Poemas de Rosina Conde

DE PREFERENCIA

 

I

 

Se solicita señorita

para trabajo fácil

que sepa cocinar y lavar platos

servir la mesa, coser, planchar

zurcir calcetas, barrer, trapear

De preferencia bilingüe

(con pasaporte)

se quede a dormir...

 

II

 

Se solicita señorita

para trabajo fácil

No importa que ignore el lenguaje académico

y quiera comprarse televisor a colores

Lo que importa es que no exija

un lugar en la historia

que no ponga en crisis al servicio...

 

III

 

Se solicita señorita

para trabajo fácil

No se requiere experiencia

Ofrecemos salario superior al mínimo indispensable

un ambiente agradable

y la seguridad de que nunca se enterará

de que lo maquilado por usted

contamina al mundo entero

de que sus hijos nacerán con malformaciones

cerebrales

y que a los veintiún años

 

usted no servirá ni para contestar el teléfono.

 

 

 

MARY KEY

 

I

 

Mary key se volvió hippie en los sesenta,

se fue a la India y no volví a saber nada de ella;

entonces yo era demasiado idiota como para volverme hippie,

con trabajos me enteraba de Vietnam

y de la Plaza de las Tres Culturas

(en Tijuana, difícilmente se oía hablar de los Black Panters o del Movimiento Chicano).

 

II

 

Mi novio me chantajeaba con su leucemia;

dos años le quedaban, dijeron hace veinte,

y ahora lo veo con su mujer y sus cinco hijos.

Me narraba su entierro para oírme llorar,

haciéndome prometer que lo recordaría para siempre.

Yo no entendía a los Beatles y era demasiado ingenua como para volverme hippie:

me entretenía con Chucho el roto en la radio o leyendo a Memín Pingüín.

María Isabel fue mi tormento, mientras mi madre me enseñaba a cocinar con enlatados.

 

III

 

Mi padre se negó a que compitiera para Reina de la Primavera: sus hijas, aseguró, valían por ellas mismas sin tener que demostrar que eran las más bonitas.

Hoy tengo un marido que piensa que voy a apoderarme de él y de su cartera.

Me reta con el abandono

y competimos para ver cuál de los dos es capaz de despreciar más al otro.

Mi único error, dicem fue haber nacido mujer.

 

IV

 

Cuando conocí a Mary Key, conocí el sabor de la cebada y el arroz integral;

supe también de la guerra sin entenderla;

pero a mí me preocupaban la leucemia y su curación;

yo juraba estudiar medicina para atacarla.

Mi padre se negó.

Mi novio no murió a los dos años como le pronosticaran.

Me había mentido para oírme llorar, pensé después,

cuando terminó conmigo para irse con alguien que no conociera a una Mary Key.

Entonces supe de unas ruinas del Templo Mayor y pensé estdiar antropología;

pero mi padre se negó también:

me buscó una carrera apropiada y me envió a u.s.a. a estudiar decoración de interiores.

Ahora visto casas con cortinas de terciopelo y muebles art déco.

 

 

V

 

Gracias a Mary Key, escuché a Dylan y a los Rolling.

Yo, a cambio, le mostré Tijuana.

Entonces no entendí por qué lloró con Cartolandia,

la de debajo del Puente

con su lepra y disentería.

Fue cuando me dijo que se iría a la India.

Usaba pelo largo y huaraches mexicanos.

Era muy gringa.

Cocinaba en ollas de barro y había tirado la licuadora a la basura, cuando mi madre descubriera el abrelatas eléctrico.

Mi padre se negaba a que la visitara;

pero, decía, él era el culpable por haberme enviado a estudiar a u.s.a.

Luego se preguntaba qué sería peor:

si mi amiga hippie o la Plaza de las Tres Culturas;

porque, decía, de los males, el menor,

y lo comprendo ahora al ver a mis hijos imitar a Capulina o al Chavo del Ocho.

Bueno, Mary Key usaba el pelo largo y huaraches mexicanos;

compraba aretes de chaquira y pulseritas elaboradas por los pieles rojas;

gustaba de las blusas bordadas en la India y largas faldas con estrellitas o flores de colores.

Igual que Lucy.

Ella sí vio I love you Alice B. Touklas

y fue violada a los quince por su novio que partía para Vietnam

Él murió allá.

Entonces yo no sabía del hambre ni del frío ni de la falta de un hogar,

y oía de los biafranitos, como quien escucha sobre las Cataratas del Niágara: ¡asombrosos!

No sé si mi amiga Mary Key sabría mucho de eso;

pero se volvió vegetariana y se fue a la India.

