Poesía de Sophía Yañez

 

 

Poemas de En Línea Girasolar (2000) Quito: Eskeletra.

 

 

 

 

Visualiza tu imperio provisorio

 

 

las coordenadas de luz que pesan sobre tus hombros

escucha el graznido del día

su aliento camuflado entre las sombras. No eres tú quien

cosecha pureza en el umbral

donde vacilas, pero sí hay algo, algo a descifrarse y eso

lo intuyes en el ritmo

del aire que respiras; porque nada te pertenece a no ser

lo que no tienes,

porque eres un bípedo y te sonrojas sabiendo que tu voz

es tuya sin ser más o menos que la de otro

y caminas hacia el trabajo sin tener otra salida,

 y sonríes al prójimo  bifurcado

en sus lamentos. Y ya en el bus, los asientos

te miran repletos y te aferras al tubo

como los muertos se cuelgan del nervio central

de algún meteoro cuando ya están muertos,

y entonces, arranca el trayecto y la voz del chofer muge

maldiciones medievales sobre el cemento.

Todos apestan hasta que alguien se levanta

y la terrible pesadilla del día sea aligera.

 

 

 

Vuelvo

 

 

 a la arcilla elemental;

vuelvo

a las llanuras del deseo;

vuelvo

a las rosas, su olor perplejo

de luz herida,

de imagen rota .

 

Vuelvo

a buscarte y hallo sólo

las garras rojas

de las cuervas, cuervas

retorcidas

en tus ojos como vísceras negras.

 

Un grito se alza a medio vuelo

 y desde el vacío observa

el vacío que cruje en el éter 

 

A contraluz de ti estoy:

tu voz me asalta por la espalda,

tu voz que antes fue espejo

 

 

 

 

 

 

 

De Poemas de Paso Peruano (2015) Quito: El Ángel Editores

 

 

 

 

La Piel de la Caída

 

 

Doy gracias

por la escritura de mis pies

unas veces torpes

,y otras finos,

por el abrazo de la tierra

que no me humilla

que me acoge como madre

cuál largo es

el cuerpo de mi vuelo.

 

Los Taitas Nevados son grandes

pero mi corazón es más grande.

Todos somos más grandes que nuestras caídas.

Somos agua que rebasa la piel de la caída:

ímpetu niño que canta su fondo de bosque

y sobrepasa la caída

 

Las caídas son sagradas

Dan rostro al camino.

Son honores que el tropiezo otorga:

plumaje blanco,

cimas invertidas .

 

Cuando lloras,

nada cae.

Todo ríe.

 

Si caes,

es porque la Tierra te abraza.

Porque ama sentir tu vientre

pulsando a su ritmo

y quiere que seas

el Danzak de Espejos

del Otro Mundo.

 

Y ahora

que lo has entendido,

¡debes danzar esa piel que te dejó la caída!

 

 

 

 

 

 

 

Madre de sangre

 

 

 

Madre,

no te tragues tu propia sangre.

Sal a beber el aire de la planicie.

Recupera tus pies de Hada

y despierta al jardín del Edén que nunca perdiste

 

 

 

 

  

 

Retorno a la Luz

 

He regresado

Primera Oscuridad

donde el espacio me pare sin moldes.

 

Llueve hacia adentro

un rímel mala muerte

 

escritura solar

caverna mágica

 

La mosca diabólica repica en los tímpanos.

Quiere arrastrarme, sonido puro.

 

soy algún demonio.

 

La mosca es mi Gurú.

Su mar me arrastra mar adentro.

 

Punto de no retorno a este cuerpo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Del libro inédito Patria del Agua (2019)

 

 

Chiririnka

 

Que seas muy feliz

y que no se te pegue ni una sola chiririnka

y si se te pega

que sea una mosca bien, pero bien negra.

de esas suertudas por peludas

que dientan gratitud por la trompa de elefante

que sin tener alzan al cielo cada día

metiendo roche

con su oído de mosca de los muertos

que se ven y mirándose suceden

los deseos y ecos de su zumbido

que se dejara pulir aún más 

el diamante que ya es su corazón

ese almizcle geométrico

esa gravedad en las alturas

como torreón de azúcar

es dulzura inventada por el cíclope en bloque

cuando solo la lágrima es, en tiempo circular.

 

Ella piensa sobre tu cabeza

tu cabeza redonda tejida por el cielo

esa íntima nieve

esa nube de lluvia

esa cima blanca que se le hace tu cabeza.

 

Tintilineando 

la chiririnka canta

ríos profundos ombligos y mundos

 

Y mientras vuela,

es como si abriera zanjas de luz en la tierra,

como en la piel.

 

Ella piensa.

Y vuela.

La muy suertuda.

 

 

 

 

 

 

Flores de Paucartambo

 

Hay flores que permanecen de pie

como si lloraran desde el vientre de las piedras.

