20
la soprano no asusta a las hormigas
que le siguen subiendo por los pies
en el bajorrelieve a sus espaldas
la nieve pone a danzar los cafetos
sin que los rayos cimbren
detrás del cortinaje la sirvienta
¿qué esconde entre los pechos?
quimbombó plátano burro papaya
y el viejuco se estira
como un acordeón pero no da la nota
quien sostiene el panal en la cabeza
es el hijo baldado
un relumbre de miel que lacra el ritmo
el arpa que su padre compró vendiendo pollos
tiene cuerdas de araña
cuando nadie lo espera
el poeta local
encabrita el silencio y a nevar
se va a servir café pero el alcalde insiste
en la seca presencia del alcohol
el estar se acuclilla
se incorpora y arquea
como la trayectoria de un ciclón
semillas que no dejan germinar
una guayaba en dos de un machetazo
22
con hambre minuciosa
los ancianos meriendan en el tren
un menú previsible sin bemoles
las migajas no turban
los colores pastel con que se abrigan
un sol a ras del heno
avanza entre los rieles
destinos paralelos se entrecruzan
como notas de jazz
en vías secundarias otros viajes esperan
después de sacudirse crucigramas
dormitar al efecto dominó
todo como está escrito en ningún muro
la nostalgia los sábados
los domingos la fe
la rama en el gorrión madrugador
la flor en obra negra
reformada sin gracia
solo se oye respirar el ritmo
y la tos de la primera conífera
los ancianos que no cambian de tren
ni se bajan en ninguna estación
pueden roncar tranquilos en sus íes
compraron mausoleo
sueñan por gravedad
24
emergen con tristeza de serrín
y la escarcha de wiski hace crujir sus pasos
no son más que poleas
pistones a destiempo
el hálito en su lata de sardinas
no basta estar aquí
por más de diez mil años
celebrar la luz en dieciocho lenguas
solo quedan collares de semillas
y un nombre en cada pico
desenfundan la rueca y el violín
la balanza infiel
la copla metodista
la precisión gramatical del rifle
el arado que rompe tierra no prometida
trescientos veinte acres por soltero
el doble por casado
fortines de cebada
viñedos y nochizos
campos desarbolados hasta el vértigo
el alma la construyen con plomada
con pólvora y codicia
a golpes de evangelio
y trigonometría
y si no se la sustraen a un indio
31
la comadre sin nombre
o en córnico chirriante
ya no te necesita permanece
bien plantada ante el ser
con algo más que arresto
las caderas revueltas mar de fondo
la mano izquierda en jarra
tersa interrogación
y el otro asir sumiso
en la cara invisible de la luna
pechos desposeídos y que no
dejarían con sed
a la bohemia febril
cabellera para un sol improbable
en un mundo al carbón
esa fiera comadre
ganancia del estar
con botines de poquísimas leguas
ya puesta en movimiento para siempre
desde el fin al misterio
¿qué llevará en el bolso realista
esa parte del cuerpo
que la alumbra?
¿la cabeza de un pez
el corazón de estaño del pintor?
33
¿qué sueño tiene el agua
goteando de esa rama que zurea?
¿y qué hacer con el fin
al menos en este vinoso instante?
el pico del tucán es la respuesta
el universo ya consciente de sí
se expresa en la tangente
el sedoso abanico de imposibilidades
no se deja engañar por el axioma
al cabo paralelo
una astilla de sueño que se inflama
debajo de una uña
mas la materia no te necesita
a sí misma se ingenia
en un orden neurótico
hay siempre otro sentido
la pasión de la nieve
la cadencia del sheng
que alienta un monje muerto de su mano
y la nada carece de opinión
mas la verdad vela como un mosquito
que acaba de picarte
le das caza con fe
sangre que ya no es tuya
te embellece las manos
Víctor Rodríguez Núñez (La Habana, Cuba, 1955) es poeta, periodista, crítico, traductor y catedrático. Ha publicado dieciséis libros de poesía, casi todos premiados y reeditados, siendo los más recientes despegue (Premio Fundación Loewe, 2016), el cuaderno de la rata almizclera (2017) y enseguida [o la gota de sangre en el nivel] (2018). Han aparecido antologías de su obra en diez países de lengua española, y en traducción al alemán, árabe, chino, coreano, francés, hebreo, inglés, italiano, macedonio, serbio y sueco. En México se han editado Todo buen corazón es un prismático: Antología personal, 1975-2005 (La Cabra Ediciones-UANL, 2010) y reversos (Mantis Editores, 2011). Durante la década de 1980 fue redactor y jefe de redacción de la prestigiosa revista cultural cubana El Caimán Barbudo. Compiló tres antologías que definieron a su generación, así como La poesía del siglo XX en Cuba (2011). Con Katherine M. Hedeen, ha traducido poesía tanto del inglés al español (Mark Strand, C. D. Wright, John Kinsella) como del español al inglés (Ida Vitale, Juan Gelman, José Emilio Pacheco). Doctor en Literaturas Hispánicas por la Universidad de Texas en Austin, es catedrático de esa especialidad en Kenyon College, Estados Unidos. Estos poemas forman parte del libro inédito “boquiabierto”.
Semblanza y fotografía enviados por el autor
Escribir comentario