Poesía de Ali Ahmad Said Esber (Adonis)

 

 

El caso del poeta

 

 

 

1.

 

Lo reconocerás por la ambigüedad. Esta claro:

 

La luz de la verdad

 

puede ocultarse

 

por la sombra de un muro.

 

 

 

2.

 

Después de la muerte, le dice a aquel gobernador;

 

Has desaparecido, al igual que el rey y que todos tus ejércitos.

 

he quedado yo

 

como si volviera a nacer cada mañana.

 

Le dice a aquel gobernador:

 

¡levántate y mira!

 

Verás que sigues mis huellas, sigues mis pasos.

 

verás mi poesía

 

un bien que ilumina. Y de mí eres tan sólo un rayo

 

iluminando mis palabras.

 

 

 

 

 

El caso rebelde

 

 

 

¿Quieren que sea su príncipe y ustedes ser mis súbditos?

 

Que se diga: "Soy su voz"

 

mientras soy como ustedes; no soy libre.

 

Entiéndanme

 

por haber empezado matando al enemigo que hay en mí y en ustedes.

 

Aquel enemigo ilusionado del que ignoro sus pretensiones.

 

Entiéndanme

 

si mi espada blando contra mí, contra ustedes, contra nuestra tierra.

 

 

 

 

 

El caso inocente

 

 

 

Si te hubiera dejado rendirte, alma mía, habría domado lo que era imposible

 

me hubieran concedido un trono.

 

Cierto es que he sido débil pero estaba examinando los caprichos de mi época

 

conquistando sus forasteros

 

discutiendo mis dudas y mi desesperanza

 

apostando por lo que no aguanto

 

y por lo que no aguanta la apuesta.

 

Es verdad que intuí, que dudé en exceso, para bien y para mal, pero

 

¿cómo descubriremos el secreto del sitio

 

sino nos ensuciamos con el barro del mismo?

 

No se puede limpiar el establo sin ensuciarse las manos.

 

 

 

 

 

El caso del pensador

 

 

 

Siempre me equivocaba; me sigo equivocando y espero que el error continúe

 

para aquella iluminada certidumbre.

 

No busco la perfección, ni la nostalgia que explota en mis aspiraciones

 

y espiraciones

 

añorando un respaldo.

 

 

 

 

 

El caso del vagabundo

 

 

 

No tengo más que este tiempo moribundo,

 

No tengo más que aquel libro moribundo.

 

No tengo más que este camino moribundo,

 

No tengo más que aquel pais moribundo,

 

No tengo más que este vacio que avanza,

 

sube y se extiende por los pasos del hombre,

 

 

 

 

 

El caso del escritor

 

 

 

El niño escribe: "Se alza la voz de la urbe

 

se repiten sus suspiros y sus himnos".

 

El anciano escribe: "Oh, en nuestra tierra, los manantiales son rojos".

 

Los pobres escriben: "El vacío está sembrado entre nuestras piernas".

 

Los poetas escriben: "Las sogas agarran los pájaros,

 

asfixiados

 

alrededor de sus nidos".

 

¿Qué es lo que escribe el sol?

 

¿Qué dice a sus hijos?

 

 

 

 

 

El caso del preguntón

 

 

 

¿Qué es lo que le mueve? ¿retazos de amor y de miedo?

 

¿caravanas de sueños?

 

¿fantasmas? ¿los volcanes del insomnio de mi oscuridad?

 

Indaga,

 

se recluta este estruendo, empujado fila a fila

 

en pugna con el universo. La tinta,

 

esta mano que cuelga,

 

y quien escribe

 

oh este estruendo, el amigo, el enemigo, el padre.

 

 

 

 

 

El caso del creador

 

 

 

Vientos de lujuria te elevan al espacio del pecado,

 

perdonad su culpa en lo pasado, oh indulgentes, y lo que esté por venir.

 

Sólo tiene la tinta de las sombras para escribir las canciones.

 

 

 

 

 

El caso del exiliado

 

 

 

Huyó de su gente

 

cuando las tinieblas proclamaron: "Yo soy su tierra." Y él dice: "Y yo su secreto

 

como, a qué llamamos país

 

ya no pertenece a él. Y él es todo lo que tiene.