 

Si las arrancas de su lecho,

oirás cómo el cielo baja a la tierra

su cuerpo de luz y yaguarmayu

 

Hay flores y flores y flores

y es distinto siempre

la estirpe y la estambre

de una y otra

y esta hambre astral 

de la noche que nos devora uno al otro

en la noche de los labios.

 

No me preguntes

si avanzo o no a desvestirme en lenguaje.

 

No quieras que yo quepa 

en tus flores.

 

No me hables ni de las marcas

ni del caudal

que tiene tu río

cuando en el centro de las piedras

florece el tramo más grave del viaje.

 

 

 

 

 

Fragmentos de El Sonido de la Pureza (2019) Quito: Eskeletra

 

 

 

 

Camino y la gente me pregunta

qué es la Pureza,

cómo se ve, dónde vive.

Tal vez lleve consigo un abrigo

de mink o un abanico de geisha

Tal vez sea un vaso de leche

que la madre le canta a su cría

o se pose como un pájaro a recibir

 la clave morse de un viento esquimal

 

La Pureza es imaginar el sonido de la nieve

sobre el que se desplazan los trineos de los Innuits

Y las garras del Oso Polar clavando su desesperación

cuando ya no hay hielo para cobijo de sus crías.

 

Para la Pureza un iglú o una choza

son Palacios Imperiales cantos de cerezos

que no acaba aunque llegue a término la primavera.

Dónde están los bordes de ese cristal

dónde los contornos del sonido dónde ermitas y altares.

 

La Pureza cruza la voz del hombre con la voz de la tierra.

—Quiero guarecerme en tu rostro—

 le dije a la Pureza pasar muchos días

 en tu casa sin bordes sentirme acogida

 en la luz, si alguna, de las palabras.

 

Soy puro cuando amanezco en tus labios

y los dientes del tiempo me sonríen.

Cuando puedo decir con mi cuerpo

el espacio vacío de palabras… e inventar alpiste.

 

La Pureza quizás sea un templo cuyos ritos no conocemos.

Solo intuimos espacios de Yegua Tierra.

Nos llama a todos a su casa y espera con los brazos abiertos

que la música de las esferas llene la sangre y el vacío.

 

A la pureza no le importa que la insulten.

Fabrica milagros de luz.

Es barbitúrica y simple

como un mamífero lacta estrellas y saetas imposibles

o como un faro de altamar

anuncia a los navegantes perdidos

 que aún es posible un nuevo día.

 

La Pureza es empacar lo que sirve

y dejar ir lo que no sirve en el viaje.

Mirar los plumajes blancos elevarse

 y volverse racimo de nubes en celo.

 

La Pureza es el amor que te mira y no te nombra:

 los Nilos         los Rimac       los Eufrates   los Moldava…

 

Todo ese caudal de luz por nacer.

 

 

 

 

El cetrero

 

El cetrero deja que parta

el ave que lo obsesiona

es el ave de los mil rostros

y el cetrero adivina su plumaje incandescente.

Pide a los vientos que no apaguen

su fuego sagrado.

 

Hay un silencio despeñado hacia el abismo.

 

El cetrero cobija este silencio

en un pequeño cuenco de palabras

para que nunca se instale el estío

en el Ave soñada

 

 

(De En Shanghai los pájaros son mutuos, 2015)

 

 

De padres ecuatorianos, Sophía Yañez nació en 1967 en Minnesota, estado de los 10 mil lagos, donde Estados Unidos bordea con Canadá. Es madre de 4 hijos y Doctoranda en Letras por la Universidad Andina Simón Bolívar del Ecuador. Ha sido docente en áreas relacionadas a las Letras desde 1997. Desde entonces, ha trabajado en la Universidad Privada ecuatoriana: USFQ, UTE, UIDE, UDLA y ahora, tras haber ganado el concurso de merecimientos y oposición, trabaja como docente con nombramiento, en la Universidad Pública en FACSO – UCE del Ecuador. Ha publicado 7 poemarios en los últimos años En Línea Girasolar, Tingshas, Poemas de Paso Peruano, En Shanghai los pájaros son mutuos, Puerto de Hayu Marka, Cuerpo Libre y El Sonido de la Pureza. Su poesía ha sido traducida al inglés y al portugués, como también comentada por Omar Aramayo, Héctor Ñaupari, Willy Gómez Migliaro, Edgar O` Hará, entre otros. Sus trabajos académicos han sido recogidos en al menos 3 Congresos Jalla (Jornadas Andinas de Literatura Latinoamericana) como también por publicación de la Universidad de Saint Johns en Nueva York. Ensayos crítico-literarios se recogen en las publicaciones La Revista y Textos y Contextos de Facso, Quito, Ecuador.

 

Semblanza y fotografía proporcionadas por la autora.

 

Escribir comentario

Comentarios: 0