Poemas de Maryam Ala Amjadi

¿DÓNDE ESTÁ LA PAZ DE ESTE POEMA?

 

¡Oye poeta!

Que la rama de olivo viva

y libere la carga de su propia amargura.

Olvida la paloma de vez en cuando,

para que ella pueda recordar volar sin rumbo

 

La daga está cansada de traiciones

Las balanzas quieren pesarse a sí mismas para variar

y tiembla el umbral de cada página

cuando bocas francas cuentan rupturas de palabras

y dedos torcidos deletrean cabezas en cifras

 

¡Oye poeta!

Recorre el último retruécano por el tamiz de las primeras intenciones

Pela la prudencia de los adverbios hasta el centro de los silencios ocultos

Entinta la sangre de los adjetivos dentro del corazón de todas las cosas   

                                                                                                                      sombreadas

y convierte en verbos la espera de todos los sustantivos instantáneos

 

Sostén las manecillas de los relojes y balancéate:

¡Nací para humanizar así las palabras!

Cada pluma viviente es otra arma rota

 

La poesía nunca morirá,

pero quizá un día,

un día terriblemente osado,

Hablaremos sin metáforas.

 

 

HOGAR AMARGO HOGAR

 

Desde ninguna parte

esta casa está a tres cigarrillos de distancia

 

Siempre pueden olerla

Por el aceite, los padres no proveen,

y los combates de peinillas nunca avanzan

 

Corto de sol,

el cabello de las mujeres nunca crece

y sus vientres

son globos arrugados

que nunca se elevaron por amargura

 

Así que con todos los huevos sobre nuestros rostros

tenemos tortillas neutras para el desayuno

y comemos nuestros corazones que salen de nuestras bocas

 

Luego entramos sigilosamente para arrullar nuestras camas de ensueño

A las cabezas promiscuas no les importan los chismes de los despiertos

En esta casa

las ventanas son puertas

que empujan la fe hacia el destino

 

y las puertas son ventanas

cuando se cierran sobre cielo rasos que soportan muros

 

Cuando ululan los búhos

Silbamos un hola para legar sueños

 

Soñamos muriendo

nos jugamos un adiós con cabras

que balan su fuga hacia las puertas delanteras

 

Mujeres envueltas en cortinas

que filtran los soles de sus rostros

siempre hablan de “acá”

que se escucha como “allá”

 

Y estos ladrillos tienen ratas

que nunca son presa de cuervos

pero roen palabra por palabra

en nuestra oración inhumana

para humanizar espantapájaros

 

En esta casa

escondemos lo que buscamos

y tratamos de encontrar nuestra pérdida

sigilosamente sobre nuestras manos

en nuestros zapatos tartamudos

 

Hasta que suena el teléfono una campana

y sabemos que gusanos de alambre

han pescado otra voz, en sonidos

 

Y así, vimos

lo que vemos

y el mar

se balancea

en el mismo barco con nosotros

 

Pero respiramos en el suyo

y cavilamos sobre minas que explotan

en semillas diminutas

pero nunca eclosionan en horas,

por un segundo

uno de nosotros da la espalda

los primeros dedos leen las últimas palabras

en Braille:

 

Desde ninguna parte

esta casa está a tres cigarrillos de distancia.

 

 

ÉXODO

 

¿Qué haces cuando te encuentras

                                                           con un nuevo término?

Hoy Corpus callosum llamó

                                                      mi atención

Corpus callosum,

                                 ese puente estrecho

entre el hemisferio izquierdo

                                 y el derecho

Corpus callosum, pronto supe que significa cuerpo

                                                                                            calloso

¿Y quién puede detener a los poetas,

esos cazadores de metáforas y recolectores de símiles,

                                                                                    de ordeñar palabras?

Moisés alzó su vara

                                      y dividió

                                                        el Mar Rojo

Yo contemplo sostener

                                             una palabra

                            sobre mi Corpus callosum

y separar,

                        siquiera por un momento,

mis hemisferios izquierdo

                            y derecho

       

¿Qué podría ser aquel

                                      término?

                                     

En otras palabras,

                              ¿qué tiene

                                       el poder de dividirme?

Moisés estaba escapando

                                 del faraón

¿Yo de quién estoy

                                  huyendo?

