Poemas de Raquel Jodorowsky

Los titiriteros

 

 

 

Perdidos bajo la piel del mundo

 

Interminables y solos a lo largo de la noche interminable

 

da lo mismo estar en el aeropuerto gigante de New-York

 

o llorando en tiendas de plantas decapitadas en Brasil

 

Abandonados en tragedias celestes

 

como dos sucios huerfanitos que compran caramelos

 

en uno de esos mercados donde ríe la gente

 

qué importa si la locura de los demás nos persigue

 

los rostros de criaturas rojas y secretas

 

los demás que no perdonan dos cabezas que huyen para soñar

 

cuando dormidos en el interior de los relojes cu-cú

 

nos despiertan y nos quitan el abrazo donde caemos

 

para defendemos de nosotros mismos.

 

 

 

Mientras el espectáculo de las calles

 

con los edificios tragados por el viento

 

con las piedras, las latas, las ventanas

 

los perros muertos de frío que brillan al amanecer pasa

 

y todos se levantan y corren hacia el día

 

para golpear sus puertas de Agencias de Empleos dos vagabundos

 

que olvidaron sus estómagos en la dureza

 

de comedores imposibles

 

con flores que estallan en sus solapas

 

juegan, ellos juegan a la ronda

 

en la redondez de la tierra

 

cantándose: "la felicidad está en el almaaa"

 

 

 

Sin saber qué hacen amando

 

entre demasiado bien vestidos que pretenden al amor

 

entre ciegos-sordo-mudos que ya no sueñan

 

en la mitad del pecho como la primavera.

 

Sin lugar, desconocidos, emplumados, palmípedos

 

creados por las formas que sólo tiene la ternura

 

Un día nos haremos magos

 

para lanzarnos de la memoria de este mundo

 

como dos aves que se suicidan juntas

 

en paracaídas de seda que no se abren.

 

 

 

 

 

La gran madre gorda universal

 

 

 

Hoy he inventado tu nombre a gritos Dayal

 

ha sido como parir al mundo por la herida del alma

 

son míos estos millones de infantiles adúlteros

 

partidos políticamente en la verdad que corren

 

en sus vehículos de carne no sé a dónde

 

míos debo quererlos degeneraditos que saltan

 

tratando de alcanzarme el rostro

 

Me han fatigado sus ruidos de cerebros

 

sus reuniones de pingüinos desvestidos donde se decide

 

el destino de la humanidad

 

Sorprende la gente que cabe en este día

 

impunemente de espaldas al olvido

 

mientras los poetas de mi época

 

mascan trapos y escupen candidatos

 

o esperan la revolución comiendo

 

hongos alucinantes en la Universidad de Harvard.

 

 

 

Si abro la mano, se caerá este mundo?

 

A alguien le importa poco, mucho?

 

Pasa una nube de viejos perfumados

 

hacia un futuro de esqueletos dormidos

 

en ciudades que aúllan.

 

Quédate aparte Dayal

 

en alguna parte fuera de esto

 

atrás o adelante

 

en el techo de algún país agitando tus pantalones de hombre

 

con los cabellos caídos de pura pena

 

guarda en tu seno de hombre los hermanitos menores

 

y siempre muérete hablando o llorando o limpiando o defendiendo

 

muérete ebrio, ahogado de bocas, muérete en alto

 

con las heridas, muérete de risa

 

Pero nunca de muerte. De muerte no has de morir.

 

La vida te esconderá.

 

Aunque luego te espere la puerta de un horno, no te rindas.

 

No te rindas sino a la evidencia del amor.

 

Ni siquiera permitas que te toque este poema que ha perdido la salud.

 

Mentira. Mañana no será otro día.

 

 Es hoy. Comienza. De alguna manera hay que cambiar esto

 

si no bastan los besos y si es preciso a palos

 

hay que cambiar esto.

 

 

 

 

 

Sangre en el ojo

 

 

 

¿Cómo permanecer cuerda

 

en medio de este mundo loco?

 

Las calles han jugado a cambiarse de nombre.

 

Hoy que yo quería hablar hablar hablar.

 

Todos se han muerto.

 

La ciudad se ha volado en el fondo de un ave transparente

 

con el sol afuera.

