
LA VIDA ANTES DE LA VIDA
Los ríos perpetraban la corteza de los árboles
la voz de la selva
permanecía campante
¡Fuerte como el jaguar
valiente como la anaconda!
Antes de nacer
fui un diminuto botón de luz
Tomé forma de cordillera
exploté en tonos turquesa
y de la sangre
almacenada en mi sexo
brotó
una estampida de colibríes
El Fuego
era un hilo costurado al sol
El verde
no domaba la llama
La mujer que custodiaba la tormenta
dejó caer los rayos
y se convirtió en pájaro
(Las direcciones estelares)
EL AMOR ES DE BAMBÚ
No existe nada más fuerte que este amor.
Su cuerpo se dobla
y no se quiebra.
Sus costillas forjan la caña
para alimentarnos;
surcan la sal
los dientes asesinos.
El viento sopla hasta la médula.
Trae arena en los ojos
para cegar
a los videntes.
Trae espuma en la boca
y flota.
Se ha caído
y flota.
Flota con la punta erguida.
Dibuja un anillo en el agua,
un eco.
Muerdo esta caña,
su raíz convulsa
el hilo de saliva
que sostiene el anzuelo.
Muerdo las peras cuando maduran.
Mi voz empapada en tu oído.
La piedra del silencio
tropieza con este bambú.
Tomo tu ala para cruzar la calzada.
Tomo tu ala y miro el tiempo.
Lloro en un podio
ante la realidad cobriza.
Lloro y me esfumo
como el vapor sobre los lagos.
Soy la mujer que creyó en una estampida
y vio en los ojos de su amante
el origen de un fuego.
(Cuando florecen los cactus)
MURCIÉLAGOS EN EL JARDÍN DE LOS AGAVES
Dame tu miel embravecida.
Tu miel de rapadura;
dulce y punzante.
Tu miel agreste.
Tu miel blanca.
Quiero el néctar,
la corola,
bajar al cáliz de la flor.
Frotar mi cara en el polen.
Pincharme con tus espinas.
Se endurecen los estambres.
El pistilo alucinante,
el aliento que me nombra.
La miel se desangra
y late como tambor.
La miel de las uvas.
La miel de los dátiles.
La miel que baja por tus semillas
y alcanza los higos;
el estigma de las amapolas.
Se abren las papilas gustativas.
Cae la cera:
las gotas se aplastan
en la saliva.
Cae miel en en el desierto.
Caen esporas.
Se irrigan los conductos.
El cordón hacia tu carne.
Y de su piel gruesa
nace el mezcal.
Y de su tierra arenosa,
espejismos.
He lamido la corteza
de un agave.
Su cuello erecto.
Su tejido amargo.
Con la punta de la lengua
rozo el humo
que aleja a las hormigas.
Siento pasos en mis labios.
Trago el polen desgranado.
Esta es la primavera.
Y en mis alas rotas
crece un bonsái.
(Cuando florecen los cactus)
YA NO CANTAN LOS PAJARITOS ROJOS
El día en que enterramos a mi padre
plantamos la mejor semilla.
Porque antes de morir nos otorgó
las raíces.
¡Atención a lo efímero!
¡Atención, atención!
Abrió su pecho
para mostrarnos el fruto,
la herida,
la última esperanza de los valientes
que creyeron en la permanencia.
¡Atención a lo efímero!
¡Atención, atención!
Sostengo en mi memoria
las manos vulneradas
de mi padre;
líneas fundidas con savia
a segundos de partir.
Amar también es despedirse,
caminar con voluntad
hacia el sueño profundo;
aunque ya no canten
los pajaritos rojos
y no se escriban más poemas
a los hijos.
Este es el relevo,
el traspaso de la túnica.
Amar también es aceptar nuestra mortalidad,
entregarnos como atletas
que deben correr
con precisión
y desvelo.
Llegaremos al brillo absoluto
y se apagará la llama.
¡Atención a lo efímero!
¡Atención, atención!
Con la mirada puesta en los niños.
El punto interno.
El equilibrio y la confianza
en el amor.
La voz que emana del espíritu
(como lo hizo mi padre).
¡Atención, atención, atención!
(Cuando florecen los cactus)
PALOMAS MENSAJERAS
Entreno palomas mensajeras.
En su ojo derecho
la brújula
guía el vuelo de retorno
hacia su palomar.
Sé muy bien dónde se oculta el sol,
unas alas agitan el horizonte
y los pichones viajan
con las miradas abatidas.
Abro las compuertas de sus jaulas.
Pronto romperán la inocencia
y yo refugiaré mi silbido
en la dilatación del tiempo.
Volarán en círculos
hasta convertirse en lluvia.
Son tan distintas a mí,
yo viajé desde otro continente
y aprendí a volar hacia una latitud desconocida.
Por eso
sigo el corazón de las palomas.
Siempre regresan al lugar donde probaron el alpiste
y vieron por primera vez un amanecer.
(El entrenador de palomas)
LOS PECES TAMBIÉN SUEÑAN
Haverei de lembrar-me sempre da sua memorável
sopa de pescado e da chuva caindo sobre a selva e os ríos.
Seu amigo Lêdo Ivo
Lêdo Ivo contempla el menú
en busca de un poema
para su próxima lectura
un poema donde ellos
sueñan con los ojos abiertos
aunque nosotros todavía
no aprendemos a soñar.
Lêdo Ivo cierra el menú
para abrir el cadáver exquisito
cubierto de espinas
donde purgan sus almas
las corvinas
en el fondo del tazón.
Lo lleva a su boca
frontera de palabras y migas de pan
que se desprenden de los pobres
cuando bajan del autobús.
Termina su sopita de pescado
y da las gracias
entra a la cocina
y da las gracias
pide la receta
para colgarla en su ventana
como esos murciélagos
que se mecen intactos
en las cornisas del sueño de su padre.
(Bartender)

PAOLA VALVERDE ALIER (San José, Costa Rica, 1984). Poeta y gestora cultural. Por 4 años dictó el taller literario del centro penal C.A.I. La Reforma (2002-2006). A finales de 2010 Editorial La Cartonera Tuanis de Costa Rica publicó su libro de poesía La quinta esquina del cuadrilátero, reeditado por Editorial ARLEKIN (Costa Rica, 2013), Editorial Lápices de Luna (España, 2016) y Cartonera Tica (Costa Rica, 2019). En 2015 Editorial Perro Azul (Costa Rica, 2015) publicó Bartender y obtuvo la Mención de Honor en el Premio Nacional de Poesía Aquileo J. Echeverría de Costa Rica. En 2017 publicó Las Direcciones Estelares (Amargord, España) y las antologías Nocaut (Trabalis, Puerto Rico) (La Chifurnia, El Salvador), De qué color es el verde (Poe, Guatemala). En 2019, dentro del marco de la Feria del Libro de Costa Rica, fue directora de los encuentros Canto a la Semilla y Fuego Cruzado, organizados por la UNESCO y la Cooperación Española. En 2019, su libro El Entrenador de Palomas ganó la Selección Anual de poesía de la EUNED (Costa Rica, 2019). En 2019 publicó Cuando florecen los cactus (Amargord, España). En 2024 publicó Yesca para el fuego (Ediciones Perro Azul).
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