
El nacimiento
Su madre
me dio un hijo.
Un muchachito rubio desprovisto de cejas.
Una bola de luz
escondida
en mantillas azules
que no pesaba tres kilos.
Cuando mi hijo nació
otros niños nacieron en Corea.
Eran tan bellos como mirasoles
Mac Arthur los cegó.
Partieron todavía no saciados
de la leche materna.
Cuando mi hijo nació
otros niños nacieron allá en Grecia
en las prisiones griegas.
Sus padres habían sido fusilados.
Y cual si fuera la primera cosa
a ver sobre la tierra
vieron rejas.
Cuando mi hijo nació
en Anatolia nacieron otros niños
bebes con ojos castaños
de ojos negros
azules.
Desde su infancia los cubrieron de piojos.
Quién sabe cuántos de ellos
podrán sobrevivir por un milagro.
Cuando mi hijo nació
otros niños nacieron en los países
donde el dueño es el Hombre.
Ya la felicidad los esperaba.
Un día mi hijo llegará a mi edad.
Yo ya no estaré vivo.
Pero el mundo será una cuna esplendida.
Una cuna que acunará en mantillas azules
a todos los bebés
negros
amarillos
o blancos.
Mientras aún es tiempo
Mientras aún es tiempo mi rosa
y antes de que arda París
mientras aún es tiempo, mi amor
y está mi corazón siempre en su rama,
yo querría, en una noche de mayo, en una de esas noches de mayo
en el muelle de Voltaire, tenerte junto a un muro
y besarte en la boca.
Luego, volviéndonos a Notre Dame
su rosetón contemplaríamos
y tú te estrecharías contra mi bruscamente
de miedo, de sorpresa, de alegría,
y llorarías silenciosamente
y las estrellas llorarían
mezcladas de una lluvia muy fina.
Mientras aún es tiempo, mi rosa,
y antes de que arda París
mientras aún es tiempo, mi amor
y está mi corazón siempre en su rama,
en la noche de mayo, por los muelles iríamos
si, mi rosa, debajo de los sauces
debajo de los sauces llorones por el agua empapados
Yo te diría las dos palabras que más se dicen en París
las cosas que se dicen más sinceras
y más tarde, silbando una canción
yo estallaría de felicidad
y creeríamos en los hombres.
Allá en lo alto, las casas de piedra
sin relieves ni huecos
y pegadas las unas a las otras
con sus muros al claro de luna
y sus ventanas rígidas que se duermen
y el Louvre enfrente
iluminado por los proyectores
iluminado para nosotros
nuestro palacio de cristal.
Mientras aún es tiempo, mi rosa,
y antes de que arda París
mientras aún es tiempo, mi amor
y está mi corazón siempre en su rama,
en la noche de mayo, en el muelle de las dársenas
podríamos sentarnos en las barricas rojas.
Allá enfrente del canal completamente negro
y nosotros, mi rosa
saludaríamos a la barcaza
de cabina amarilla
que pasa
¿hacia Bélgica, Holanda…?
Cerca de la cabina dulcemente sonríe
una mujer de blanco delantal.
Mientras aún es tiempo, mi rosa
y antes de que arda París,
mientras aún es tiempo, mi amor.
Nota: El motivo es la situación peligrosa creada en Francia por la asonada militar-derechista en Argelia el 13 de mayo de 1958, y la consecuencia de la cual llegó al poder De Gaulle.
Cuando era pequeño
Cuando era pequeño no arrancaba las alas de las moscas.
No ataba cacerolas a la cola de los gatos
ni aprisionaba grillos en las cajas de fósforos
ni destruía los hormigueros.
Ha crecido.
Y mira todo el mal que le han hecho.
Yo estaba junto a él cuando murió.
Me dijo: léeme un poema
que cante el sol, que cante el mar
y las calderas atómicas
y las lunas artificiales
que cante la grandeza del hombre.
Hotel Bor
Imposible dormir por la noche aquí en Varna.
Imposible dormir:
demasiado abundantes las estrellas
demasiado cercanas, demasiado lucientes
y además el susurro de las olas que mueren en la playa.
Su susurro
y su nácar
sus guijarros
y sus alas saladas
y por el mar el ruido de un motor como si fuera un corazón que late.
Y los fantasmas que vienen de Estambul
surgen del Bósforo
invadiendo mi pieza:
ojos verdes el uno
y otro las muñecas esposadas
un pañuelo en las manos del tercero
-color a Lavanda-
imposible dormir por la noche en Varna, oh,
mi amor,
en Varna, en el Hotel Box.
Memet
En la orilla, allá enfrente, mi país.
Desde Varna te llamo, mi grito se repite.
¿Oyes mi voz?
Memet, Memet.
Fluye siempre el mar negro sin detenerse nunca.
Loca, loca nostalgia.
Mi hijo, yo te llamo. ¿Oyes mi voz?
Memet, Memet.
Las abejas
Las abejas son gruesas gotas de miel.
Las abejas transportan las parras al sol.
Las abejas han venido volando desde mi juventud.
Estas manzanas vienen también de allí
estas manzanas pesadas.
Y esta carretera dorada de polvo.
Y estos guijarros blancos a la orilla del río.
Y mi fe en la canción.
Y el hecho de que nadie le tengo envidia.
Y aún esta jornada azul sin nubes.
Y este mar tendido de espaldas completamente desnudo y caluroso.
Y esta nostalgia mía.
Y los dientes tan claros de esta boca con labios carnosos
han venido a esta aldea caucasiana en las patas de las abejas
gruesas gotas de miel
han venido volando desde mi juventud que olvidé en algún lado
y de la que nunca he podido saciarme.
Canción
Arriba, en la colina
hay una nube llena del sol que ya se oculta.
Arriba, en la colina.
Se termina
-sin ti, es decir, sin la mitad del mundo- el día
se termina.
Dentro de unos instantes.
Rojo de incendio.
Dentro de unos instantes.
Rojo de incendio.
Allá arriba, muy alto
las alas silenciosas
llevan nuestra separación
semejante a la separación de la patria.
Estos poemas fueron tomados del periódico, El Siglo, semanario chileno, órgano oficial
del Comité Central del Partido Comunista de Chile. 9 de junio de 1963.

Nazim Hikmet Ran (Tesalónica, 20 de noviembre de 1901 - Moscú, 3 de junio de 1963) fue un poeta turco. Se le considera el poeta en idioma turco más destacado del siglo XX. Sus ideas revolucionarias lo llevaron a vivir la mitad de su vida en la cárcel y el exilio.
Fue mucho más que un renovador de la literatura turca, censurado durante muchos años por su militancia comunista, hubo de escribir el grueso de su obra en condiciones muy difíciles. Aun así, hoy es reconocido como uno de los grandes renovadores de la poesía turca contemporánea.
Fuente biográfica: EcuRed
Fuente fotográfica: Wikipedia
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