 

VI

 

Eugenia se enamoró de su maestro de matemáticas;

rompió todos los poemas que había escrito y leído, así como sus cartas de Mary Key

porque su maestro la obligó a hacerlo;

tuvo una hija a escondidas, ya que él, divorciado y con mujer, no podía comprometerse;

por eso se enclaustró, mientras encontró la manera de emigrarse.

Ahora él la visita cada mes o se van de vacaciones

y se jacta de cuidar muy bien sus tres casas.

 

 

VII

 

Mi amiga Alicia es más lista, dice ella;

se mantuvo virgen y consiguió abogado de renombre.

Lo veía poco, para su suerte,

y de vez en cuando lo acompañaba a Acapulco o Europa.

Ha enviudado.

Ahora sabe que no tiene que esperarlo toda la noche,

con la cena enfriándose y las piernas abiertas;

ahora puede estirarse en su chaise longue y dormirse si quiere,

sin tener que vestir su negligé que, de cualquier forma, no lucía.

 

VIII

 

Cuando decidí volverme hippie ya habían pasado de moda;

luego me enteré que María Sabina había muerto

y que Wookstock y Avándaro había ocurrido veinte años atrás,

mientras mi novio me atormentaba con su leucemia y yo le juraba que me haría monja.

Entonces comprendí que ya no estaba para Reina de la Primavera

y que los negligés son demasiado largos para mí.

Fue cuando recordé a Mary Key y deseé volver a verla para saber de sus andanzas por la India.

¡Quizás hasta tuviera un hijo que les enseñaría a los míos el compromiso con la existencia!

Éstos piensan, al igual que su padre y su abuelo, que aún existe el feudalismo,

que la mujer ideal es aquella que no habla

 

y que heredarán la tierra junto con los vasallos.

 

Rosina Conde (Mexicali, 1954) es artista multidisciplinaria, académica y editora. Estudió la licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas y la maestría en Letras Españolas en la Universidad Nacional Autónoma de México. Además, cursó el Diplomado para Promotores y Gestores Culturales de la Secretaría de Educación Pública y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

Ha publicado 26 libros de cuento, dramaturgia, ensayo, novela y poesía, y se encuentra incluida aproximadamente en 50 antologías nacionales e internacionales (en los cinco géneros mencionados); ha grabado tres audiolibros de cuento y tres discos de blues; ha montado y ejecutado cinco performances, con guión, vestuario y escenografía originales. A la fecha, se ha presentado en los principales foros artístico-culturales y académicos de México, Brasil, Cuba, Colombia, España, Estados Unidos y Sudáfrica, y ha sido traducida al inglés, francés y alemán.

Ha sido diseñadora y realizadora de vestuario de teatro y cabaret por más de 40 años, entre muchos otros, para el dramaturgo Hugo Hiriart (1981 y 1983), y las cantantes de cabaret Astrid Hadad (1994-2008) y Jeanette Macari (1998-2000). En dos ocasiones, parte de su vestuario fue exhibido en el Museo de la Indumentaria de la Universidad del Claustro de Sor Juana y el Museo de la Ciudad de Mexicali.

Entre otros reconocimientos, obtuvo el Premio Nacional de Literatura “Gilberto Owen” 1993, Premio IMAC-Tijuana 1999 para obra publicada, Premio de Nacional de Literatura “Carlos Monsiváis” 2010, Reconocimiento FIL-Tijuana 2010, Medalla al Mérito Literario “Abigael Bohórquez” 2017, Reconocimiento Felino 2018 del Centro Cultural Tijuana y fue nombrada Creadora Emérita 2010 de Baja California, por sus actividades artísticas y literarias. Fue doblemente becaria del Fondo Especial para la Cultura y las Artes de Baja California (2000 y 2005) y miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte (promoción 2011).

Varios de sus poemas han sido musicalizados para danza, video y conciertos de cámara, y se han escrito numerosos artículos y tesis de licenciatura, maestría y doctorado sobre su obra literaria y escénica.

Desde hace más de 30 años se ha dedicado a la impartición de cursos y talleres de escritura creativa y edición en las principales escuelas y talleres de la República mexicana, entre otras, en Extensión Universitaria de la Universidad Autónoma de Baja California; Programa de Escritura Creativa de la Universidad del Claustro de Sor Juana; Departamento de Extensión y Difusión de El Colegio de Sonora; Diplomado de Escritores del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, y Diplomado en Corrección Profesional de Estilo y Consultoría Editorial de la Asociación de Profesionales de la Edición, A. C.

Forma parte de la Academia de Creación Literaria de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, de la cual es cofundadora (2001-a la fecha), y tiene en producción una novela en la colección Originals de Storytel (productora y comercializadora Sueca de audiolibros).

En el año 2020 recibió la medalla "Leona Vicario".

 

Semblanza y fotografías tomadas de la página rosinaconde.mx

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