La sangre se apresura

                                  hacia mi cabeza

y sé que no puedo escribir

                              sobre el agua

El milagro de este siglo es aprender

                                                                 a vivir en la propia

                                                                                                  piel.

.

                                                                                                 

LO QUE VE EL OJO PUEDE SALIR DESDE LA BOCA

 

Una mujer nunca puede estar realmente desnuda

ella luce una piel de muchos poros inquietos

donde descansan los ojos entreabiertos de quienes la ven

medio abierta al embate de la lengua de madera del espejo

medio cerrada al jalón de la caricia furtiva del tiempo,

y cuando nadie la mira,

ella empieza a buscar a tientas en los sedientos pozos de la historia

las horquillas de su cabello

su primer dedo anillado por el ojo herido de la tijera de una hoja de la fe

su última esperanza atada al hambre robusta precisamente vacía

en las bandejas llenas de sus senos

luego ella desgrana los ojos distantes del destino desde las líneas acuosas

de sus manos delatadoras

y los planta cerca de los himnos rasgados de sus oídos, en la parte trasera

y terrosa de su cabeza

sus sombras siempre desconfiadas de la insistencia seca de las paredes en reflejar,

sus formas internas siempre silenciadas por los guiños húmedos de la vergüenza

¿Es real? ¿Es ella?

Ella es siempre demasiado grande demasiado pequeña demasiado alta demasiado baja demasiado cálida demasiado fría demasiado joven

demasiado vieja

Ella siempre es demasiadas cosas en demasiadas formas

Incluso el espejo significa una mujer como muchas en cualquier fin

                                                                                                                           mercurial

 

Una mujer nunca puede estar realmente desnuda

Cuando desabrocha el resorte de su vestido, caen mil semillas de manzana

y la serpiente invisible que encierra lo que pide su cintura

y los versos de rechazo y las leyes del suspiro tatuadas sobre la voluntad

de sus manos y de sus piernas

envueltas en los regalos del “¡No!” y “¡No!" y ¡No!”

 

que sólo se desenvolverán como un “Sí”,

ella escudriña el rastro de un hogar en las arrugas de las casas con cara de piedra

 

No hay mapas para la geografía de la oscuridad

Dime, ¿dónde está la boca de aquella palabra, aquella que podría besar los ojos

de esta página sin cegarlos?

 

 

LOS RECUERDOS NO SON HISTORIAS

 

Éramos tres personas

                                           en un barco zozobrante

y una entre nosotros no tenía

          nombre

o quizá eligió no

         decirnos

Y así, en esa compulsiva tradición humana

la nombramos

                            Algo

“¿Pero todos deben?”, balbuceó,

                                       “¿Todos tienen que tener un nombre?”

Algo estaba asustada

                                       de volverse una de nosotros

estábamos aterrorizados

                                       de que no lo hiciera

 

 

LOS SONIDOS AL HACER EL AMOR Y AL DESHACER EL DOLOR

SON IGUALES

 

Quiero desescribir lo no dicho: no crecemos, envejecemos.

Quiero confiar el cadáver de esta hoja a los terrenos de la furia,

pero no puedo, no sellaré aquí los abismos de este poema.

Ningún ojo lineal puede desaprender el horizonte.

Además, ¿por qué debería domar el motín de los versos en el capullo

cuando el corazón de mis palabras florece siempre al final?

 

La tiranía de los muros gramaticales entre esta ofensa en tinta

y la próxima oración de plomo, se difiere en la profecía de las comas,

para dividir todos los sonidos y gobernar algunas voces.

Y los nudillos azules del “por qué” ya han testificado

que el genocidio de las vocales no es consonante

con el llamado de todas aquellas puertas curiosas:

 

En un poema

cuando los versos se quiebran

es el corazón azul de la pluma el que mantiene juntos los dedos de mentalidad roja

y el poeta no es más que un fugitivo en la tierra de papel

un simple obrero de letras y humo

que teje con las yemas de los dedos de la locura

y anuda con los dientes y uñas de la razón

una canasta de recuerdos en la que los frutos maduros del lenguaje

reverdecen nuevamente

 

Ahora que los brotes metafóricos de mi lengua se agotan,

¿Qué tengo sino un rosario de puntos finales?

