Poesía de Raquel Zarazaga Pablo

Between the cracks

 

 

 

-¿Cómo despachar una vida en dos palabras?

 

-¿Y quién ha dicho que en tu existencia quepa

 

una vida sola?

 

 

 

Que nadie me responda.

 

Cuántos virajes, cuantas páginas vueltas,

 

cuántos desafíos, salidas y retornos

 

quedan aún.

 

 

 

A veces abrimos los días

 

como quien parte un pan tierno,

 

ese gesto repetido pero necesario

 

que sabes que debes hacer.

 

Otras es silencio, vacío alrededor,

 

sólo trazas de ti alcanzas a ver

 

o eso te parece.

 

Y sin embargo, nada detiene al destello,

 

al fogonazo que en momentos marca

 

un punto y aparte, un nuevo vivir.

 

Siempre hay relojes sin agujas

 

estanques donde mirarte puro

 

cauces por donde discurrir fluido.

 

Quien busca, encuentra.

 

Un nuevo paisaje cada mañana

 

te recordará otros pasos antiguos

 

por las mismas calles, aceras cercanas,

 

aunque ahora todo sea distinto.

 

Que tu dolor se calme,

 

que tu alegría salga a flote de nuevo

 

y tu andar enérgico voltee las borrascas.

 

Ahora estás en el centro del mundo.

 

Perfectamente lúcido.

 

Nunca fue el universo tan real

 

como lo es ahora para ti.

 

Algo mudó ya.

 

Cada paso que des será solo un paso.

 

"Un día de lluvia es tan bello como un día de sol.

 

Aún existen;cada uno como es."*

 

No lo olvides.

 

 

 

*Fernando Pessoa

 

 

 

 

 

Sound and silence

 

Me gusta recordar su voz y su sonrisa.
Aunque a veces no sepa si acercarme.

Casi a gatas, de puntillas,
camino sola
llevada hacia la noche
que atraviesa mis tejidos.
Los que neblinosos velan siempre
saben de lo que se cuece en mis entrañas,
lo que las retuerce y entibia.
A veces parece que nada late,
pero basta que en un pestañeo
su sombra se dibuje un instante
para que en el bosque de los días
sienta de nuevo su mano
tendida hacia mí para que no me pierda.
Y entonces soy yo quien sabe
que una caricia suya bastaría para callarme.

 

 

 

 

 

Pero no hay olvido, ni sueño: carne viva

 

                                          Federico García Lorca

 

 

 

Las últimas gotas del agua de tus labios

 

percuten la noche.

 

Nada puede apagar su son.

 

No crecerá musgo allí.

 

No hay tal vez que lo alcance.

 

Pero sí la certeza de permanecer

 

por haber sido siquiera un momento.

Todo tácito,

 

mudez necesaria ahora.

 

Sólo vibración en los adentros

 

cuando el recuerdo acude.

 

Dicha escondida

 

que te hace cerrar los ojos.

 

 

 

No le llames a eso soñar.

 

 

 

 

 

Amor

 

(Requisitos técnicos)

 

 

 

Que tu amor sea de gama alta.

 

Sin desperdicio. Sin medias tintas.

 

A plena luz.

 

Que lleve de serie todos los extras.

 

Que mime los detalles.

 

Que tenga bajo coste de mantenimiento.

 

Sí. Lo que importa no es el acabado,

 

sino que esté cuidado el interior.

 

Que su luz se acomode a toda circunstancia.

 

Que la confortabilidad del habitáculo

 

haga sentirse a gusto.

 

Tanto valor tienen las altas revoluciones

 

como el que ofrezca una respuesta suave

 

o una aceleración potente.

 

Eso sí. Sin contratos.

 

Pago al contado. Aquí y ahora.

 

No quiero letras para amortizar

 

el resto de mis días.

 

 

 

En la biblioteca de Tizayuca

 

Quiero escribir pero me sale espuma.
Misericordia.
Astucia.
Mujeres de ojos grandes.
Pueblo y canto.
Muerte por agua.
Oh, hermoso mundo.
Se llevaron el cañón para Bachimba.
Mirando cómo arde la amarga ciudad 
-los sentidos al aire-
la niebla es un espejo vacío.
Amores de selva y sombra.
Estas páginas mías.
Una violeta de más.

