
Los titiriteros
Perdidos bajo la piel del mundo
Interminables y solos a lo largo de la noche interminable
da lo mismo estar en el aeropuerto gigante de New-York
o llorando en tiendas de plantas decapitadas en Brasil
Abandonados en tragedias celestes
como dos sucios huerfanitos que compran caramelos
en uno de esos mercados donde ríe la gente
qué importa si la locura de los demás nos persigue
los rostros de criaturas rojas y secretas
los demás que no perdonan dos cabezas que huyen para soñar
cuando dormidos en el interior de los relojes cu-cú
nos despiertan y nos quitan el abrazo donde caemos
para defendemos de nosotros mismos.
Mientras el espectáculo de las calles
con los edificios tragados por el viento
con las piedras, las latas, las ventanas
los perros muertos de frío que brillan al amanecer pasa
y todos se levantan y corren hacia el día
para golpear sus puertas de Agencias de Empleos dos vagabundos
que olvidaron sus estómagos en la dureza
de comedores imposibles
con flores que estallan en sus solapas
juegan, ellos juegan a la ronda
en la redondez de la tierra
cantándose: "la felicidad está en el almaaa"
Sin saber qué hacen amando
entre demasiado bien vestidos que pretenden al amor
entre ciegos-sordo-mudos que ya no sueñan
en la mitad del pecho como la primavera.
Sin lugar, desconocidos, emplumados, palmípedos
creados por las formas que sólo tiene la ternura
Un día nos haremos magos
para lanzarnos de la memoria de este mundo
como dos aves que se suicidan juntas
en paracaídas de seda que no se abren.
La gran madre gorda universal
Hoy he inventado tu nombre a gritos Dayal
ha sido como parir al mundo por la herida del alma
son míos estos millones de infantiles adúlteros
partidos políticamente en la verdad que corren
en sus vehículos de carne no sé a dónde
míos debo quererlos degeneraditos que saltan
tratando de alcanzarme el rostro
Me han fatigado sus ruidos de cerebros
sus reuniones de pingüinos desvestidos donde se decide
el destino de la humanidad
Sorprende la gente que cabe en este día
impunemente de espaldas al olvido
mientras los poetas de mi época
mascan trapos y escupen candidatos
o esperan la revolución comiendo
hongos alucinantes en la Universidad de Harvard.
Si abro la mano, se caerá este mundo?
A alguien le importa poco, mucho?
Pasa una nube de viejos perfumados
hacia un futuro de esqueletos dormidos
en ciudades que aúllan.
Quédate aparte Dayal
en alguna parte fuera de esto
atrás o adelante
en el techo de algún país agitando tus pantalones de hombre
con los cabellos caídos de pura pena
guarda en tu seno de hombre los hermanitos menores
y siempre muérete hablando o llorando o limpiando o defendiendo
muérete ebrio, ahogado de bocas, muérete en alto
con las heridas, muérete de risa
Pero nunca de muerte. De muerte no has de morir.
La vida te esconderá.
Aunque luego te espere la puerta de un horno, no te rindas.
No te rindas sino a la evidencia del amor.
Ni siquiera permitas que te toque este poema que ha perdido la salud.
Mentira. Mañana no será otro día.
Es hoy. Comienza. De alguna manera hay que cambiar esto
si no bastan los besos y si es preciso a palos
hay que cambiar esto.
Sangre en el ojo
¿Cómo permanecer cuerda
en medio de este mundo loco?
Las calles han jugado a cambiarse de nombre.
Hoy que yo quería hablar hablar hablar.
Todos se han muerto.
La ciudad se ha volado en el fondo de un ave transparente
con el sol afuera.
Hoy que mi alma es un animal necesitado de otros animales
Hoy que las uñas se vuelven calaveras salvajes
por saludar no importa a quién
por salir, por dejar la piel colgada en la cabecera
por olvidarse del universo a pedazos
que cierne sobre nosotros humillantes planes.
Era sólo por hoy un día más imposible que otros
quedarme en mí.
Ahora sola en un planeta solo.
¿A quién prohibir leer en este libro de huesos?
¿A quién decir que mis poemas son para gritar
para doler igual que una pedrada?
Inútil. He juntado palabras palabras.
Inútiles sonidos de perros cuando nos patean el alma.
Inútiles acusaciones contra quienes
nos operan la alegría en máquinas de cálculos
nos desnudan en público hasta lo último
que hacemos a escondidas en megatófonos,
en filtros donde nos graban los ruidos secretos del amor.
Sola en un planeta solo deshojando un pedazo de noche
¿Volverán? ¿Volverás? ¿Volverá Ud.?
¿Mucho? ¿Poquito? ¡Nada!
Yo con mucho gusto podría ofrecerle
la mano, con todo el corazón.
Vestida socialmente
con negros pantalones de ex-tristeza
detengo las alas, la expresión violenta pues
¿A qué permanecer por más tiempo loca
en medio de este mundo
que no existe?
La venganza
Un
día
Dios
me
asesinó
y
me
enterró
en
este
mundo.
.7.7.7.7.7
Nadie nos cree.
Pero también somos aves
transparentes de un paraíso.
Todos nos olvidan.
Las alas están dobladas
al fondo de los ojos.
Un día estaremos libres
fuera
de la jaula de este mundo.
El corazón en su silencio
no se olvida de cantar
mientras el tiempo de la espera
nos amarra.
Nadie nos descubre.
Pero tenemos un ángel
sentado en la garganta
una vez nos dará
su mano de aire
y volveremos a ser
como en los sueños.
La maleta loca
Soñé que mi maleta
se volvía loca
y se ponía a cantar.
