladora han dejado
de moler y las notas
que surgen de nuestra bodega envuelven tu cuerpo
con ese otro, terroso y dulce
heno de trébol derivado de las plumillas de Cuyagua.
Conocemos nuestros puntos de fusión
y hemos perfeccionado la técnica:
enfriar, volver a calentar,
repetir, dominar el exceso
hasta que las moléculas se unan
en un adagio tan suave
que crujamos como las mejores barras,
y llamemos a eso arrebato.
En alabanza a los hongos
Mientras estemos aquí, cosamos nuestras vidas con hilos
empapados en extractos de melena de león y reishi, propaguemos
solo esporas que no nos resten vitalidad mientras estemos en la tierra,
aprovechemos el consejo de los muertos y hagamos de esto una nueva forma de amor.
Buscaremos manjares que florecen en los residuos,
nacidos de la destrucción—morillas de fuego en los cráteres
cenicientos de los robles, cordyceps que brotan
de los cuerpos de orugas de polilla fantasma.
Aprenderé la mejor manera de cocinar cada especie
para que su sabor arda en cada papila de nuestras lenguas.
Si más allá de la fecha de mi defunción, reconoces el hongo
que brota donde mi abdomen alguna vez vibró
de placer, de hambre o por el murmullo amniótico de nuestro hijo,
no dejes constancia para la posteridad. Toca sus láminas y llámalo
simplemente hongo, este fugaz, poroso y sensual
estallido sobre la tierra.
Insomnio
Noche tras noche, enredas tus piernas con las mías
y cabalgamos la oscuridad juntos pero en pistas distintas,
mi mente adormecida, la tuya corriendo hacia el desastre.
¿Cómo puedes hacer esto sin resentir cómo te abandono?
Con los ojos abiertos y dolorida con una costilla magullada, apenas resisto
despertarte. Por una vez, duermes
como si hubieras corrido un triatlón. Un leve espasmo aquí y allá
anunciando una pesadilla. Espanto a la bestia,
te abrazo fuerte. Mi pierna, dormida en el abrazo de tus muslos
despierta y libera nuestro calor. Amor,
puedo asegurar que no estoy tallada de una costilla,
(y que, a diferencia de una costilla, no soy irreparable).
Quizá desde el báculo, ese hueso sexual que al perderse
clama a la vez victoria evolutiva y burla.
Con el primer temblor de luz asoma su fantasma
para anular cada terror, grande o minúsculo.
Erótica
Pandemia 2020
Cuando le preguntaron qué encontraba erótico, él dijo ojos,
no ojos en sí, sino cómo instigan,
encienden el cuerpo desde adentro, ese encuentro ocular
de dos segundos que nada tangible puede igualar
cuando los extraños ojos que entran en los tuyos,
igual de extraños, te dejan entrar.
Sentí envidia. Nunca me había atrevido a otros ojos
y cuando me lanzaban una mirada sugerente,
me aseguraba de desviar la mía —
hasta ahora, cuando el paseo diario
paralelo a la playa se mide
no en millas, sino en ojos.
Detrás de la mascarilla, la respiración revela
su naturaleza, y apesta.
El iris es el único órgano interno
visible desde el exterior,
mi padre profesaba para justificar
las pequeñas invasiones de su Canon
en las calles de Manhattan,
los problemas en los que se metió.
Camino el día para cultivar
lo que veo: manchas de color,
miedo, hola, no, la cámara de mi padre
en continuo clic clic clic,
robando lo que los sujetos
no saben que pueden dar.
La casa
Con toldos teñidos de rojo
Abandonados hace mucho tiempo
Sellados con polvo de tilo
No irrumpiré para reclamar
El tablero de ajedrez que no me enseñó
Nada más que la paciencia
No irrumpiré para salvar
El cerezo
Atrapado en el hogar
La rama gangrenada
Con hojas rizada
Como fetos fosilizados
Aunque eso es todo lo que necesito
Para la fermentación del borș
En el enorme frasco de cristal
Que anida en el sótano
Si lo hago bien
El tónico repondrá
La flora malgastada la astilla
Liberará el huerto
Si lo hago bien
Argiopes aurantias han hilado
Ruedas de seda más resistentes que el acero
Para atrapar gorriones errantes
Hamacas que podrían sostener
Dos cuerpos rumores de fantasmas
Ya lo sé
No puedes irrumpir por mí
Y no irrumpiré
Para buscarme a mí misma.
Traducción de Frances Simán
Frances Simán (Honduras, 1984). Es miembro correspondiente de la Real Academia Española de la Lengua y miembro de número de la Academia Hondureña de la Lengua. Fundadora de la editorial Los Amorosos y parte del consejo editorial de Cisne Negro en Honduras. Ha traducido varios libros de poesía entre ellos ¿Qué es poesía? de Lawrence Ferlinghetti, Exhausto en la cruz de Najwan Darwish, Algunos poemas fugitivos de Mihaela Moscaliuc y Poemas ascendentes de Michael Waters. Recibió el Premio Inca Garcilaso de la Vega 2023 por sus aportes a la traducción y edición en Honduras, y el Premio Equinoccial 2023, homenaje en el Festival de Poesía Paralelo Cero, Ecuador.
Semblanza proporcionada por Frances Simán
Fotografía de Fernando Andrade
Mihaela Moscaliuc nació y creció en Rumania. Ha publicado los poemarios Heartmoor (2026), Cemetery Ink (2021), Immigrant Model (2015) y Father Dirt (2010); tradujo Clay and Star de Liliana Ursu (2019) y The Hiss of the Viper de Carmelia Leonte (2014); es la editora de Insane Devotion: On the Writing of Gerald Stern (2016), y coeditora de Border Lines: Poems of Migration (2020). Recibió la beca Guggenheim y el premio Pushcart; además, ha recibido becas de residencia otorgadas por la Hawthornden Foundation (Italia), Chateau de Lavigny (Suiza), el Virginia Center for the Creative Arts, y la organización MacDowell, así como dos becas de artista individual del Consejo de Estado de Nueva Jersey en las Artes y una beca Fulbright. Actualmente dirige el Programa de Maestría en Inglés en la Universidad de Monmouth (Nueva Jersey), donde enseña escritura creativa y literatura.
Semblanza y fotografía proporcionadas por Mihaela Moscaliuc

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