¿Qué tengo sino las rodillas humildes de algunos símiles para arrepentirme,

el sabor de finales repentinos en el altar de los comienzos heredados?

 

Dejo de lado mi pluma para permitir que árboles anhelantes afuera saluden

a lápices reducidos y páginas dispersas sobre mi escritorio

En la quietud compartida de este instante

Me vuelvo de forma egoísta la habitación

la ventana permanece abierta como una herida

 

 

CÓMO DISECCIONAR EL CUERPO DE UNA “HEMBRA”

 

Primero, mata el cuerpo.

 

Preferiblemente, ante el dolor punzante de un espejo que empañe los ojos sagazmente dormidos del mundo

 

Comprende que una mujer muere muchas muertes

 

Aquellas exiliadas en lo sobrenatural del espejo, perecen por las manos

de helio de la masa aullante

 

Ahora pide consentimiento, preferiblemente desde la renuencia o el olvido

de otros cuerpos que sobreviven a este

 

Pronto rastrearás las huellas dactilares de aquellos que ostentaban ese derecho sin consentimiento

 

Usa una curiosa mascarilla de convicción, -tejida del dolor perenne

de héroes y heroínas cuyas leyendas se fermentaron en lecciones descompuestas

hacia ecos somnolientos-

 

para protegerte del hedor del tacaño-paternal, el hermano

mal-parado y casi esposado, con o sin amor, con colmillo y ley

 

Antes que nada, desvena el “honor” del ya no inquietante vórtice de la

vagina

 

Reconoce que a menudo el agua es más espesa que la sangre, más espesa que el semen, más gruesa, más sólida que la sonora danza huesuda de la propia carne,

de la propia sangre

 

Luego, toma nota de la tiranía mellada de aquel circuito de vergüenza: acrecentado bajo el oscilar de senos anhelados por el ojo y espaldas descubiertas particularmente si la espiral del coqueteo obligatorio nunca se podó en el capullo

 

Ahora extrae la daga anhelante del recuerdo de su columna vertebral (cada

cuerpo tiene una) y haz una incisión en forma de “por qué” que se abra profundamente desde el “cómo” de cada hombro, a través del “qué” del pecho

que conduce al “cuándo” del útero

 

Despliega las explicaciones de todos los vuelos tentativos del corazón desde el sonajero de la caja torácica, y examina la carne desollada, costilla por costilla, hueso a hueso

aquellos mitos celestiales tejidos de tierra

 

Documenta las historias en vela de los nervios guerreros de algunos comienzos heredados, las venas disidentes de algunos medios indispensables y las arterias soldadescas de todos los finales con púas

 

Procede en consecuencia hasta que domines esto: cómo lo que no se encuentra en ninguna parte está perdido

 

Recuérdalo siempre, un espejo es el abrazo implacable de esquirlas que se yerguen y mueren juntas.

 

 

EL ECO DEL VACÍO

 

En una habitación

lo suficientemente espaciosa

para mí y mi soledad

Me siento a fumar mi alma

ante una pared

que baila para mí la sombra de mi

vapor

 

No hay café en mi taza

Ni ansia oscura de dominación

sobre la crema de corazón blanco

 

Mi pocillo de fe

está vacío hasta el borde

 

y el deseo

por la silla ante mí se ha enfriado

 

Mi mente es este cenicero azul

con colillas de recuerdos arrugados

tengo que aclararlo de vez en cuando

Sólo un pensamiento ilegítimo

podría volverse el salvador de este mundo

 

Sonidos y voces

son la urdimbre y la trama de la cesta vacía

que mi sombra sacará de esta habitación.

 

 

POR DEBAJO

 

Las mariposas de mi pañuelo

son gusanos peregrinos que siempre han trepado

la penumbra escalonada de mis cuerdas vocales.

 

Y por el estridente testimonio de mis tacones

la vida que transito está medio muerta sobre una ceguera de balanzas

mientras los conquistadores inmaduros de nuestros triángulos alienígenas

se nutren de la generosa familiaridad de nuestros círculos.

 

Dime,

¿Cuántos sudarios de risa y cólera debemos coser

para que el cuerpo pisoteado de este silencio nunca vuelva a ser

vertical?

