Poemas de América Femat

TIEMPO/ESPACIO

 

I

Era mejor arder los huesos

antes que los ojos se abrieran a su nacimiento.

Por eso digo que el nacimiento

nada sabe explicar.

 

Al nacido le enseñan a atesorar las dudas,

nada puede responder sin las lecciones de los maestros de academia.

No obstante,

pienso en la osamenta y en el cabello de La Sacerdotisa;

el cabello es un inusual posible,

sigue creciendo hasta después de la muerte.

 

No me corten el cabello, “yo sí” a oscuras puedo ver.

 

Pero los hombres no saben escuchar las palabras de los muertos.

 

Sí, él me partió, me cerró los labios y los ojos,

hoy el espacio luminoso es desierto para mí.

Y por más que encuentre una casa...

 

Me ha encontrado una casa, larga de jardines y corredores; luego,

no sé porqué en ella se circula una inusual aridez de primavera.

 

  

 

 

A UN HOMBRE QUE REGALA FLORES

 

I

 

Heder mientras

           

            las flores

                                    se desangran.

 

C ó m o

            de        a

p o c o                         se        p u d r e n

                        por

                        el         t a l l o.

 

Su savia

                        desprende

en el jarrón

                        un pantano diminuto

 

de luminosa sustancia

                                               

                        en medio de un hogar.

 

 

II

 

Ya tristes,

qué digo tristes,                       tristísimas

 

aburridas,                   

qué digo aburridas,

                                                            aburridísimas

                                   

 

                                    –las flores–

           

se pudren,                                                       se callan de lágrimas

 

 

y van tiñendo                                                   una

 

                                    lenta

 

 

                                                                                                muerte.  

 

LA PAPESSE 2 (De la serie, Cartas para el Arcano)

 

Celosamente, amorosamente, sabiamente; guardo la pandora del tiempo: es ciencia de norte a sur, de sur a norte, de este a oeste, de oeste a este.

Me resguarda el brillo lunar, su ocultamiento no es oscuridad para mí. Soy el manto celeste de mi liquidez sembrada e inoculada; la fruta origen. Es mi fuerza la sabiduría de todos los tiempos. Juana fue mi nombre, pero muchos lo olvidaron. Mi conocimiento fue motivo de vergüenza entre los hombres.

No soy trapecista y sin embargo conozco bien las leyes. El día y la noche son mis columnas y así estoy entera, en mi interior mi mente es totalidad, no sé porqué esperan que en la vida yo eclosione y tú me salves.

 

 

 

América Femat Viveros (1984). Escritora, poeta, editora y promotora cultural. Becaria por parte del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo, dentro del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA), categoría Jóvenes creadores (2017), con el proyecto: “La Espiral del Peregrino”.

Ha sido distinguida como parte del Consejo Consultivo de la Academia Nacional de Poesía (Hidalgo, 2020).

Es integrante del Círculo de Estudio Ante la Poesía “El Ojo de Faetón”.

Parte de su trabajo poético está citado en el libro “Romper con la Palabra. Violencia de Género en la Obra de 100 Escritoras Mexicanas” (Editorial Eon, 2018).

Dirige el proyecto cultural y editorial Cipselas.

Autora de los poemarios “Atisbo” (2019), “Irrupción” (2018), “Muestra poética, América Femat” en la revista chilena Mal de Ojo: Biblioteca Virtual (2016) e "Inexorable" (2015).

 

Fotografía y semblanza proporcionadas por la autora.

Fotografía de portada tomada de la página de Facebook de la autora.

Escribir comentario

Comentarios: 0