 

 

 

 

 

El caso perdido

 

 

 

Cómo se ilumina la noche de los lobos

 

huyendo del cielo, huyendo del país

 

huyendo de un libro.

 

 

 

 

 

El caso del filósofo

 

 

 

"Todos los días busco bajo mi piel un fugitivo" -dice.

 

Y repite: "Mi cuerpo está sitiado, mi tierra está cercada"

 

Y confirma: "No, no me quejo" Y pregunta:

 

"¿Qué es ese lamento?" La ciudad, esta tarde,

 

es una hoja que vuela.

 

¿Se levanta a sus pies el polvo?

 

Lo hace tormentoso en nada.

 

 

 

 

 

El caso de la comunidad

 

 

 

Nación-bosque-.

 

su ave se sacrificó

 

para que veas en la sangre del sacrificio

 

cómo rumia el cuerpo de la naturaleza la memoria de las alas.

 

 

 

 

 

El caso del gobernante

 

 

 

Está equivocado pero su silla está en lo cierto

 

El país se agacha ante él

 

y ante su rueda.

 

 

 

 

 

El caso del amigo

 

 

 

Ay de éste a quien llamé el amigo,

 

por mor de sus viejos tiempos y sus temores;

 

estás en un suspiro y yo, gimiendo.

 

Deletreamos la devastación que estalla en nosotros. Y leemos sus señales

 

para que sean la luz

 

de nuestra amargura.

 

 

 

 

 

El caso de la certeza

 

 

 

No tengo duda alguna; los caballos que ensillaste son una fábula,

 

matan a sus jinetes.

 

 

 

Selección de Mohammad Alaaedin Abdelmula

 

 

 

Estos poemas pertenecen a la revista Líneas de fuga, editada por Casa Refugio Citlaltépetl, A. C. Ciudad de México, diciembre 2012. Antología de poesía moderna en Siria.

 

 

Ali Ahmad Said Esber (Al Qassabin, 1 de enero de 1930), conocido por su seudónimo Adonis, es un poeta y ensayista sirio. ha desarrollado su carrera literaria principalmente en el Líbano y Francia. Ha publicado más de veinte libros de poemas en árabe, y es considerado desde hace varios años uno de los aspirantes a obtener el Premio Nobel de Literatura.

 

Adonis nació en el norte de Siria, en una familia alauí. Durante su infancia trabajó en el campo, pero ya en aquella época su padre le recitaba poesías, que le hacía memorizar. Adonis pronto mostró facilidad para la composición, y en 1947, con 17 años, tuvo la oportunidad de recitar un poema delante del presidente sirio Shukri al-Kuwatli; esto supuso su ingreso en una escuela de Latakia y después en la Universidad de Damasco, donde se licenció en Filosofía en 1954.

 

Pese a lo que se ha afirmado, el seudónimo de Adonis no se lo impuso el líder del nacionalismo sirio, Antun Saadeh, sino que fue el propio Ali Ahmad quien lo eligió tras haber visto sus obras rechazadas en varias revistas bajo su nombre real.

 

 En 1955, Said estuvo preso durante seis meses por ser miembro del Partido Social Nacionalista Sirio. Tras su liberación, se instaló en Beirut, donde fundó, junto con el poeta Yusuf al-Khal, la revista Shi'r ('poesía'). A partir de este momento, Adonis abandonó el nacionalismo sirio, para abrazar el panarabismo, al tiempo que renunciaba a buena parte de la carga política en sus obras.

 

Said recibió una beca para estudiar en París entre 1960 y 1961. Entre 1970 y 1985 fue catedrático de literatura árabe en la Universidad del Líbano. En 1976, fue nombrado profesor invitado en la Universidad de Damasco. En 1980, emigró a París para escapar de la Guerra Civil Libanesa, y durante unos años fue profesor en la La Sorbona y en el Colegio de Francia.

 

 

Fuente fotográfica: Universidad de Guadalajara

 

 

 

Escribir comentario

Comentarios: 0