Poemas, poesía de Rowena Bali

Ocho poemas de Rowena Bali

 

voto de indecisión

Mi alma es una vieja verde;

me cita a cualquier hora

y la dejo plantada

porque quiero.

 

Mi amor

es una ondina que nada

en secreciones mundanales,

un Odín mentiroso

que pende de un manzano.

 

aburrimiento

Aburrida de mi autodeglución,

de esta misma mente

mimada solamente por mí,

decidí tomar un poco de diversión

y me interné otra vez

en la aventura de la locura.

Sin embargo,

a estas alturas de mi abulia,

hasta la aventura

me parece un juego sin gracia:

Sé que él querrá chuparme,

sé que me dejaré,

sé que una vez succionada,

una vez inmersa

yo en su interior,

lo exploraré;

como una minera

iré en busca de una veta

que no encontraré,

entonces,

un tanto descorazonada,

saldré de ahí,

dejándole las entrañas perforadas.

O bien podría pasar

-mi aburrimiento

tiene otras poquísimas variables-

que él me deje verter

todo mi caudal de fantasías

sobre su cuerpo

hasta morir ahogado

y puede ocurrir

que una vez muerto

yo lo inmortalice,

o bien que lo deje perderse

flotando inerte en mis océanos.

O puede ser

que, como un vilano,

me vaya volando.

 

papel y tijera

Preciosa:

Recorte bien

la orilla de este clíper.

Sé que aún no sabe hacerlo

Pero yo le enseñaré

¡Yo la corregiré!

Ji, ji, je, je.

¿Le enseñaron a distinguir

entre papel y tijera,

allá en esa aldea donde usted vivía?

Chiquilla,

¿Sabe usted lo que significa la palabra orilla?

 

fusil

Voy como una flor

de fuego

entre amantes

criminales:

revivo como una bruja

incinerada en el principio

y empalada en el límite;

 

en sampleo

amoroso,

en repetición.

 

Vuelo hacia tu estación

de cristal violento

a recargar heridas.

 

duda

Dividida Dido

vive dudando...

subida en un péndulo.

 

Ha escrito una cadena

de vaticinios,

pero no tiene

la culpa

de ninguna verdad.

 

Se obsesiona:

escucha siempre

un cascabel

y un repique.

 

Odín le escupe oro

y no la deja dormir.

 

Tiene otro enigma:

largo tiempo

ha perdido

y queda vida ávida.

 

hasta el fondo

A Juan José

¿Cuántas veces yo he querido

pararme en el fondo?

 

Ver mis finas miradas

después de mucho tiempo

mirar el reflector…

encandiladas,

llenas de luz.

 

Yo quiero que mi madre

diga que esta soy yo

y que muera de furia,

porque esta soy yo,

 

y quiero que mi novio

muera de amor,

que se sienta un cadáver

parado junto a mí,

 

y que mi misma mirada

se mimetice con la mira:

mente eterna mimada

solamente por mí.

 

ehwaz

Hubo una vez

un équite que a pelo

llevó el paso

de una ninfa en duelo.

 

Hubo un hermafrodita

en celo de cielo;

trinidad cabalgante

en denegado vuelo:

fauninfa en unión fatua,

ninfauno en pose de vilano.

no más sombras

Ahora que cuento tantos

y tantos años,

me doy cuenta

de que la juventud me ofusca.

 

Vivir en la sombra,

eso ha sido para mí la juventud.

Tenía el alma de una marinera

que seguía las miradas de los hombres,

sus faros y sus constelaciones

en la oscuridad.

 

cuánta ceguera,

cuánta estupidez,

cuánta calamidad,

cuántos naufragios

viví en mi juventud.

 

Conforme voy contado años

me doy cuenta de que no hay nada

más confortable

 

que la blanca linterna de las canas.