
HAY QUE NACER, NACER
Hay que nacer de nuevo
para recoger el cielo de la fruta,
o su botón de sed o tus pezones.
Hay que nacer, hay que nacer
para saber de la sustancia intangible del amor.
Hay que empujar a la matriz
para nacer al viento.
Hay que nacer, hay que nacer
como si volviésemos a naufragar entre la lágrima,
ya sin la carga del pasado
tornándose destino:
aquí de pronto, sólo olvido te pertenece.
¡Sal de tu sangre a recorrer el sendero!
Hay que morir, hay que morir.
Después tus palabras
inventadas un viernes a ciegas
contra el mundo.
Hay que morir, hay que nacer,
saber hacia dónde,
sed del murciélago invertido
se desdobla en la espalda;
te levantas de los últimos sillones,
te pones los zapatos,
te urden hilachas, la sonrisa,
ese decir te quiero
cuando la noche obliga.
Hay que nacer de todo y contra todo
y por todo y hacia el silencio póstumo
del que revierte en canciones el secreto:
Todo está en tu frente como un ojo avizor
ante el abismo.
Yo seguiré cantando aunque estas huellas
de pronto se borren en invierno.
Hay que morir…morir…no ser,
escupir sin mancha,
socorrer sin nada a cambio,
oler la rosa equidistante que prepara tu abrazo,
bautizar los hijos quizá como conjuro.
Hay que dormir, dormir, soñar,
ser el anciano que está empezando a caminar,
con sus anteojos, sus muletas,
su licorcito escondido, sus metáforas,
su cicuta perfecta, su camino de luces
para volver a nacer cuando recoja
las últimas cosechas del olvido.
Del libro Apuntes para un grafiti.
Premio UNA PALABRA 2014
RECURSO DE AMPARO
Vengo a interponer, señor,
este recurso.
Hace noches y días,
en los solsticios y equinoccios,
cuando el viento ulula por entre las paredes
y desde los marasmos
que se devuelven en poniente,
cuando la luna sangra inesperada
y el sol se hace un ovillo inquieto
que no podemos mirar,
en el eclipse, ante el abismo,
y cuando tomamos un libro
para leer los versos que dejara olvidados
un caminante en el destierro,
cuando platicamos con animales pequeños
que visitan el jardín
o que aprisionamos
en nuestras cerradas viviendas,
hace tiempos, lo digo,
cuando las estaciones
se cansan de reiterar sus costumbres,
y cuando llueve sobre los ventanales
que miran la indigencia de las calles
al pie de las montañas,
por donde no pasa siquiera el borracho
de la esquina.
Hace, como digo, señor Juez,
ante tanta soledad
y tanta algarabía de los desconocidos,
que me pienso en poemas y poemas,
que no escapo a la metáfora indudable,
que invento símiles
que dan vuelta y vuelta al llavín de la locura,
que fabulo y confabulo, improviso,
invento el quicio, el resquicio y los rescoldos,
pongo en las imágenes el margen dorado del olvido,
amo y desamo, ato y desato,
sueño y entresueño
para que no se desangren los caminos.
Y por eso, porque las ciudades
tengan solo explosiones de fraternidad,
y el campo solo frutas y semillas
para que el amor revene,
interpongo esta querella que me salve
y nos salve
de la ignominia del mundo del dinero.
Este andrajo de fe,
este recurso de amparo del poema.
Del libro Recurso de amparo 2020
COMO EN LOS TEMPORALES
Como llegan los temporales
anegando los patios, las ansias, los suburbios,
como bajan en mayos ta insólitos
los huracanes
a destechar las casas.
Como se posesiona e invierno en los tejados
con su pesado albor,
como el río inusitado te lanza
la cabeza bravía
y la poza de tantos niños
se llena con su oleaje trágico.
Como avanzan los extranjeros
con sus botas verdosas
chasqueando con los miedos del barro entre la gente;
como las hordas
del nuevo Armagedón.