 

 

 

(Poema construido con títulos de libros de la sección de poesía de la biblioteca mientras esperábamos la conferencia del poeta Marco Antonio Campos en torno a la figura de Ignacio Rodríguez Galván en el Festival en su honor celebrado en Tizayuca en marzo de 2016)

 

 

 

 

 

Geofonías

 

 

 

A

 

La Tierra…¿nos necesita?

 

B

 

No sé qué hacemos aquí por tanto tiempo.

 

Alguna vez quisimos ser inmortales

 

y despegamos de nuestra piel

 

las semillas voladoras que traíamos desde el origen.

 

Quizás por ahí empezó el problema.

 

C

 

Hay que saber buscar en el pasado y rescatar lo que merezca la pena.

 

D

 

Las motas de polvo pesan menos que la culpa.

 

Los átomos dispersos de los días grises, déjalos ir.

 

 

 

Las muecas dolorosas,

 

los llantos desconsolados, los llantos retenidos,

 

las lágrimas que no salieron…

 

incluso la furia, la rabia que sentías, no merecen la pena ya.

 

 

 

E

 

Escucha los suspiros que nacen cerca de tí.

 

Dales calor, incúbalos.

 

Ahí, bajo el mantillo, está la auténtica vida que nutre.

 

 

 

F

 

La Tierra siempre fue un lugar húmedo.

 

Desde las clorofilas y los carotenos hasta el resto de cianobacterias

 

estaban a gusto y por eso, comenzaron su expansión.

 

 

 

G

 

Y crecimos con la química de los asteroides.

 

Proteínas y ácidos nucleicos hicieron su trabajo.

 

Quizás en alguna nube de polvo interestelar

 

se quedaron perdidas algunas informaciones.

 

¿Y si dejáramos hablar a nuestro oxígeno?

 

 

 

 

 

 

 

Materia gris

 

 

 

I

 

 

 

Una eternidad colgando

 

del hilo de saliva en la comisura de su boca.

 

Aquí no hay luz para enfrentar las sombras.

 

Sólo hay sombras

 

manchas oscuras

 

agujeros negros

 

ausencias…

 

 

 

Me asomo al cenote de sus vacíos

 

y recuerdo

 

el negro de la boca del lobo en los cuentos infantiles.

 

 

 

Las palabras rebotan y no llegan a ningún lado.

 

No hay espejos donde reflejar la luz.

 

Nada da más miedo aquí que mirarse en un espejo.

 

 

 

Todo son cabezas sin piernas

 

troncos sin brazos

 

ni el pelo crece siguiendo el orden natural.

 

 

 

Y aún así

 

no resultaría extraño

 

ver a alguno crecerle plumas

 

y echar a volar.

 

 

 

 

 

                                                            II

 

 

 

Es curioso ver en el gris de unos ojos

 

los claroscuros de una vida,

 

la ceniza que puede nublar días y noches,

 

si acaso por un tiempo.

 

 

 

Los que hemos transitado el desierto y sus límites

 

sabemos cómo la calima enturbia el camino.

 

Mejor dicho: no se ve nada.

 

Por eso a veces cuesta dar un paso.

 

Porque tienes la certeza de que no hay nada

 

                                                        más allá.

 

 

 

Broncoespasmos e infinito dolor en el centro.

 

Astillas.

 

              Esquirlas.

 

                               Añicos.

 

Cuando todo salta en pedazos y acabas ahí dentro,

 

en un cuarto sin ventanas,

 

“hay pavor pero no lágrimas”

 

-ya lo dijo la Pizarnik-

 

 

 

                                                            III

 

 

 

Los violines de una cuerda no tienen caja de resonancia.

 

No la necesitan.

 

Y no por ello, suenan mal.

 

¿Sabes?

 

Su música puede atravesar el pasillo

 

trepar al techo     resbalar la pared…

 

Llegará al laberinto de tí donde estuviste,

 

donde sabes se encuentra el pozo de tu dolor.

 

No caves más.

 

Sólo olvida los nombres    las pócimas   los venenos.

 

Mueve las manos y tu voz.

 

Baila con las palabras sin reproches.

 

 

 

Poesía es:

 

“Luz, viento, risas, llanto.

 

Oscuridad, río, agua, frío.

 

Amanecer dormido.

 

Verso, prosa,café, delirio.

 

Es el mismo amor.”*

 

 

 

 

 

* De Poeta en Nueva York, de Federico García Lorca.