Quise acallarla
con voz de flor artificial.
Me contestó riendo:
si no molesto a la vecindad!
Entrando en razones
nos pusimos a ensayar.
Pero las dos sentimos
no podernos comprender.
En esto la poesía
no tiene nada que ver.
Mi maleta era contralto
yo cantaba con tenor.
Hicimos en el árbol la rayita.
Hasta aquí llegas tú.
Hasta aquí llego yo.
Cómo no. Me separé saludando
con amistad.
Quiero terminar el sueño, dije
salir a la realidad.
Ella se enfureció gritando
—Es una falta de lealtad
dejarme sola
para entonar!
—Te maldigo
que tu espejo se vuelva carnívoro
que te robe la imagen y nunca
te la devuelva. Jamás.
Le di un golpe de novia
clausurando mi maleta extraña.
Tuve que despertar
porque el público de la mañana
estaba aplaudiendo a rabiar
este dúo irregular.
Miseria
Miseria
tener que escribir poemas
en papeles secretos arados profundamente
donde hay monstruos de voces esperando salir
en un momento cualquiera y llenar la habitación.
Tengo miedo de quedarme a solas
detrás del cerebro
con música saliendo desde un desconocido límite
que quiere convertirme en vidrio.
Sigo tras ella hasta la pared.
En la pared se termina el destino
en forma de Rompecabezas incompleto. Injuntable.
Imperfecto. Debajo de qué iglesia se perdió la piecita del juego?
Y el hombre queda inútil. Incompleto. Injuntable. Imperfecto.
Sueños
que se alquilan para distracción.
Tengo miedo de estar dentro de mí.
Una mandíbula de cemento me devora hasta limpiar los huesos.
Pero fuera.. .la población del Mundo me devora, no sé cuántos
millones de mandíbulas de cemento me devoran
como langostas. Plagas de mis ideas.
Entonces
MISERIA
tener que hacer poemas
sólo para que esta música concreta como una muela
me convierta en punzantes vidrios la sangre demolida
hasta que sólo quede mi mano
escribiendo la palabra FIN.
Raquel la hacedora de poemas inútiles, dice:
Quiero recuperar mi dignidad
en el sitio más pobre de la tierra
vestirme con un canto para escribir un canto
que no pretenda divertir, adular ni conmover
simple, como una hormiga de dos cabezas
insignificante suspiro
en el fondo de un planeta caníbal.
Quiero tomar alas y llegar
inundando los países de poemas que ríen
como si los tocara con una piedra mágica
despertar el corazón de su acero
hacer que se olvide la piel de la congoja antigua.
En el sitio más claro de la tierra
quiero aprender a hablar
sin palabras diccionarias y graves
nuda o pura como lengua de niño.
Y volver vestida con un traje de hojas
ni de mujer ni de hombre
para cantar, para cantar.
Estos poemas fueron tomados de la revista El corno emplumado, número 12, octubre de 1964, Ciudad de México. Éste numero tiene por titulo AJY TOJEN, ejemplar que reúne poemas de Raquel Jodorowsky en edición bilingüe español-ingles.

Raquel Jodorowsky (1937-2011) Su infancia transcurrió en Tocopilla, provincia chilena; vivió en Perú por más de cincuenta años y se nacionalizó peruana. Estuvo en México entre 1961 y 1964 y volvió en la década de los ochenta. Inició su carrera literaria en Santiago de Chile al ganar un concurso de poesía juvenil y el Premio Municipal en 1949. Ese mismo año se trasladó a Lima, Perú, para estudiar Antropología en la Universidad Mayor de San Marcos, con una beca del Ministerio de Educación. En México se dio a conocer con una exposición de trece cuadros inspirados en sus poemas, para esa ocasión se reunieron los pintores Lilia Carrillo, José Luis Cuevas, Felgueres, Gironela y otros. En los años sesenta recorrió el continente americano para dar a conocer su trabajo poético y pictórico. Parte de su obra está recogida en antologías publicadas en España, Alemania, Italia y Argentina. Impartió conferencias y lecturas de poesía en instituciones culturales de México, los Estados Unidos y de otros países del continente, y colaboró con poemas y ensayos en la sección cultural de Excélsior: “La Cultura al Día”, en Casa del Tiempo y Siglo 1-Poesía. Sus últimos años en Lima transcurrieron entre ferias de libro, recitales poéticos, encuentro con escritores, lecturas de poemas y presentaciones de libros nuevos.
Raquel Jodorowsky Prullansky, pintora, poeta y ensayista, mostró sus constantes búsquedas a través de lo formal o lo temático. En Alnico y Kemita se inclinó por lo novedoso del tema: “un nuevo circuito electrónico con personajes de la próxima era”. La poeta recurrió a la cibernética para cuestionar lo alejados que estamos de la naturaleza, así como para darle a la ciencia un carácter más humanitario. Sus ensayos y notas literarias denotaron su interés por las expresiones culturales y artísticas de los grupos minoritarios de América y Asia, e incluyó en sus estudios a las culturas prehispánicas del Perú. Se inclinó, asimismo, por una literatura insólita o extraña. En Territorios que explorar se refiere a la piedra como materia viva; en Antología breve Era 2000 intenta fusionar la ciencia a la poesía y Poemas escogidos, su última publicación, es un viaje al centro de la mente. Catalogada como poeta onírica y surrealista, perteneciente a la Generación del 50, en Perú, se le relacionó con el grupo de poetas del nadaísmo, junto a los escritores Gonzalo Arango, Jaime Jaramillo Escobar y otros.
Fuente biográfica: Enciclopedia de la Literatura en México
Fuente Fotográfica: El Observatodo
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