Poesía de Mihaela Moscaliuc en traducción de Francés Simán

Templado

 

 

 

Condé Nast promete contarme

 

sobre el Mejor chocolate del mundo

 

pero yo ya sé dónde encontrarlo.

 

Las ruedas de granito de la mezcladora han dejado

 

de moler y las notas

 

que surgen de nuestra bodega envuelven tu cuerpo

 

con ese otro, terroso y dulce

 

heno de trébol derivado de las plumillas de Cuyagua.

 

Conocemos nuestros puntos de fusión

 

y hemos perfeccionado la técnica:

 

enfriar, volver a calentar,

 

repetir, dominar el exceso

 

hasta que las moléculas se unan

 

en un adagio tan suave

 

que crujamos como las mejores barras,

 

y llamemos a eso arrebato.

 

 

 

 

 

En alabanza a los hongos

 

 

 

Mientras estemos aquí, cosamos nuestras vidas con hilos

 

empapados en extractos de melena de león y reishi, propaguemos

 

 

 

solo esporas que no nos resten vitalidad mientras estemos en la tierra,

 

aprovechemos el consejo de los muertos y hagamos de esto una nueva forma de amor.

 

 

 

Buscaremos manjares que florecen en los residuos,

 

nacidos de la destrucción—morillas de fuego en los cráteres

 

 

 

cenicientos de los robles, cordyceps que brotan

 

de los cuerpos de orugas de polilla fantasma.

 

 

 

Aprenderé la mejor manera de cocinar cada especie

 

para que su sabor arda en cada papila de nuestras lenguas.

 

 

 

Si más allá de la fecha de mi defunción, reconoces el hongo

 

que brota donde mi abdomen alguna vez vibró

 

 

 

de placer, de hambre o por el murmullo amniótico de nuestro hijo,

 

no dejes constancia para la posteridad. Toca sus láminas y llámalo

 

 

 

simplemente hongo, este fugaz, poroso y sensual

 

estallido sobre la tierra.

 

 

 

 

 

Insomnio

 

 

 

Noche tras noche, enredas tus piernas con las mías

 

y cabalgamos la oscuridad juntos pero en pistas distintas,

 

mi mente adormecida, la tuya corriendo hacia el desastre.

 

¿Cómo puedes hacer esto sin resentir cómo te abandono?

 

 

 

Con los ojos abiertos y dolorida con una costilla magullada, apenas resisto

 

despertarte. Por una vez, duermes

 

como si hubieras corrido un triatlón. Un leve espasmo aquí y allá

 

anunciando una pesadilla. Espanto a la bestia,

 

 

 

te abrazo fuerte. Mi pierna, dormida en el abrazo de tus muslos

 

despierta y libera nuestro calor. Amor,

 

puedo asegurar que no estoy tallada de una costilla,

 

(y que, a diferencia de una costilla, no soy irreparable).

 

 

 

Quizá desde el báculo, ese hueso sexual que al perderse

 

clama a la vez victoria evolutiva y burla.

 

Con el primer temblor de luz asoma su fantasma

 

para anular cada terror, grande o minúsculo.

 

 

 

 

 

Erótica

 

 

 

Pandemia 2020

 

 

 

Cuando le preguntaron qué encontraba erótico, él dijo ojos,

 

no ojos en sí, sino cómo instigan,

 

encienden el cuerpo desde adentro, ese encuentro ocular

 

de dos segundos que nada tangible puede igualar

 

cuando los extraños ojos que entran en los tuyos,

 

igual de extraños, te dejan entrar.

 

Sentí envidia. Nunca me había atrevido a otros ojos

 

y cuando me lanzaban una mirada sugerente,

 

me aseguraba de desviar la mía —

 

hasta ahora, cuando el paseo diario

 

paralelo a la playa se mide

 

no en millas, sino en ojos.

 

Detrás de la mascarilla, la respiración revela

 

su naturaleza, y apesta.

 

El iris es el único órgano interno

 

visible desde el exterior,

 

mi padre profesaba para justificar

 

las pequeñas invasiones de su Canon

 

en las calles de Manhattan,

 

los problemas en los que se metió.

 

Camino el día para cultivar

 

lo que veo: manchas de color,

 

miedo, hola, no, la cámara de mi padre

 

en continuo clic clic clic,

 

robando lo que los sujetos

 

no saben que pueden dar.

 

 

 

 

 

La casa

 

 

 

Con toldos teñidos de rojo

 

Abandonados hace mucho tiempo

 

Sellados con polvo de tilo

 

 

 

No irrumpiré para reclamar

 

El tablero de ajedrez que no me enseñó

 

Nada más que la paciencia

 

 

 

No irrumpiré para salvar

 

El cerezo

 

Atrapado en el hogar

 

 

 

La rama gangrenada

 

Con hojas rizada

 

Como fetos fosilizados

 

 

 

Aunque eso es todo lo que necesito

 

 

 

Para la fermentación del borș

 

En el enorme frasco de cristal

 

Que anida en el sótano

 

 

 

Si lo hago bien

 

 

 

El tónico repondrá

 

 

 

La flora malgastada la astilla

 

Liberará el huerto

 

 

 

Si lo hago bien

 

 

 

Argiopes aurantias han hilado

 

Ruedas de seda más resistentes que el acero

 

Para atrapar gorriones errantes

 

 

 

Hamacas que podrían sostener

 

Dos cuerpos      rumores de fantasmas

 

Ya lo sé

 

 

 

No puedes irrumpir por mí

 

Y no irrumpiré

 

Para buscarme a mí misma.

 

 

 

Traducción de Frances Simán

 

 

 

Frances Simán (Honduras, 1984). Es miembro correspondiente de la Real Academia Española de la Lengua y miembro de número de la Academia Hondureña de la Lengua. Fundadora de la editorial Los Amorosos y parte del consejo editorial de Cisne Negro en Honduras. Ha traducido varios libros de poesía entre ellos ¿Qué es poesía? de Lawrence Ferlinghetti, Exhausto en la cruz de Najwan Darwish, Algunos poemas fugitivos de Mihaela Moscaliuc y Poemas ascendentes de Michael Waters. Recibió el Premio Inca Garcilaso de la Vega 2023 por sus aportes a la traducción y edición en Honduras, y el Premio Equinoccial 2023, homenaje en el Festival de Poesía Paralelo Cero, Ecuador.

 

 

 

Semblanza proporcionada por Frances Simán

 

Fotografía de Fernando Andrade

 

 

Mihaela Moscaliuc nació y creció en Rumania. Ha publicado los poemarios Heartmoor (2026), Cemetery Ink (2021), Immigrant Model (2015) y Father Dirt (2010); tradujo Clay and Star de Liliana Ursu (2019) y The Hiss of the Viper de Carmelia Leonte (2014); es la editora de Insane Devotion: On the Writing of Gerald Stern (2016), y coeditora de Border Lines: Poems of Migration (2020). Recibió la beca Guggenheim y el premio Pushcart; además, ha recibido becas de residencia otorgadas por la Hawthornden Foundation (Italia), Chateau de Lavigny (Suiza), el Virginia Center for the Creative Arts, y la organización MacDowell, así como dos becas de artista individual del Consejo de Estado de Nueva Jersey en las Artes y una beca Fulbright. Actualmente dirige el Programa de Maestría en Inglés en la Universidad de Monmouth (Nueva Jersey), donde enseña escritura creativa y literatura.

 

Semblanza y fotografía proporcionadas por Mihaela Moscaliuc

 

 


Escribir comentario

Comentarios: 0