 

Hoy que mi alma es un animal necesitado de otros animales

 

Hoy que las uñas se vuelven calaveras salvajes

 

por saludar no importa a quién

 

por salir, por dejar la piel colgada en la cabecera

 

por olvidarse del universo a pedazos

 

que cierne sobre nosotros humillantes planes.

 

Era sólo por hoy un día más imposible que otros

 

quedarme en mí.

 

Ahora sola en un planeta solo.

 

¿A quién prohibir leer en este libro de huesos?

 

¿A quién decir que mis poemas son para gritar

 

para doler igual que una pedrada?

 

Inútil. He juntado palabras palabras.

 

Inútiles sonidos de perros cuando nos patean el alma.

 

Inútiles acusaciones contra quienes

 

nos operan la alegría en máquinas de cálculos

 

nos desnudan en público hasta lo último

 

que hacemos a escondidas en megatófonos,

 

en filtros donde nos graban los ruidos secretos del amor.

 

 

 

Sola en un planeta solo deshojando un pedazo de noche

 

¿Volverán? ¿Volverás? ¿Volverá Ud.?

 

¿Mucho? ¿Poquito? ¡Nada!

 

Yo con mucho gusto podría ofrecerle

 

la mano, con todo el corazón.

 

 

 

Vestida socialmente

 

con negros pantalones de ex-tristeza

 

detengo las alas, la expresión violenta pues

 

¿A qué permanecer por más tiempo loca

 

en medio de este mundo

 

que no existe?

 

 

 

 

 

La venganza

 

 

 

Un

 

día

 

Dios

 

me

 

asesinó

 

y

 

me

 

enterró

 

en

 

este

 

mundo.

 

 

 

 

 

.7.7.7.7.7

 

 

 

Nadie nos cree.

 

Pero también somos aves

 

transparentes de un paraíso.

 

Todos nos olvidan.

 

Las alas están dobladas

 

al fondo de los ojos.

 

Un día estaremos libres

 

fuera

 

de la jaula de este mundo.

 

El corazón en su silencio

 

no se olvida de cantar

 

mientras el tiempo de la espera

 

nos amarra.

 

Nadie nos descubre.

 

Pero tenemos un ángel

 

sentado en la garganta

 

una vez nos dará

 

su mano de aire

 

y volveremos a ser

 

como en los sueños.

 

 

 

 

 

La maleta loca

 

 

 

Soñé que mi maleta

 

se volvía loca

 

y se ponía a cantar.

 

Quise acallarla

 

con voz de flor artificial.

 

Me contestó riendo:

 

si no molesto a la vecindad!

 

Entrando en razones

 

nos pusimos a ensayar.

 

Pero las dos sentimos

 

no podernos comprender.

 

En esto la poesía

 

no tiene nada que ver.

 

Mi maleta era contralto

 

yo cantaba con tenor.

 

Hicimos en el árbol la rayita.

 

Hasta aquí llegas tú.

 

Hasta aquí llego yo.

 

Cómo no. Me separé saludando

 

con amistad.

 

Quiero terminar el sueño, dije

 

salir a la realidad.

 

Ella se enfureció gritando

 

—Es una falta de lealtad

 

dejarme sola

 

para entonar!

 

—Te maldigo

 

que tu espejo se vuelva carnívoro

 

que te robe la imagen y nunca

 

te la devuelva. Jamás.

 

Le di un golpe de novia

 

clausurando mi maleta extraña.

 

Tuve que despertar

 

porque el público de la mañana

 

estaba aplaudiendo a rabiar

 

este dúo irregular.

 

 

 

 

 

Miseria

 

 

 

Miseria

 

tener que escribir poemas

 

en papeles secretos arados profundamente

 

donde hay monstruos de voces esperando salir

 

en un momento cualquiera y llenar la habitación.

 

Tengo miedo de quedarme a solas

 

detrás del cerebro

 

con música saliendo desde un desconocido límite

 

que quiere convertirme en vidrio.

 

 

 

Sigo tras ella hasta la pared.

 

En la pared se termina el destino

 

en forma de Rompecabezas incompleto. Injuntable.

 

Imperfecto. Debajo de qué iglesia se perdió la piecita del juego?

 

Y el hombre queda inútil. Incompleto. Injuntable. Imperfecto.

 

Sueños

 

que se alquilan para distracción.

 

Tengo miedo de estar dentro de mí.

