Poesía de Paul Éluard

Georges Braque

 

 

 

Un pájaro se eleva,

 

Desecha las nubes como un velo innccesario,

 

Nunca ha temido la luz,

 

Encerrado en su vuelo,

 

Nunca ha tenido la sombra.

 

 

 

Conchas de siegas estrelladas por el sol.

 

Todas las hojas en los bosques dicen que sí,

 

Sólo saben decir que sí,

 

Toda pregunta, toda respuesta

 

Y el rocío circula por el fondo de ese sí.

 

 

 

Un hombre de ojos ligeros describe el cielo de amor.

 

Junta las maravillas

 

Como las hojas en un bosque

 

Como los pájaros en sus alas

 

Y como los hombres en su sueño.

 

 

 

 

 

Georgio de Chirico

 

 

 

Una pared denuncia otra pared

 

Y la sombra me defiende de mi sombra temerosa.

 

Vuelta de mi amor alrededor de mi amor,

 

Todos los muros hilaban blancor rodeando mi silencio.

 

 

 

¿Qué defendías tú? Cielo insensible y puro

 

Temblando me abrigaba. La luz en relieve

 

Sobre el cielo que ya no es el espejo del sol,

 

Las estrellas del día entre las hojas verdes,

 

 

 

En recuerdo de los que hablaban sin saber,

 

Maestros de mi flaqueza ocupó su lugar

 

Con ojos de amor y manos demasiado fieles

 

Para despoblar un mundo de donde estoy ausente.

 

 

 

 

 

Joan Miró

 

 

 

Sol víctima, prisionero de mi cabeza

 

Quita la colina, quita la selva

 

El cielo está más bello que nunca

 

Las libélulas de las uvas

 

Le dan formas precisas

 

Que disipó con un gesto.

 

 

 

Nubes de primer día,

 

Nubes insensibles y que nada autoriza

 

Sus granos arden

 

En los fuegos inconstantes de mis miradas

 

 

 

Y al fin para cubrirse con un alba

 

Será necesario que el cielo sea tan puro como la noche.

 

 

 

 

 

André Massón

 

 

 

     Se enlaza la crueldad y la ágil dulzura se libera. El amante de las alas toma aspectos cerrados, las llamas de la tierra se evaden por los senos y el jazmín de las manos se abre sobre una estrella.

 

     El cielo entorpecido, el cielo que se sacrifica y no está en nosotros. El olvido, más que el anochecer lo borra. Sin sangre y sin reflejos, la cadencia de las sienes y de las columnas subsiste.

 

     Las líneas de la mano, tanto de ramas en el cielo de tormenta. Baranda de los meses de invierno, día pálido de insomnio, pero también, en las cámaras más secretas de la sombra, la guirnalda de un cuerpo alrededor de su esplendor.

 

 

 

(Traducciones de Guy Pérez Cisneros y Arturo Baeza Flores)

 

 

 

Estos fueron tomados de la revista Clavileño, número 3, octubre de 1942. La Habana, Cuba)   

 

 

Paul Éluard

 

(Seudónimo de Eugène Grindel; Saint-Denis, 1895 - Charenton-le-Pont, 1952) Poeta francés, considerado el maestro de la poesía surrealista. Hijo de un agente inmobiliario, su familia perteneció a la pequeña burguesía y estudió en el Liceo Colbert. Después de pasar una temporada en Suiza, a causa de una grave enfermedad, volvió a París en 1913 y comenzó a escribir sus primeros poemas. En 1914 fue llamado a filas, pero abandonó las armas afectado por una gangrena pulmonar.

 

En el transcurso de la Primera Guerra Mundial, Paul Éluard publicó su primera obra poética, El deber y la inquietud (1917). En 1918 continuó con Poemas para la paz, y entró en contacto con Louis Aragon, André Breton, Philippe Soupault, Jean Paulhan y Francis Picabia, con quienes participó en París en todas las manifestaciones del movimiento dadaísta. Con ellos inauguró poco después el surrealismo. En 1921 publicó un pequeño libro titulado Les nécessités de la vie et les conséquences des rêves.

 

Éluard es el poeta del surrealismo por excelencia y uno de los miembros más destacados del movimiento; su perfil se distinguía del de sus contemporáneos y destacaba con personalidad propia. Cultivo un lirismo muy personal; el fin de su poesía fue descubrir y revelar lo real. Tanto lo onírico como la acción llevan al poeta hacia el amor, a una comunicación fraterna. En 1924 partió sin rumbo fijo, sin dar jamás una explicación del por qué de esa huida que duró siete meses. De regreso a París fue uno de los primeros en hacer una distinción entre textos surrealistas, relatos de sueños y poemas, al igual que también marcó la diferencia entre poesía involuntaria y poesía intencional.

 

Por entonces publicó Morir por no morir (1924), Capital del dolor (1926), El amor, la poesía (1929), La vie inmediate (1932), La rose publique (1934), Les yeux fertiles (1936), Les hommes et leurs animaux, les animaux et leurs hommes (1937), Chanson complète (1939), Donner à voir (1939), Choix de poèmes (1941) y La Inmaculada Concepción (1930), ésta última escrita en colaboración con André Breton. Realizó un viaje por España, poco antes del estallido de la Guerra Civil, y a partir de ahí adoptó una postura comprometida con la política, aunque sin perder su estilo y temática personales.

 

Pasó en París la ocupación alemana, se afilió en 1942 al partido comunista y publicó varios textos de carácter poético en colaboración con la resistencia, uno de los cuales se convirtió en canto nacional. Poésie et vérité (1942), Dignes de vivre (1944) y Au rendez-vous allemand (1944) son obras que se fundamentarán en esas poesías clandestinas. Finalizada la Segunda Guerra Mundial, abundó en la temática social: de esta época son Poèmes politiques (1948) y Une leçon de morale (1949); esta evolución respondía al deseo del autor de que el hombre se encuentre en armonía con la sociedad que le rodea.

 

 

 

A pesar de que el surrealismo deja en el poeta un lenguaje conciso y oscuro, idóneo para despertar cierta violencia, se puede decir de él que es un lírico excepcional que encuentra el equilibrio perfecto en la expresión de emociones contradictorias, donde el amor se opone a la desesperación y le sirve de contrapeso. Por ello, además de ser el máximo exponente de la poesía surrealista, Paul Éluard ha pasado a la historia como uno de los grandes maestros de la lírica francesa. De manera póstuma se publicaron Lettres de jeunesse, avec poèmes inédits (1962) y Le poète et son ombre (1964).

 

 

 

Fuente biográfica: La Enciclopedia biográfica en línea

 

Fuente fotográfica: Jornal

 

 

 

Escribir comentario

Comentarios: 1
  • #1

    Julio Piñones Lizama (miércoles, 13 septiembre 2023 19:29)

    Agradecemos el acceso a esta selección de grandes poetas y de grandes poemas. Mis lecturas de juventud se centraron principalmente en algunos de esos poetas franceses surrealistas. Sé que este texto solo es una muestra y que no puede ser exhaustiva, entre otros, un referente revelador como André Breton. Saludos cordiales de este poeta chileno que los valora.