Como el deshielo
que cambiará la faz del mundo,
como los pilotos suicidas
contra los edificios,
como los terremotos que enterraron
la escuela de los sueños,
como ferrocarriles
que se descarrilan despavoridos.
Así avanzó el amor
inundándolo todo,
corroyéndolo todo,
estremeciendo puertas,
destruyendo, posesionándose,
atemorizando las gotas del rocío,
las torpes bicicletas, los colchones,
descarrilándose en la noche,
temblando hasta rehacer la aurora
con las ramas caídas, aprisionando el canto
para que estalle por siempre
en los pétalos hirsutos
de esta mi última primavera
que despunta entre tus aluviones de ternura.
Porque eso eres... ¡tan de pronto!
Del libro Sed de otras piedras. 2012
DIVERTIMENTO EN JIRAFA
MAYOR Y EN CLAVE DE RELAMIDO.
Que no le estiren tanto el cuello al cisne,
poetas vanguardiolos y malditijos,
soldados de contestaria saliva,
pues la jirafa podría resentirse.
Es tan altiva,
tan buena madre,
intrépida buscadora de cogollos
en altura, que los pequeños dioses
de un rebaño de trampas antiestéticas
podrían de pronto reventar esas orillas
por donde pasa el Diablo haciendo malabares
y Dios escondido en su ínfima tragedia.
No estirés tanto el culto a lo prosaico,
ni caigás, cagadito, al denuedo, a la diatriba,
que también en la selva y la llanura
hay postulados de sed a la belleza,
aunque Darío, decadentista ya,
se esfuerce en símbolos atávicos.
Huidobro invente las poleas y las hélices
para ahuyentar las bestias del Parnaso
y Mallarmé se quede sin puntuales
puntos que puntúen
el eco disfrazado de una cierva
que corre parejas con el viento,
como corriese otrora el hipógrifo ventoso.
Abrazos, Namasté, ya me despido.
Del libro Cabos sueltos 2020

Ronald Bonilla (San José Costa Rica, 1951)
Premio Magón de Cultura 2015, Premio Joven Creación 1977, Premio Nacional de literatura Aquileo J. Echeverría en poesía 2001. Premio Centroamericano de Literatura Rogelio Sinán en poesía 2001-2002. Panamá. Premio de poesía Lisímaco Chavarría, 2003. Premio Una Palabra poesía 2014. Finalista del VII PREMIO DE POESÍA PILAR FERNÁNEZ LABRADOR; 2019, Salamanca, España. Finalista al VIII Premio Internacional de poesía Jovellanos: el mejor poema del mundo, 2021. Ha publicado 19 libros de poesía. Es coautor del Manifiesto trascendentalista y poesía de sus autores (1977). Está incluido en múltiples antologías nacionales y foráneas. Su poesía ha sido traducida parcialmente al inglés, catalán, italiano, portugués, japonés y braille. Es fundador y coordinador del Grupo Literario Poiesis y de sus talleres. Es Presidente de la Editorial Poiesis. Fue Presidente de la Asociación de Autores de C. R. y directivo de la Editorial Costa Rica. Fue uno de los coordinadores del taller del Círculo de Poetas Costarricenses. Ha representado al país en encuentros literarios y festivales poéticos en México, Guatemala, Nicaragua, Panamá, Cuba y Colombia. Y en festivales virtuales durante la pandemia en Miami y Perú. En agosto 2022 se publica el tomo I de su poesía en marcha: Tiempos sin sombra, con la Editorial de la EUNED, libro que recoge sus primeros cinco poemarios. Este año aparecerá el II tomo. También en el 2024 su libro Herida de agua se publicará con EUNA. Y en el 2025 se editará Altar de desconciertos con la EUNED. Realizó estudios de secundaria en arte en el Conservatorio de Castella. con énfasis en teatro y creación literaria. Realizó estudios de filología y lingüística en la Facultad de Letras de la U.C.R. Ha editado tres antologías del Grupo Literario Poiesis.
Semblanza proporcionada por Ronald Bonilla
Fotografía de Marlene Ramírez
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