 

Una mandíbula de cemento me devora hasta limpiar los huesos.

 

Pero fuera.. .la población del Mundo me devora, no sé cuántos

 

millones de mandíbulas de cemento me devoran

 

como langostas. Plagas de mis ideas.

 

Entonces

 

MISERIA

 

tener que hacer poemas

 

sólo para que esta música concreta como una muela

 

me convierta en punzantes vidrios la sangre demolida

 

hasta que sólo quede mi mano

 

escribiendo la palabra FIN.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Raquel la hacedora de poemas inútiles, dice:

 

Quiero recuperar mi dignidad

 

en el sitio más pobre de la tierra

 

vestirme con un canto para escribir un canto

 

que no pretenda divertir, adular ni conmover

 

simple, como una hormiga de dos cabezas

 

insignificante suspiro

 

en el fondo de un planeta caníbal.

 

Quiero tomar alas y llegar

 

inundando los países de poemas que ríen

 

como si los tocara con una piedra mágica

 

despertar el corazón de su acero

 

hacer que se olvide la piel de la congoja antigua.

 

En el sitio más claro de la tierra

 

quiero aprender a hablar

 

sin palabras diccionarias y graves

 

nuda o pura como lengua de niño.

 

Y volver vestida con un traje de hojas

 

ni de mujer ni de hombre

 

para cantar, para cantar.

 

 

 

 

 

Estos poemas fueron tomados de la revista El corno emplumado, número 12, octubre de 1964, Ciudad de México. Éste numero tiene por titulo AJY TOJEN, ejemplar que reúne poemas de Raquel Jodorowsky en edición bilingüe español-ingles.

 

 

Raquel Jodorowsky (1937-2011) Su infancia transcurrió en Tocopilla, provincia chilena; vivió en Perú por más de cincuenta años y se nacionalizó peruana. Estuvo en México entre 1961 y 1964 y volvió en la década de los ochenta. Inició su carrera literaria en Santiago de Chile al ganar un concurso de poesía juvenil y el Premio Municipal en 1949. Ese mismo año se trasladó a Lima, Perú, para estudiar Antropología en la Universidad Mayor de San Marcos, con una beca del Ministerio de Educación. En México se dio a conocer con una exposición de trece cuadros inspirados en sus poemas, para esa ocasión se reunieron los pintores Lilia Carrillo, José Luis Cuevas, Felgueres, Gironela y otros. En los años sesenta recorrió el continente americano para dar a conocer su trabajo poético y pictórico. Parte de su obra está recogida en antologías publicadas en España, Alemania, Italia y Argentina. Impartió conferencias y lecturas de poesía en instituciones culturales de México, los Estados Unidos y de otros países del continente, y colaboró con poemas y ensayos en la sección cultural de Excélsior: “La Cultura al Día”, en Casa del Tiempo Siglo 1-Poesía. Sus últimos años en Lima transcurrieron entre ferias de libro, recitales poéticos, encuentro con escritores, lecturas de poemas y presentaciones de libros nuevos.

 

Raquel Jodorowsky Prullansky, pintora, poeta y ensayista, mostró sus constantes búsquedas a través de lo formal o lo temático. En Alnico y Kemita se inclinó por lo novedoso del tema: “un nuevo circuito electrónico con personajes de la próxima era”. La poeta recurrió a la cibernética para cuestionar lo alejados que estamos de la naturaleza, así como para darle a la ciencia un carácter más humanitario. Sus ensayos y notas literarias denotaron su interés por las expresiones culturales y artísticas de los grupos minoritarios de América y Asia, e incluyó en sus estudios a las culturas prehispánicas del Perú. Se inclinó, asimismo, por una literatura insólita o extraña. En Territorios que explorar se refiere a la piedra como materia viva; en Antología breve Era 2000 intenta fusionar la ciencia a la poesía y Poemas escogidos, su última publicación, es un viaje al centro de la mente. Catalogada como poeta onírica y surrealista, perteneciente a la Generación del 50, en Perú, se le relacionó con el grupo de poetas del nadaísmo, junto a los escritores Gonzalo Arango, Jaime Jaramillo Escobar y otros.

 

 

 

Fuente biográfica: Enciclopedia de la Literatura en México

 

Fuente Fotográfica: El Observatodo

 

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