Vía Láctea
No sé si alguna vez leerás estas quilcas
En el vendaval que las alberga
ellas siguen la banda sonora de la Vía Láctea
Escribo en la lengua que se impuso
preñada de las galantías propias de la lengua de mi madre
melodía en rumi viva de las bellas Cahuillaca* y Chaupiñamca*
melodía fina como dirían el Inca Garcilaso y Gamaliel
En piedra se escribe lo inconmensurable
para renombrar lo impuesto a las magnolias
Cahuillaca: Según el mito andino, fue una doncella que se lanzó al mar junto a su hijo para escapar del dios Cuniraya
Chaupiñamca: Divinidad femenina, contraparte del dios Pariaqaqa, que es considerada como la creadora de gente, tanto de hombres como de mujeres.
Iskay*
Cuando me arrojé a las profundidades
del mar Pachacamac*
huyendo del hombre que arrojó con engaños
su semilla en mi boca
navegué con mi wawa* sobre una gigante ballena
que tragó mi alterado amor
De mis manos brotaron ríos
Cuando los rayos del sol prorrumpieron el último suspiro
fui arrojada al canal de la Mancha
a la pesadilla de la bestia de acero
Sentí que jamás volvería a ver el santuario de piedras
ni el bosque de mi juventud
Mi wawa y yo vimos barcos fantasmas
gente agonizante en tormentas progresivas
cuerpos crucificados que no fueron entregados a sus madres
Miles de golondrinas navegaron con el pecho vuelto añicos
Madre
¿mis hermanos vendrán a cenar esta noche?
Retomo los hilos de mi entraña cabellera
Mi wawa corazón avellana
me hace arrojar la rabia contenida
Todo se pone lúcumo
La nave en la inmensidad de la noche
Yo sin mis quillas rojas
Quilcas* anudan mis cabellos largos
La lluvia de relámpagos
escribe los versos
que yo no pude decir esa noche
Zarpamos
Iskay: Número dos.
Pachacamac: Dios andino, creador del espacio, del tiempo, de la naturaleza, del mundo y del universo.
Wawa: Bebé
Kimsa*
Nací en el sur
Soy hija de la hierba y el azar
el rugido de las olas
el viento y la vid
el rugido de la matria que mi cuerpo atesora
nací en el solsticio de invierno cuando nacen las ballenas
acompañada de estrellas de mar
conchas de abanico
y audaces caballitos de colores
Soy la palabra queda
la palabra nutria
la palabra amapola
Soy el respiro que se apaga y se empeña en fluir
Soy lluvia
destello
tránsito
aire de algas danzarino
a quien nadie le cortará el pensamiento
Kimsa: Número tres
Soqta*
Dices Hannah A.
El oro
carece de importancia
comparado con los monstros hierro
el carbón de fuego
el aire violeta del tabaco
la morfina
el coltán del corazón africano
o la metálica avestruz
Por cada centésima de onza en flamante muñeca
una tonelada de molles y hercampuris destruida
junto a niñas vizcachas
sagaces panteras y pájaros de fuego
Para algunos tiene efecto de conciencia
en aquello que llaman amor
El amor se subasta esta mañana
Pero ¿el amor se mide y se pesa
como se miden y pesan los quilates?
En mi pueblo cada ser se nutre bajo tierra
del lenguaje uterino
al emerger las cabezas / el agua empieza
a brotar como una fuente
Y así nace el amor
Soqta: Número seis.
Chunka*
Resurgí de un sipas pukyu*
fuente de la verdad que se alimenta
Disfruté el dulzor de las flores granada
admiré la perfección de la hormiga
su continuo andar siguiendo las líneas del cuásar
Todo cambió al descubrir la piedra desasida
Conmovido Wayra* me elevó en sus brazos
viajamos entre la niebla y despertó el canto adormecido
convivimos entre las estrellas de mar
Aprendió mi corazón a beber musgo
la arena de las montañas
Hoy mi pecho ya no se rompe
ya no se quiebra
Mis cicatrices irrumpen
en la profundidad de los océanos
Chunka: número diez.
Pukyu: Manantial, ojo o boca de las aguas subterráneas.
Wayra: Viento.
Cuánta ilusión
Cuánta ilusión abrirse al runasimi*
cuánta arrogancia en las miradas traviesas de las nubes
cuánto misterio al descubrir el perianto
cuántos pétalos lanzados al cosmos de tu corazón
cuánto dolor al caerse la marea
cuánto aprender de los péndulos de arena
Todas las mañanas al abrir las ventanas y el silencio
me acerco a cada arbusto
recojo los pétalos marchitos
hablamos
canturreamos
Suelo observar tu crecimiento crisantemo
suelo advertir tu hastío azucena
suelo enderezar tu tallo aunque gruñas perejil
Contemplar esos tránsitos es sorprendente
hay que observarse a sí misma
Runasimi: Lengua quechua
Madre es
Madre es la raíz
el río
la corola
Madre es viajar a Sangri-La a ver sus pupilxs
Madre es teorema
montaña
inconmensurables laberintos
la palabra fuego
la palabra acongojada
(¿dónde están…?
¿dónde están mis hijxs?)
Ella es mi madre
ternura
grito
verso
desgarro
llanto clavelino
un volcán una alondra
un poderoso cactus 90
Madre es volar a su clase vespertina
volar a su hogar a ver a sus tres hijas
Hoy nuestros recorridos se tornan un canto a las vecinas
Cuando corro hacia el mar
ella flexiona los brazos respirando la dulzura de la abuela
Los recuerdos y sus pasos cansados dibujan un pitagórico camino
Madre
voz rosal
en bosque espinoso
una sombra
un alud
un tallo frágil
Flor de qantu* nacida en la pequeña ciudad
de las muchachas presuntuosas de mi país
un país que muchas veces marcha a la deriva
si no fuera por ellas
Qantu: Cantuta; arbusto cuyas flores rojas son consideradas como la “flor sagrada de los incas”.
Estos forman parte del libro Bordando quilcas, publicado por Hipatia ediciones, en el año 2023, Lima, Perú
Carolina O. Fernández (Perú). Escribe poesía y ensayos. Ha publicado los poemarios Bordando quilcas (Hipatia Ediciones, 2023), que obtuvo una mención especial en el Premio Casa de las Américas 2022, en la categoría de poesía; Rumikuna del mar (Hanan Harawi, 2021); No queremos cazar la noche (2019); A tientas (Vagón azul editores, 2016), finalista en el Premio Copé de Poesía 2015 y primer premio de los Viernes Literarios 2014; Un gato negro me hace un guiño (2005); entre otros. Su obra poética y sus ensayos han sido publicados en varias revistas y antologías. Es profesora e investigadora de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). En estos momentos tienen en prensa Aleteos & Vientos, un adelanto fue publicado en la plaquette Refugio de los vientos (Hanan Harawi, 2024).
Semblanza y fotografía proporcionadas por Carolina O. Fernández.

Escribir comentario