 

Las flores de nuestros vestidos somnolientos ya no quieren esperar

un viento de apareamiento que disperse sueños sin madre

sobre la vertiginosa negación de una tierra

que puede ofrecer un calor igual sólo a pies horizontales

y vengar la pasión desigual de la pareja

que la pisa.

 

Las faldas unen el estupor de las piernas

para que los pantalones dividan y gobiernen.

 

 

EL CAMINO, ENTRE PARÉNTESIS

 

 

¡Pasa la página y vete ya!

 

El cordón umbilical de este poema nunca fue cortado

con la pluma de la prudencia

y cada verso quemado,

el puño apretado de tus ojos

reclama en el altar de la evasión,

es un incienso visual

en memoria de las palabras masacradas

 

¿Quién no lo sabe?

 

Balas de coincidencia en lo seco del atractivo de las nubes

para lamentar tumbas sin nombre y ventanas amortajadas

han llenado de venas las granadas heridas de esta tierra

 

Dime,

¿Qué tienen para colgar de la cuerda de sus corazones?

 

¿Un pasado de células muertas que llamas Yo?

¿El dolor vomitado de estas pocas palabras retiradas,

o esta pluma obstinada que las acosa?

¡Pasa la página y vete ya!

 

No te preocupes por una exigua parcela de tierra

cuyo rojo marcado es la envidia de todos los ocasos uniformes

 

Nadie me lo dijo

en la susurrada convención de muñecos de trapo

ni en la traviesa cadena de lápices de colores

nadie me lo dijo, nadie dijo

que la pluma azul tenía un corazón sangrante.

Nadie dijo que tendríamos que saltar a través de un aro de fuego

que sus dedos de advertencia dibujaban en el aire

 

Y la vida presurosa que tuvimos que jadear

en la patética seguridad del paréntesis

finalmente nos ha enseñado

que la pizarra era sólo una mazmorra

donde el fantasma anémico de las palabras

pagaba su préstamo de polvo en polvo.

 

Aquí,

humo de cigarrillo y rezos sobrantes

son sólo profetas de persianas curvas

 

Dime,

¿Aún permaneces sobre la infección vocal de esta página?

 

Ven, déjame encenderte un sueño

 

El hogar es una maleta de recuerdos

desordenados en las misteriosas fronteras del anhelo

y pesa por el sudor frío en los dedos del miedo

 

Un excedente de letras que has podado

del otoño de la comprensión

conspira contra la consistencia de tu mirada

 

Y ahora,

antes que arriesgues la seguridad verbal de este poema,

Por la presente te sentencio a una palabra caduca:

                                                                                               (Silencio)

 

 

 

 

Traducción de León Blanco

 

Maryam Ala Amjadi es una poeta, escritora, traductora y editora iraní que escribe en inglés. Nació en Teherán (1984) y pasó los años más importantes de su infancia en la India. Ha publicado dos libros de poesía y una plaquette. Ha traducido al farsi, y publicado, una selección de poemas de Raymond Carver. Premio ‘Young Generation Poet’ de Poesía en Yinchuan, China (2011). Beca honoraria en Escritura Creativa del Programa Internacional de Escritura (IWP) de la Universidad de Iowa, Ciudad de la Literatura UNESCO (2008). Medalla de plata en la 14 edición de las Olimpiadas Nacionales de Literatura Persa (2001). Traductora del farsi al inglés para la agencia de prensa de estudiantes iraníes (Iranian Students News Agency - ISNA). Fundadora de una página semanal de cultura y sociedad iraní para la cabecera Tehran Times Daily. PhD en estudios literarios y culturales en las Universidades de Kent (UK) y Porto (Portugal) - 2017. Sus poemas y sus traducciones de poetas iraníes contemporáneos aparecen en antologías internacionales y en varias publicaciones como Poet Lore, Atlanta Review, Weeping Willow Books, y The Mongrel Book of Voices. Ha participado en varios festivales internacionales de poesía y sus poemas han sido traducidos en árabe, albanés, chino, hindi, italiano, marathi, rumano, y español.

Semblanza y fotografía proporcionadas por Maryam Ala Amjadi

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